ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 73. Núm. 9.
Páginas 700-701 (Septiembre 2020)

Viaje al corazón de las palabras
Covid-19: usos correctos

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Desde que, el pasado 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara oficialmente la pandemia de covid-19, he recibido de médicos y otros profesionales sanitarios un buen número de consultas sobre el uso correcto en español de su terminología específica. En su mayor parte, relacionadas con el término ‘coronavirus’ o con el mejor modo nombrar en español la nueva enfermedad (en inglés, COVID-19) y su coronavirus causal (en inglés, SARS-CoV-2). Siguen a continuación mis recomendaciones:

CORONAVIRUS

Por analogía con términos como herpes virus (virus del herpes), influenza virus (virus de la gripe), measles virus (virus del sarampión), rabies virus (virus de la rabia), rubella virus (virus de la rubéola), etc., algunos se preguntan si corona virus no debería ser en español más bien ‘virus de la corona’, en lugar de ‘coronavirus’. Rotundamente no: en primer lugar, corona no es el nombre de ninguna enfermedad; y en segundo lugar, sobre todo, el nombre correcto en inglés no es *corona virus*, sino coronavirus, todo junto. Se trata del nombre común para cualquier virus perteneciente a la familia Coronaviridae; en español, pues, ‘coronavirus’ también, igual que llamamos ‘retrovirus’ y no *virus retro* a los virus de la familia Retroviridae, o ‘adenovirus’ y no *virus adeno* a los virus de la familia Adenoviridae.

En singular, ‘coronavirus’ se escribe igual en inglés y español. En plural, en cambio, en inglés dicen coronaviruses («one coronavirus, two coronaviruses»), mientras que en español el plural es invariable: «un coronavirus, dos coronavirus».

En cuanto al adjetivo correspondiente, cualquier médico medianamente familiarizado con la lectura de textos científicos en inglés habrá observado que el sufijo–al se usa mucho más en inglés que en español para la formación de adjetivos especializados. Para expresar relación con los microbios en general, por ejemplo, el inglés recurre al adjetivo microbial, mientras que nosotros decimos ‘microbiano’. Si el microbio causal es una bacteria, en tal caso los anglohablantes dirán bacterial, mientras que nosotros diremos ‘bacteriano’. Si es un hongo, el adjetivo inglés será fungal; el español, ‘fúngico’. Y, de forma parecida, cuando se trata de un virus, el inglés recurre al adjetivo viral donde nosotros tradicionalmente decíamos ‘vírico’: «vacuna triple vírica», por ejemplo, en lugar de *triple viral*.

Para traducir el adjetivo inglés coronaviral y expresar relación con los coronavirus, pues, recomiendo en español coronavírico. Soy consciente, no obstante, de que la presión del inglés es abrumadora en la medicina actual, y muchos médicos de habla hispana dicen y escriben coronaviral. Se supone que la RAE lo da también por bueno, puesto que desde el año 1992 recoge en su diccionario normativo la variante ‘viral’ —hoy de uso predominante en español- junto a la forma tradicional ‘vírico’.

COVID-19

El 11 de febrero de 2020, la OMS decidió bautizar oficialmente la nueva enfermedad, en inglés, como coronavirus disease 2019 (o, en forma abreviada, COVID-19). En español, pues, enfermedad coronavírica de 2019 o coronavirosis de 2019. De forma simultánea, circularon o siguen circulando también otros nombres descriptivos informales, como «epidemia coronavírica china», «neumonía por coronavirus», «pandemia coronavírica de 2020», «enfermedad de Wuhan», «síndrome agudo respiratorio grave de tipo 2», etc.; los que incluyen topónimos o gentilicios se desaconsejan desde instancias oficiales por considerarse potencialmente estigmatizantes.

En cuanto al acrónimo, tengo claro que en español podríamos haber abreviado sin problemas «enfermedad coronavírica de 2019» a ecov-2019, o «coronavirosis de 2019» a covi 2019, que son abreviaciones de mayor valor nemotécnico para nosotros y que habrían podido incorporarse sin dificultad en el sistema lingüístico. En el uso, no obstante, desde el primer momento se impuso claramente el acrónimo inglés; y eso nos ha traído tres problemas importantes que persisten:

  • a)

    Unos escriben COVID-19 todo en mayúsculas, como en inglés, pero yo recomiendo la forma lexicalizada covid-19, en minúsculas, considerada válida por la RAE y que muy probablemente se impondrá a la larga en el uso. Tenemos un precedente claro en el síndrome de la inmunodeficiencia humana, descrito a principios de los años ochenta. En inglés lo abreviaron AIDS, que todavía hoy sigue siendo la forma habitual en inglés. En español, en cambio, inicialmente escribimos SIDA todo en mayúsculas, como en inglés, pero el término se lexicalizó con rapidez, pasó al lenguaje general, y ya en 1992 entró en el diccionario de la RAE como ‘sida’, sustantivo común todo en minúsculas.

