Palabras clave
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo occidental1. De ellas, la aterosclerosis es el principal motivo de esta enorme morbimortalidad. El proceso patológico que subyace a esta enfermedad es un engrosamiento de la pared arterial debido a la formación de placas ateroscleróticas2. Aunque suelen progresar gradualmente, frecuentemente las placas ateroscleróticas se complican con un trombo y ocasionan una obstrucción brusca de la luz vascular. Según su localización, esta oclusión puede dar lugar a síndrome coronario agudo (SCA) o accidente cerebrovascular (ACV), que pueden ocasionar muerte súbita o dejar graves secuelas a quienes lo sufren. Aunque se producen grandes avances en el tratamiento de esta enfermedad, la medicina actual no es capaz de predecir de manera adecuada quiénes tienen riesgo de sufrir estos problemas. Por ello, uno de los mayores retos de la medicina cardiovascular es encontrar la manera de predecir el riesgo de un sujeto de sufrir un evento trombótico agudo.
Durante años, se han utilizado los factores de riesgo cardiovascular para predecir el riesgo de eventos cardiovasculares en la población general, complementándolos con otros datos, como la fracción de eyección. En el caso de pacientes con aterosclerosis sintomática, como en la cardiopatía isquémica, podían añadirse técnicas como la coronariografía para conocer la extensión de la enfermedad. Sin embargo, sigue habiendo una elevada incidencia de eventos isquémicos agudos no esperados, tanto en población con aterosclerosis conocida como en sujetos clasificados como sanos en los que la enfermedad estaba cursando de modo subclínico. En este sentido, uno de los campos de investigación más activos en los últimos años es el uso de la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC) multicorte. Estas técnicas permiten diagnosticar de modo no invasivo la existencia y la extensión de la aterosclerosis y prometen llegar a una adecuada caracterización del tamaño y la composición de las lesiones. Otro de los grandes campos de investigación en esta área, en el cual nos vamos a centrar, es la búsqueda de biomarcadores diagnósticos y pronósticos que puedan ser identificados en sangre3. La pared vascular libera al torrente sanguíneo moléculas que pueden reflejar los procesos patológicos que tienen lugar en ella. Por otra parte, la propia sangre tiene una participación evidente en la formación de trombos. Así, las concentraciones de moléculas que participan en los diferentes procesos patológicos presentes en la aterosclerosis podrían ser biomarcadores en teoría. Sin embargo, no todas estas moléculas son válidas para tal fin, sino que deben reunir ciertas condiciones. Las características de un biomarcador ideal se muestran en la tabla 1. Aunque la mayoría de los biomarcadores estudiados hasta la actualidad se han basado en la posibilidad de que sean útiles desde el punto de vista diagnóstico/pronóstico, conviene recordar que lo ideal sería además que constituyeran una diana terapéutica. Por último algunos, aunque no tengan valor diagnóstico y terapéutico, nos pueden proporcionar información sobre la génesis y la formación de la placa ateromatosa (fig. 1).
Fig. 1. Tipos de biomarcadores de la enfermedad cardiovascular.
BIOMARCADORES CARDIOVASCULARES
En este apartado se resumen los biomarcadores más estudiados en cuanto a los distintos mecanismos implicados en el desarrollo y la rotura de la placa aterosclerótica, como la disfunción endotelial, la inflamación, el estrés oxidativo, la proteolisis y la trombosis (fig. 2).
Fig. 2. Marcadores circulantes relacionados con la aterosclerosis. COX-2: ciclooxigenasa 2; HGF: factor de crecimiento de hepatocitos; IL: interleucina; Lp-PLA2: fosfolipasa A2 asociada a lipoproteínas; MCP-1: proteína quimiotáctica de monocitos 1; MMP: metaloproteinasas de matriz; NADPH oxidasa: nicotinamida adenina dinucleótido fosfato oxidasa; ox-LDL: lipoproteínas de baja densidad oxidadas; PAPP-A: proteína plasmática A asociada al embarazo; PCR: proteína C reactiva; PIGF: factor de crecimiento placentario; PPAR: receptores de los activadores de la proliferación de peroxisomas; sE-selectina: selectina E soluble; sLFas: ligando de Fas soluble; sICAM-1: molécula de adhesión intercelular 1 soluble; sVCAM-1: molécula de adhesión a células vasculares-1 soluble; TGFβ: factor de crecimiento transformador beta; TIMP: inhibidor de metaloproteinasas de matriz; TNFα: factor de necrosis tumoral alfa; VEGF: factor de crecimiento del endotelio vascular; vWF: factor de von Willebrand.
