Editado por Lora E. Burke, PhD, mph, rn e Ira S. Ockene, md. Armonk, NY: Editorial Futura Publishing Company, Inc., 2001; 368 págs; 36 figs. ISBN 0-87993-47-3
El término «compliance» tiene un significado de sumisión, obediencia, y desde el punto de vista médico se podría expresar como el grado en que el comportamiento de una persona o de un enfermo coincide con los consejos del médico. En castellano se suele traducir por la palabra cumplimiento. Este cumplimiento se refiere no sólo a la toma correcta de los fármacos prescritos por el médico, sino que tiene un sentido más amplio y comprende también la asistencia a las visitas concertadas o el correcto seguimiento de los consejos respecto a la modificación de hábitos tóxicos o de programas dietéticos o de ejercicio físico. Parece evidente que el grado de cumplimiento es, globalmente, bastante pobre, y este hecho puede ser el responsable de una mala evolución de la enfermedad y puede motivar hospitalizaciones más frecuentes y la práctica de exploraciones adicionales. Las razones de la falta de cumplimiento son diversas y pueden estar relacionadas con la propia dificultad del tratamiento (p. ej., los tratamientos que comportan la toma de fármacos varias veces al día), con la falta de comprensión de las pautas terapéuticas o con una actitud intencionada por parte del paciente que juzga excesivo o pontencialmente tóxico un determinado tratamiento. Otras veces, la razón es simplemente de índole económica. Es curioso que los médicos, en general, estamos poco concienciados con este problema y, a menudo, asumimos que el paciente va a seguir nuestros consejos incluso sin dedicar el tiempo suficiente para explicarlos. La repercusión de la falta de cumplimiento es muy importante en la práctica clínica diaria, pero es especialmente relevante en la obtención de resultados fiables en los estudios de eficacia farmacológica, habiéndose calculado que una reducción de la adhesión a la toma del fármaco asignado del 20% comportaría la necesidad de aumentar la muestra de estudio en más de un 50% para mantener un poder estadístico equivalente.
Aparte de la falta de cumplimiento que puedan tener los enfermos, existe un problema frecuente de falta de cumplimiento por parte de los médicos cuando no seguimos de forma adecuada las Guías de Práctica Clínica en relación a la indicación de pautas de tratamiento farmacológico que han demostrado de forma evidente un beneficio en patologías concretas.
El libro «Compliance in Healthcare and Research», de Burke LE y Ockene IS, editado por Futura Publishing Company, Inc. y auspiciado por la American Heart Association, consituye una recopilación de aportaciones que tratan sobre los diferentes aspectos relacionados con estos problemas. Se trata de un libro de 354 páginas y 21 capítulos que se agrupan en 7 apartados en los que se discuten los factores que afectan el cumplimiento, las formas de organización multidisciplinaria para mejorar el problema, los métodos de medida del cumplimiento (información directa por parte del paciente, métodos biológicos, métodos electrónicos), problemas en poblaciones especiales (niños, grupos minoritarios, obesos), importancia y repercusión del cumplimiento adecuado en los estudios de eficacia terapéutica y formas de mejorarlos, aspectos relacionados con el seguimiento o falta de seguimiento de las Guías de Práctica Clínica por parte de los médicos, y direcciones futuras en este campo.
El libro es de fácil lectura y aporta una interesante información sobre estos importantes aspectos de la práctica médica, aunque es algo repetitivo en algunos temas, lo cual debería haber sido mejor cuidado por parte de los editores. En conjunto, creemos que es un libro valioso y que puede contribuir a mejorar nuestra actuación como médicos prácticos, y también a la hora de diseñar posibles estudios de intervención farmacológica.