ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 73. Núm. 4.
Páginas 273 (Abril 2020)

Atrium

Opciones

Fernando A. Navarro da comienzo a este número con su habitual contribución a nuestro «Viaje al corazón de las palabras», que esta vez versa sobre los barbarismos médicos populares en pacientes de habla inglesa.

A continuación, el primer editorial, que firma Dégano, comenta un original de Haeberer et al. que tiene por objeto analizar las desigualdades sociales en la mortalidad cardiovascular en España, considerando la influencia conjunta del sexo, la edad y el nivel de estudios. Para ello, se analizan todos los fallecimientos en España de personas de 30 años o más durante 2015, y se documenta que la mortalidad cardiovascular está en relación inversa con el nivel educativo, y que esta desigualdad afecta de modo más profundo a la mortalidad prematura por causas cardiacas, especialmente entre las mujeres. Como comenta la editorialista, este es un hallazgo que se reproduce prácticamente en todos los países de nuestro entorno; la identificación de los factores de riesgo que contribuyen en mayor grado a las desigualdades en mortalidad e incidencia cardiovasculares es de vital importancia para definir estrategias específicas para disminuir estas desigualdades, como también lo es identificar las áreas donde sería más plausible y necesario aplicar intervenciones.

En el siguiente editorial, Santos-Beneit y Marrodán Serrano comentan un original de Aranceta-Bartrina et al. que evalúa la prevalencia del exceso de peso y obesidad abdominal a partir de mediciones antropométricas individuales en la población española entre 3 y 24 años. Se trata de un subanálisis del estudio ENPE realizado en 1.601 personas seleccionadas mediante un muestreo aleatorio. Se documentó que la prevalencia de sobrecarga ponderal supera el 30% con todos los criterios de definición empleados, estimando prevalencias de sobrepeso del 34,1% y de obesidad del 10,3%, mayores en varones que en mujeres. Para poner estos hallazgos en perspectiva, las editorialistas recuerdan que el número de niños y adolescentes de edades entre 5 y 19 años que presentan obesidad en el mundo se ha multiplicado por 10 en las últimas 4 décadas y, de mantenerse la misma tendencia, en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que con insuficiencia ponderal moderada o grave. La situación es especialmente relevante en nuestro país, pues se estima que ocupa la quinta posición en Europa en sobrecarga ponderal infantil por detrás de Grecia, Italia, Malta y Chipre. Sin duda, un problema de enorme magnitud que requerirá importantes esfuerzos de las administraciones autonómicas, nacional e internacional.

El último editorial de este número, de Richter, comenta un original de El Amrani et al. que tiene por objeto evaluar la efectividad y la seguridad del marcapassos transcatéter Micra en pacientes ≥ 90 años. Se trata de un estudio observacional prospectivo en 129 pacientes consecutivos mayores de 70 años a los que se implantó un marcapasos Micra, de los que 41 tenían más de 89 años. En general, no hubo diferencias en resultados ni en complicaciones entre el subgrupo de pacientes con más de 89 años y el resto de pacientes por lo que, concluyen los autores, este dispositivo parece efectivo y seguro en pacientes muy añosos. Como comenta el editorialista, este estudio aporta información relevante sobre la factibilidad y seguridad del dispositivo en una población de especial fragilidad. En este sentido, al editorialista le llama la atención la baja tasa de complicaciones, sobre todo hemorrágicas, de la serie presentada, lo que relaciona con un posible sesgo de selección.

El siguiente original, de García-Lledó et al., analiza la posible relación entre la incidencia de infarto agudo de miocardio con elevación del ST y la temperatura máxima, especialmente en los periodos de alerta de calor. Se trata de un estudio ecológico realizado a partir de los casos del Código Infarto Madrid entre junio 2013 y junio 2017 (n=6.465). Se documentó que las temperaturas más cálidas no se asociaron con mayor tasa de incidencia infarto, pero sí se observó asociación con las temperaturas frías cuando, según señalan los autores, se debería esperar un mayor uso de recursos sanitarios.

La hiperpotasemia es un problema frecuente en el tratamiento de pacientes con insuficiencia cardiaca crónica y fracción de eyección reducida que puede limitar el uso de diversos fármacos. En el último original de este número, Crespo-Leiro et al. tratan de estimar la magnitud de este problema a partir de los datos de 28 hospitales españoles que participaron en el registro europeo de insuficiencia cardiaca. Se documentó que la hiperpotasemia estaba presente en el 4,3% de los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica y en el 8,2% de los pacientes con insuficiencia cardiaca aguda, y que esta fue la causa del 28,9% de todos los casos en los que se contraindicó el uso de antagonistas del receptor de mineralocorticoides y del 10,8% de los que no alcanzaron la dosis objetivo. Además, durante el seguimiento, se observó un aumento del potasio en el 12,5% de los pacientes, y este aumento tuvo relación directa con la edad, la diabetes mellitus y los antecedentes de ictus, e inversa con los antecedentes de hiperpotasemia.

Como siempre, no olviden consultar las excelentes imágenes del número y leer la correspondencia. Les animamos igualmente a participar en nuestro Electro-Reto mensual.

Ignacio Ferreira-González

Editor Jefe

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