Disfunción endotelial
Entre las causas de disfunción endotelial, se encuentran los factores de riesgo cardiovascular y los factores hemodinámicos, pues se sabe que el endotelio se daña en los lugares donde hay más turbulencia de la sangre. En particular destaca el papel de los lípidos, ya que el aumento en su concentración plasmática puede llevar a su acumulación en el espacio subendotelial donde, tras sufrir diversas modificaciones, estimulan la expresión de moléculas de adhesión y se inicia el proceso inflamatorio.
Moleculas de adhesión
Las moléculas de adhesión son clave en el reclutamiento celular hacia el interior de la pared vascular. Dado que sus formas solubles pueden aparecer en el plasma, diversos trabajos han relacionado sus concentraciones con el riesgo de eventos cardiovasculares.
En poblaciones sanas, la molécula de adhesión ICAM-1 (intercellular adhesion molecule-1) muestra mayores concentraciones en sujetos sanos que van a tener un infarto agudo de miocardio (IAM), mientras que con la VCAM-1 (vascular cell adhesion molecule-1) no se obtuvieron datos similares4,5. En el estudio ARIC (Atherosclerosis in Risk Communities), las concentraciones de ICAM-1 predecían eventos coronarios y el desarrollo de aterosclerosis carotídea, y además, había asociación entre ésta y las concentraciones de selectina E soluble6. En cuanto a la selectina P, el Women's Health Study mostró que era predictora de eventos cardiovasculares7.
En poblaciones con enfermedad coronaria, el estudio Atherogene mostró que las concentraciones de selectina E, ICAM-1 y VCAM-1 eran mayores en los pacientes que sufrieron eventos cardiovasculares8. Mulvihill et al9 determinaron que la VCAM-1, junto con la proteína C reactiva (PCR), era predictora de eventos cardiovasculares futuros en pacientes con SCA, mientras que ICAM-1 y las selectinas E y P no mostraban ninguna correlación.
Por último, los resultados obtenidos por Malik et al10 en el British Regional Heart Study son poco alentadores en cuanto al valor pronóstico de las moléculas de adhesión. De los 5.661 varones del estudio, se analizaron muestras de 643 que desarrollaron enfermedad coronaria y 1.278 que permanecieron estables. Basalmente había evidencia de enfermedad coronaria en el 36% de los que tuvieron eventos y el 20% de los que permanecieron estables. Las concentraciones de ICAM-1, VCAM-1 y selectinas E y P no añadieron valor pronóstico al que proporcionaban los factores de riesgo clásicos.
Los datos obtenidos hasta la actualidad acerca del efecto del tratamiento con fármacos hipolipemiantes sobre la concentración plasmática de diferentes moléculas de adhesión son variados. Así, el tratamiento con fluvastatina (80 mg/día) disminuyó las concentraciones plasmáticas de ICAM-1 y selectina P en 26 pacientes hiperlipémicos11. Sin embargo, otros estudios no han confirmado estos resultados. Jilma et al12 analizaron las concentraciones circulantes de ICAM-1, VCAM-1 y selectina E en 75 pacientes con hipercolesterolemia tratados con tres estatinas diferentes durante 3 meses, y no observaron cambios en las concentraciones plasmáticas de las proteínas analizadas. Cabe destacar que esos estudios se realizaron en poblaciones pequeñas; recientemente se han publicado los resultados del estudio AIM (Atorvastatin on Inflammatory Markers)13, en el que se analizaron las concentraciones plasmáticas de ICAM-1 en 1.078 sujetos con alto riesgo cardiovascular. En ese estudio se observó que el tratamiento durante 3 meses con todas las dosis disponibles de atorvastatina (10-80 mg/ día) disminuyó las concentraciones de ICAM-1.
Inflamación
Quimiocinas
Una vez que los leucocitos se han adherido a la pared vascular, su entrada al interior está controlada por quimiocinas. Las dos más numerosas son las quimiocinas alfa y beta. Las primeras son quimiotácticas para neutrófilos o linfocitos y entre ellas están las interleucinas (IL). Las quimiocinas beta atraen monocitos y linfocitos, además de basófilos y eosinófilos, aunque no neutrófilos. A esta familia pertenece el MCP-1 (monocyte chemoattractant protein-1).
