Los stents liberadores de drogas con su doble efecto mecánico y farmacológico son muy eficaces en prevenir la reestenosis, hecho ya conocido en lesiones favorables y que este año ha quedado confirmado también en lesions de alto riesgo. El número de angioplastias coronaries sigue aumentando (10% anual) como consecuencia del tratamiento invasivo de los síndromes coronarios agudos, la implantación de programas de angioplastia primaria y el tratamiento de pacientes más complejos. El diagnóstico y eventual tratamiento de las placas vulnerables es ahora un nuevo reto.
La medicina regenerativa ha levantado grandes expectativas, y la investigación clínica ha precedido a la experimentación animal. De hecho, aspectos tan básicos como el tipo celular, su preparación, la vía de administración, el momento de aplicación o la medicación coadyuvante no están todavía aclarados; todavía están en discusión si las células aplicadas anidan o no en el tejido miocárdico. Con todo, la terapia celular se está aplicando ya y empiezan a aparecer los resultados de los primeros estudios.
Las prótesis aórticas percutáneas están en fase avanzada de investigación clínica. En cuanto a los dispositivos de reducción de la regurgitación mitral, acaban de iniciar su fase de aplicación en humanos por lo que tardarán más en incorporarse a la clínica. Los dispositivos de cierre están ya bien desarrollados técnicamente, pero falta perfilar su indicación en determinadas entidades y su efectividad en otras.
En el presente artículo se revisan estos y otros aspectos relevantes que durante este año han supuesto aportaciones de interés en el campo de la cardiología intervencionista.