  • b)

    Yo pronuncio «covid» como voz aguda: /kobíd/ (esto es, la hago rimar con David), pero oigo a algunos pronunciarla a la inglesa: /kóbid/, voz llana. Dado que se trata de un acrónimo extranjero, ambas pronunciaciones son justificables; pero quienes la pronuncien llana deberían escribir ‘cóvid’ con tilde (lo cual, en el momento actual es rarísimo: no veo que nadie lo haga así).

  • c)

    Como forma abreviada de «coronavirosis de 2019», para mí es evidente que su género gramatical en español solo puede ser femenino: la covid-19. Oigo a muchos, no obstante, decir «el covid-19»; tal vez, por considerarlo un anglicismo (el inglés es una lengua que carece de género gramatical, pero la mayor parte de los anglicismos crudos terminados en consonante entran en español con género masculino), pero muy posiblemente porque están confundiendo la enfermedad con su coronavirus causal. Lo cual, por cierto, es un error conceptual grave, pero frecuente, y no solo en la población general: he leído artículos firmados por médicos especialistas en los que se habla de *infección por covid-19* o *neumonía por covid-19*.

SARS-CoV-2

Ese mismo día 11 de febrero de 2020, el Comité Internacional de Taxonomía de los Virus (CITV) decidió acuñar un nombre oficial para el virus descrito el 7 de enero en Wuhan, durante un mes llamado de forma provisional 2019 novel coronavirus o 2019-nCoV (en español, «nuevo coronavirus de 2019»). De haberse coordinado con la OMS, lo esperable hubiera sido un nombre como COVID-19 virus, pero el CITV actuó por su cuenta y optó por bautizar el nuevo virus, en inglés, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (o, en forma abreviada, SARS-CoV-2). De modo simultáneo, circularon o siguen circulando también nombres descriptivos informales, como «nuevo coronavirus chino», «virus (o coronavirus) de Wuhan», «virus responsable (o causal) de la covid-19», «coronavirus pandémico de 2020», etc.; los que incluyen topónimos o gentilicios se desaconsejan desde instancias oficiales por considerarse potencialmente estigmatizantes.

¿Y en español? Pues no lo tenemos fácil; el sentido del nombre inglés es fácil de captar: desde el año 2003 teníamos ya un virus del síndrome respiratorio agudo grave que causaba, como su propio nombre indica, un cuadro clínico llamado «síndrome respiratorio agudo grave» o SRAG (en inglés, SARS). Dado que este nuevo coronavirus de 2019 es muy parecido a él, se trata, pues, de un segundo virus del síndrome respiratorio agudo grave (pero que no causa el SRAG, sino la covid-19). El problema surge cuando, en lugar de decir ‘segundo’, queremos poner un 2 en cifra a imitación del inglés. Unos prefieren colocarlo al principio, junto a ‘coronavirus’: coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (con lo que algunos podrían entender que hay varios coronavirus de tipo 2, y uno de ellos causa el síndrome respiratorio agudo grave; lo cual es falso). Otros preferimos colocarlo al final: coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2 (con lo que algunos podrían entender que este nuevo coronavirus causa un cuadro clínico llamado «síndrome respiratorio agudo grave 2»; lo cual no es tan disparatado, puesto que, a fin de cuentas, la covid-19 es también un tipo de síndrome respiratorio grave y de evolución aguda, ¿o no?).

En cuanto a la forma abreviada, en español hubiésemos podido muy bien abreviar el nuevo virus CoV-2-SRAG o CoV-SRAG-2, pero en la práctica se impuso desde el primer día, y de forma abrumadora, el acrónimo inglés SARS-CoV-2.

Fernando A. Navarro

Consejo Editorial, Revista Española de Cardiología

Obra de referencia recomendada: Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (3.a edición), en la plataforma Cosnautas disponible en www.cosnautas.com/es/catalogo/librorojo.

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