Interleucina 6
El valor de la IL-6 como predictor de riesgo fue evaluado en el estudio prospectivo de cohortes ABC14. En sujetos sin enfermedad vascular, los valores de IL-6 circulante eran predictivos de enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca e ictus. En la angina inestable, Biasucci et al15 demostraron que los pacientes que presentaron muerte, IAM o angina refractaria durante la hospitalización tenían al ingreso concentraciones de IL-6 más elevadas que los sujetos que permanecieron estables. En otro estudio de angina inestable, ya con 263 pacientes, las concentraciones de IL-6, junto con las de PCR, predecían la posibilidad de muerte coronaria durante un seguimiento de 17 meses y eran aditivos al valor que proporcionaban los marcadores de daño miocárdico16. En el estudio FRISC II (Fragmin and Fast Revascularisation During Instability in Coronary Artery Disease II trial)17, 3.269 pacientes con SCA fueron aleatorizados al ingreso a tratamiento invasivo o estrategia conservadora. Los valores de IL-6 eran predictores independientes de mortalidad tras un seguimiento de 12 meses. Además, los pacientes que tenían IL-6 elevada eran los que mostraban beneficio al ser asignados a tratamiento agresivo, por lo que la IL-6 podría servir para guiar el tratamiento a emplear en esta población.
MCP-1
Esta quimiocina es la principal encargada del reclutamiento de monocitos a los tejidos en que hay respuesta inflamatoria activa, como es la lesión aterosclerótica. El valor diagnóstico y pronóstico de MCP-1 soluble se ha puesto de manifiesto en diferentes estudios. Las concentraciones plasmáticas de MCP-1 se han asociado con diferentes factores de riesgo cardiovascular, así como con un mayor riesgo de sufrir un evento cardiovascular en el futuro18,19. Así en el estudio OPUS-TIMI 16 se analizó su capacidad pronóstica en 2.270 pacientes con SCA sin elevación del segmento ST (SCASEST), y se observó que las concentraciones de MCP-1 predecían el riesgo de muerte o IAM a 10 meses.
Nuestro grupo ha demostrado que el tratamiento con atorvastatina sola o en combinación con amlodipino reduce las concentraciones de MCP-1 en pacientes con aterosclerosis carotídea20,21. Además, recientemente hemos publicado los resultados del estudio AIM, en los que se observaba que todas las dosis disponibles de atorvastatina son capaces de disminuir las concentraciones plasmáticas de MCP-1 tras 3 meses de tratamiento en sujetos con alto riesgo cardiovascular13.
PCR
Sin duda alguna, es el marcador inflamatorio más conocido22,23. En pacientes con angina inestable, las concentraciones de PCR fueron predictoras de inestabilidad cardiaca recurrente24. De forma similar, la PCR parece ser útil en el manejo diagnóstico y pronóstico de la enfermedad arterial periférica25. En pacientes con enfermedad coronaria, la PCR se ha asociado con el riesgo de recurrencia de eventos cardiovasculares26,27. Por otro lado, en algunos estudios en pacientes con IAM, las concentraciones de PCR se correlacionan con el tamaño y la extensión de la necrosis, así como con el pronóstico28. En prevención primaria, diversos estudios han demostrado que las concentraciones basales de PCR son capaces de predecir eventos vasculares29-31.
Independientemente de la capacidad de la PCR para predecir el riesgo en prevención primaria y secundaria, el interés sobre la PCR ha aumentado debido a que las estatinas son capaces de disminuir sus concentraciones de forma independiente de su efecto hipolipemiante32. En este sentido, en el estudio PROVE IT-TIMI22 (Pravastatin or Atorvastatin Evaluation and Infection Therapy-Thrombolysis in Myocardial Infarction 22)33, las concentraciones iniciales de PCR obtenidas tras el tratamiento con estatinas tuvieron igual importancia que las de lipoproteínas de baja densidad (LDL) para predecir eventos cardiovasculares. Cabe destacar los resultados del estudio JUPITER, en el cual se analizó el efecto del tratamiento con rosuvastatina (20 mg/día) en 17.802 sujetos aparentemente sanos que presentaban concentraciones de cLDL < 130 mg/dl y PCR sérica > 2 mg/l, con un seguimiento medio de 1,9 años34. En ese estudio, la rosuvastatina disminuyó significativamente la incidencia de eventos cardiovasculares. Sin embargo, es importante notar que el tratamiento con rosuvastatina disminuyó las concentraciones de cLDL por debajo de 55 mg/dl y, por lo tanto, el efecto observado tras el tratamiento podría deberse a la disminución tan drástica observada en la concentración de LDL. En todo caso, hay un gran debate sobre su potencial uso en la práctica clínica35,36.
Estrés oxidativo
LP-PLA2
La fosfolipasa A2 asociada a lipoproteínas (LPPLA2) es una lipasa independiente del calcio secretada por leucocitos y está asociada con las LDL circulantes y los macrófagos en la placa ateromatosa. Junto con la PCR, es el predictor de riesgo cardiovascular más sólidamente estudiado. Se han publicado más de 25 estudios epidemiológicos prospectivos sobre la LP-PLA2 tanto en prevención primaria como en secundaria. Estos estudios clínicos han demostrado generalmente correlaciones sólidas entre concentraciones de LP-PLA2 circulante y el aumento del riesgo de eventos cardiovasculares, incluso después del ajuste multivariable para los factores de riesgo tradicionales. Además la LP-PLA2 es un factor de riesgo independiente y complementario de la PCR37-39. Esos estudios han respaldado las recomendaciones de la American Heart Association que indican que la LP-PLA2 podría ser utilizada en la práctica clínica para afinar la predicción de riesgo en sujetos con riesgo cardiovascular intermedio.
La LP-PLA2 ha suscitado también mucho interés como diana terapéutica en la enfermedad coronaria. La LP-PLA2 se localiza en altas concentraciones en el núcleo lipídico de las placas inflamatorias. La LP-PLA2 es secretada por las células inflamatorias en la lesión o la transportan las partículas de LDL. La LP-PLA2 actúa sobre la fosfatidilcolina oxidada (localizada en la parte externa de las LDL oxidadas) para generar lisofosfatidilcolina y ácidos grasos oxidados. Estos dos productos lípidos bioactivos inducen la expansión del núcleo lipídico y el adelgazamiento de la capa fibrosa. La inhibición selectiva de la LP-PLA2, mediante el tratamiento con darapladib, inhibe la progresión de las lesiones ateroscleróticas coronarias avanzadas en un modelo experimental40. En un estudio realizado en 330 pacientes con enfermedad coronaria documentada angiográficamente, la administración de darapladib durante 12 meses previno la expansión del núcleo necrótico, un determinante clave de la vulnerabilidad de la placa41. Aunque son precisos estudios adicionales, estos datos indican que la inhibición de la LP-PLA2 puede ser un nuevo abordaje terapéutico.
Proteolisis
El desequilibrio entre la síntesis y la degradación de la matriz extracelular es un fenómeno clave en el debilitamiento y la rotura de las placas ateroscleróticas avanzadas. Mientras que la muerte por apoptosis de las células de músculo liso vascular (CMLV) parece ser el principal mecanismo involucrado en la disminución de la síntesis de componentes de la matriz, el incremento de su degradación se ha asociado al aumento en las concentraciones y la actividad de diversas enzimas proteolíticas. De estas enzimas, las metaloproteinasas (MMP) han sido las más estudiadas.
Metaloproteinasas
La mayoría de los factores de riesgo de enfermedad aterosclerótica se han asociado a un aumento en las concentraciones de diversas MMP circulantes, entre otras, la hipertensión42 y la diabetes mellitus43. Asimismo, las concentraciones de MMP-9 y del inhibidor TIMP-1 están significativamente aumentadas en pacientes con aterosclerosis carotídea44,45 y en pacientes con enfermedad coronaria46. También se ha detectado un aumento en las concentraciones de ambos marcadores en pacientes que han sufrido un SCA47. En relación con el posible valor pronóstico de las MMP, en prevención primaria se ha observado que el aumento en la MMP-9 circulante es capaz de predecir eventos cardiovasculares en sujetos sanos48. Asimismo, diversos estudios en prevención secundaria han relacionado las concentraciones de MMP-9 elevadas en pacientes con diversas afecciones cardiovasculares con una mayor mortalidad cardiovascular49,50.
Entre las diferentes estrategias terapéuticas empleadas en la aterosclerosis que son capaces de modular las concentraciones de MMP, cabe destacar dos: los trombolíticos y las estatinas. Mientras que los trombolíticos pueden estimular la expresión de MMP y la degradación del colágeno51, las estatinas disminuyen las concentraciones de MMP-952.
Trombosis
La presencia de estos procesos inmuno-inflamatorio-proteolíticos en la placa aterosclerótica conduce a la desestabilización, la rotura y la consiguiente formación de trombo, que es la base de las consecuencias clínicas más severas de la aterosclerosis. En el 70% de los enfermos que presentan un SCA ocurre este proceso de rotura de placa. Normalmente se trata de una placa que no estenosa mucho el vaso, contiene grasa y, al producirse una fisura en ella, pone en contacto el núcleo lipídico, rico en factor tisular, con el torrente circulatorio, lo que da lugar a la formación de un trombo que impide el flujo sanguíneo.
CD40/CD40L
Dada la implicación del sistema CD40/CD40L en la aterotrombosis53,54, también se ha intentado analizar si la determinación de sus valores plasmáticos podría proporcionar información pronóstica. Un aumento de CD40L soluble predice un mayor riesgo de eventos cardiovasculares en mujeres sanas55. Sin embargo, la mayor parte de la población que tuvo eventos tenía concentraciones similares a las de quienes permanecieron estables, y la diferencia se debía a un pequeño subgrupo que sí tuvo valores de CD40L claramente más elevados. Por lo tanto, es posible que en mujeres sanas el CD40L soluble pueda distinguir un grupo con especial riesgo de eventos vasculares, pero no a la mayoría.
En pacientes con SCA se ha visto que las plaquetas muestran un incremento de la expresión de CD40L56. En el estudio CAPTURE57, en el que se evaluaba el uso de abciximab frente a placebo, se analizaron las concentraciones de CD40L en pacientes con SCASEST que iban a ser sometidos a angioplastia. En primer lugar, se observó que los pacientes del grupo placebo con concentraciones de CD40L elevadas tenían más probabilidad de muerte o infarto no fatal durante los 6 meses siguientes. En segundo lugar, el valor predictivo de CD40L era independiente de las concentraciones de troponina T, ya que —incluso en los que se elevaba este marcador— los valores de CD40L seguían teniendo valor pronóstico. Por último, el abciximab reducía el riesgo de eventos en los sujetos con concentraciones de CD40L soluble elevadas hasta igualarlos con el del grupo que tenía valores bajos, mientras que éstos no se beneficiaban del uso de este bloqueador de los receptores IIb/IIIa. Estos hallazgos podrían estar relacionados con que el CD40L soluble confiere una mayor estabilidad al trombo cuando se une a los receptores plaquetarios IIb/ IIIa58, por lo que los pacientes con concentraciones mayores se beneficiarían especialmente de los bloqueadores IIb/IIIa. Datos del estudio OPUS-TIMI16 (Orbofiban in Patients with Unstable coronary Syndromes-Thrombolysis In Myocardial Infarction 16), también en SCASEST, confirman el valor predictivo del CD40L independientemente de las concentraciones de PCR y troponina I59.
Diferentes trabajos han analizado el efecto del tratamiento hipolipemiante con estatinas en las concentraciones plasmáticas de CD40L. Así, se ha demostrado que el tratamiento con atorvastatina durante 8 semanas disminuye la expresión de CD40L en plaquetas procedentes de sujetos hiperlipémicos60. Además, en el estudio ASAP (Atorvastatin versus Simvastatin on Atheroclerotic Progression Study), el tratamiento con atorvastatina (80 mg/día) o simvastatina (40 mg/día) disminuyó las concentraciones plasmáticas de CD40L independientemente de la reducción que se observó en las de colesterol61. En el estudio MIRACL (Myocardial Ischemia Reduction with Aggressive Cholesterol Lowering), que reclutó a 2.352 pacientes que habían sufrido un SCA, el tratamiento con atorvastatina (80 mg/día) durante 16 semanas disminuyó las concentraciones de CD40L y redujo el riesgo de padecer un nuevo evento vascular en sujetos que se encontraban en el percentil superior (> 90%)62. Finalmente, en el estudio AIM, el tratamiento con todas las dosis disponibles de atorvastatina produjo una disminución de las concentraciones de CD40L circulante en los sujetos con alto riesgo cardiovascular que se encontraban en el cuartil superior63. Todos estos estudios indican que el tratamiento hipolipemiante con estatinas es capaz de disminuir las concentraciones de CD40L, probablemente de manera independiente de su acción hipolipemiante.
NUEVOS BIOMARCADORES POTENCIALES
En la búsqueda de nuevos biomarcadores hay dos aproximaciones posibles. La primera es una aproximación clásica basada en la selección de proteínas implicadas en la fisiopatología de la aterotrombosis, como en los ejemplos revisados en la primera parte de esta revisión. En la segunda, mediante el uso de técnicas de alto rendimiento como la proteómica, no se necesita un conocimiento previo de las proteínas ni de la función que pueden desempeñar en la enfermedad. Con esta aproximación podemos comparar fluidos o tejidos de un paciente con los de un sujeto sano y, a modo de rastreo, ver qué proteínas se expresan de modo diferente en una y otra muestra. Se generan así listados de proteínas potencialmente involucradas en esta enfermedad, entre las cuales debemos seleccionar aquellas cuyas función y/o propiedades indiquen que tienen más probabilidades de ser buenos biomarcadores.
Aproximación clásica
Un ejemplo de esta aproximación es el estudio del sistema Fas/ligando de Fas, perteneciente a la superfamilia del receptor del factor de necrosis tumoral. Tanto Fas como ligando de Fas poseen formas solubles y, mientras que Fas soluble (sFas) se genera por splicing alternativo de un único gen64,65, el ligando de Fas soluble (sLFas) se genera mediante la acción de una MMP66.
Las concentraciones de sLFas están incrementadas en pacientes con insuficiencia cardiaca, IAM o angina inestable67-69, situaciones agudas en las que las células inflamatorias están muy activadas y podrían aumentar la secreción de esta proteína. Por el contrario, en situaciones crónicas, se ha observado que los pacientes con hiperlipemia familiar combinada o con aterosclerosis carotídea presentan un marcado descenso de las concentraciones de sLFas circulante70. La unión de LFas a su receptor produce la activación de la muerte celular programada o apoptosis de la célula que expresa el receptor. Se ha propuesto que la expresión de LFas en algunos tejidos contribuye a un estado de privilegio inmunitario que previene el infiltrado de células inflamatorias, ya que estas células expresan su receptor y, por lo tanto, sufrirían apoptosis cuando entran en contacto con el tejido. En este sentido, se ha demostrado que LFas se produce en las células endoteliales en circunstancias normales y su expresión puede regular negativamente la extravasación celular71. Estímulos proinflamatorios, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), son capaces de disminuir la expresión de LFas en células endoteliales y facilitar la entrada de células inflamatorias en los estadios tempranos del desarrollo de la lesión aterosclerótica. Nuestra hipótesis es que la disfunción endotelial que tiene lugar en estos pacientes podría ser el motivo de estos hallazgos, probablemente debido a una menor síntesis endotelial y/o una menor liberación a la sangre (fig. 3). Para ello, analizamos las concentraciones de sLFas en 110 pacientes con enfermedad coronaria a los que se determinaba la respuesta vasodilatadora a la hiperemia reactiva como un marcador de función endotelial. Observamos que hay una relación lineal entre concentraciones de sLFas e hiperemia reactiva, pero no con el flujo en respuesta a la nitroglicerina (respuesta independiente de endotelio), lo que indica que sLFas puede sn endotelial en pacientes con enfermedad coronaria72.
Fig. 3. El ligando de Fas (LFas), un potencial biomarcador de disfunción endotelial. El LFas lo producen y liberan las células endoteliales en circunstancias normales y su expresión puede regular negativamente la extravasación celular mediante la inducción de la apoptosis de leucocitos. Cuando el endotelio es disfuncional, distintos estímulos proinflamatorios son capaces de disminuir la expresión y la liberación de LFas por células endoteliales, lo que facilita la entrada de células inflamatorias en los estadios tempranos del desarrollo de la lesión aterosclerótica.
Por otro lado, las concentraciones de sFas/sLFas circulantes fueron evaluadas en la población del estudio AIM, el cual reclutó a 1.087 sujetos con alto riesgo cardiovascular. En ese estudio se observó una disminución en las concentraciones de sLFas y un aumento en las de sFas en pacientes con alto riesgo cardiovascular, lo que indicaría que ambas proteínas pueden ser marcadores tempranos de daño vascular. Desafortunadamente, el estudio no se diseñó para evaluar eventos cardiovasculares debido al corto tiempo de seguimiento, por lo que el valor predictivo de sFas y sLFas debe ser puesto a prueba en estudios futuros73.
La naturaleza compleja del proceso aterotrombótico exige el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan descubrir nuevos mediadores involucrados en dicha enfermedad. Aunque no se revisan aquí por limitaciones de espacio, la genómica y la proteómica pueden ser herramientas clave para la identificación de genes y proteínas que confieran una mayor predisposición a los eventos cardiovasculares. Dentro de esta aproximación, es importante definir cuestiones clínicas concretas para la obtención de biomarcadores especificos de la enfermedad en cuestión (fig. 4).
Fig. 4. Cómo identificar un biomarcador.
Aproximación proteómica a la búsqueda de nuevos biomarcadores
A continuación se muestran dos ejemplos de nuevos biomarcadores potenciales obtenidos mediante la aplicación de técnicas proteómicas.
Heat shock proteins (HSP)
Las HSP son una familia de proteínas que están presentes en la mayoría de las células. En el interior celular, las HSP actúan como chaperonas facilitando el ensamblaje correcto de las proteínas, así como la translocación de oligómeros, pero también favoreciendo la eliminación de las proteínas que están dañadas de forma irreversible. Por otro lado, pueden ser secretadas y detectadas en plasma. En distintas enfermedades cardiovasculares, se ha observado que su expresión puede modularse tanto en la lesión como en el plasma74,75.Varios estudios han analizado las cantidades circulantes de distintas HSP. Así, la HSP60 puede ser un marcador de aterosclerosis76,77. Entre las hipótesis del incremento de la HSP60 circulante en aterosclerosis, se ha propuesto su potencial participación en la inmunogenicidad de ciertas bacterias78 o en el estrés79. Las concentraciones de HSP60 y HSP70 están incrementadas en pacientes que han sufrido un SCA, posiblemente en relaci&oacut e;n con la necrosis del miocardio80,81. Por el contrario, las de HSP70 se encuentran disminuidas en pacientes con aterosclerosis44. Así, un estudio previo analizó el posible valor pronóstico de la HSP70 circulante en pacientes hipertensos, y observó una correlación inversa entre concentraciones de HSP70 y el grosor íntima-media carotídeo82. Esos autores propusieron que las concentraciones de HSP70 elevadas podrían reflejar un estado antiaterogénico en los vasos sanguíneos. Posteriormente, se ha observado que el aumento de las concentraciones de HSP70 se asocia con un menor riesgo de enfermedad coronaria y un menor número de vasos afectados83.
Mediante una aproximación proteómica, se ha identificado la HSP27 como una proteína que es secretada en gran cantidad por arterias sanas y cuya secreción disminuye hasta concentraciones casi indetectables a medida que aumenta la complejidad de la placa aterosclerótica. Posteriormente, se ha realizado un estudio en el que se evaluaron las concentraciones de HSP27 en un grupo de pacientes con aterosclerosis carotídea y en sujetos sanos de iguales edad y sexo. Las concentraciones de HSP27 circulante estaban significativamente disminuidas en el grupo de pacientes respecto al grupo control84 (fig. 5). Aunque estos datos preliminares deben ser validados en un grupo más amplio de pacientes y en diversos estadios de la enfermedad cardiovascular, indican que las bajas concentraciones de HPS27 podrían servir como un marcador diagnóstico de enfermedad aterosclerótica avanzada. En cambio, su posible valor pronóstico sólo se ha probado en un estudio en el que se compararon las concentraciones basales de HSP27 de 225 mujeres del Women's Health Study que durante un seguimiento de 6 años sufrieron eventos cardiovasculares y 225 mujeres que no los sufrieron. En ese estudio prospectivo, las concentraciones basales de HSP27 no se asociaron con la aparición de eventos cardiovasculares85.
Fig. 5. La HSP27, un potencial biomarcador diagnóstico de aterosclerosis. Concentraciones plasmáticas de HSP27 en pacientes con aterosclerosis carotídea (n = 28) y controles sanos (n = 12). Con permiso de Circulation84.
TWEAK
El factor de necrosis tumoral inductor débil de apoptosis (tumor necrosis factor-like weak inducer of apoptosis [TWEAK, Apo3L, TNFSF12]) pertenece a la superfamilia del TNF86. Se considera que esta superfamilia es una fuente de dianas terapéuticas que pueden ser útiles en el manejo de enfermedades complejas. Estas citocinas están implicadas en múltiples respuestas biológicas como la inflamación, la respuesta inmunitaria y la reparación tisular87. Los ligandos de esta familia se expresan como proteínas transmembrana tipo II que, en muchos casos, pueden ser procesadas en proteínas secretadas de menor tamaño con actividad biológica88,89. Cada ligando se puede unir a uno o más miembros de la superfamilia del TNF, muchos de los cuales son proteínas transmembrana tipo I o III88,89. Una vez que el ligando se une al receptor, se activan diferentes cascadas de señalización que promueven múltiples respuestas biológicas.
TWEAK se expresa ampliamente en diferentes tejidos como páncreas, intestino, corazón, cerebro, pulmón, ovario y músculo esquelético, y en menor medida en hígado y riñón86-90. Hay diferentes indicios de que esta proteína puede estar implicada en la patogenia de diferentes enfermedades como aterosclerosis, ictus, artritis reumatoide, daño renal autoinmunitario, daño renal agudo y cáncer91,92. Dependiendo del tipo celular analizado, TWEAK es capaz de estimular proliferación93, supervivencia94, migración95, crecimiento celular96 y apoptosis86. Además, puede promover91 o inhibir97 la diferenciación celular. Finalmente, TWEAK es capaz de inducir la expresión de múltiples proteínas proinflamatorias98,99.
Usando la tecnología de SELDI-TOF, se ha identificado TWEAK soluble (sTWEAK) como un potencial marcador de aterosclerosis que es secretado por arterias sanas en mayor medida que por placas ateroscleróticas100. La cuantificación de sTWEAK en plasma mostró que sus concentraciones están disminuidas en pacientes con aterosclerosis carotídea respecto a los sujetos sanos. Finalmente, el sTWEAK mostró una correlación inversa con el cociente íntima-media en pacientes asintomáticos, lo que indica que esta proteína puede ser un marcador de aterosclerosis subclínica (fig. 6). Estos resultados han sido confirmados posteriormente por Kralisch et al101, quienes observaron que los sujetos con enfermedad renal crónica o con diabetes mellitus tipo 2, dos cuadros relacionados con alto riesgo de enfermedad cardiovascular, presentaban concentraciones de sTWEAK circulante reducidas.
Fig. 6. TWEAK, un biomarcador de aterosclerosis subclínica. Las concentraciones plasmáticas de tumor necrosis factor-like weak inducer of apoptosis(TWEAK) están disminuidas en pacientes con aterosclerosis (estenosis carotídea > 70%) (A) y se correlacionan negativamente con el grosor íntima-media carotídeo en sujetos asintomáticos (n = 106) (B). Con permiso de Arterioscler Thromb Vase Biol100.
Además, recientemente se ha demostrado que las concentraciones plasmáticas de sTWEAK predicen mortalidad total y cardiovascular en sujetos sometidos a hemodiálisis102. Estos resultados fueron más evidentes cuando las concentraciones plasmáticas de sTWEAK se combinaban con un estado inflamatorio del sujeto (aumento en la concentración plasmática de IL-6). Todos estos resultados parecen indicar que sTWEAK puede ser un muevo biomarcador diagnóstico y pronóstico de aterosclerosis.
CONCLUSIONES
La predicción del riesgo cardiovascular es uno de los grandes desafíos de la medicina moderna. Entre los biomarcadores clásicos revisados, además de los datos de la PCR, los mejores resultados corresponden al ligando de CD40, tanto por su independencia de otras variables como por tratarse de moléculas que participan en la fisiopatología de la aterotrombosis. En este sentido, las concentraciones de CD40L soluble parecen ser más eficaces para valorar el riesgo en situaciones agudas que en prevención primaria. Sin embargo, aún falta estandarización en las determinaciones, y las concentraciones varían claramente de unos estudios a otros. Éste es uno de los factores que hay que solucionar para poder abordar el uso del CD40L como marcador de riesgo en la práctica clínica habitual.
La búsqueda de nuevos biomarcadores mediante técnicas proteómicas permitirá conocer nuevas proteínas que tengan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad. Esas proteínas deberán tener poca variabilidad y se debe poder analizarlas con técnicas estándar y con bajo coste económico y de tiempo. Finalmente, el uso de un conjunto de biomarcadores (multimarcador) dará más información del grado de afección del individuo, así como de su pronóstico y su respuesta a un tratamiento. La utilización de estos multimarcadores, en combinación con técnicas de imagen no invasivas, podría dar en el futuro la llave para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
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Sección patrocinada por el Laboratorio Dr. Esteve
Fuentes de financiación: Los artículos de los autores citados en el texto se han realizado con ayudas del Ministerio de Ciencia y Tecnología (SAF2007/63648, SAF2007-60896), CAM (S2006/GEN-0247), Ministerio de Sanidad y Consumo, Instituto de Salud Carlos III, Redes RECAVA (RD06/0014/0035), Fundación Ramón Areces, FIS 05/0451 CP04/00060 y European Network (HEALTH F2-2008-200647).
Correspondencia: Dr. J. Egido.
Servicio de Nefrología e Hipertensión. Laboratorio de Patología Vascular. Fundación Jiménez Díaz.
Avda. Reyes Católicos, 2. 28040 Madrid. España.
Correo electrónico: Jegido@fjd.es