Un gran número de estudios nacionales e internacionales han descrito una relación inversa entre la posición socioeconómica, medida principalmente por el nivel de educación, y la enfermedad cardiovascular (ECV)1-4. El hecho de que los individuos con menor nivel de estudios o menor posición social tengan mayor incidencia de ECV y mayor mortalidad indica que existen desigualdades relacionada con el nivel socioeconómico en la ECV. En un reciente artículo publicado en Revista Española de Cardiología, Haeberer et al. presentan por primera vez en España un estudio en el que analizan las desigualdades en mortalidad por ECV, de toda la población, desde una perspectiva interseccional teniendo en cuenta el sexo, la edad y el nivel de estudios5.
En Europa, una gran parte de la desigualdad en mortalidad relacionada con el nivel socioeconómico se debe a la ECV, aunque la proporción varía según la región6,7. En España, la mortalidad por ECV fue la causa que más contribuyó a la desigualdad en mortalidad en el periodo 2001-2008, llegando a representar casi el 50% de la desigualdad absoluta en mortalidad7. Sin embargo, la desigualdad absoluta en mortalidad cardiovascular (CV) parece estar disminuyendo en regiones del norte, el sur y el oeste de Europa6-10. En cambio, las desigualdades relativas en mortalidad CV están aumentando en un gran número de regiones de Europa, tanto de varones como de mujeres10. En España se ha detectado una disminución de las desigualdades absolutas por mortalidad coronaria, pero no un aumento de las desigualdades relativas11.
La desigualdad en mortalidad CV asociada con el nivel de educación parece que no ocurre en todos los diagnósticos12. En España, no había datos sobre la desigualdad asociada con los diferentes diagnósticos de ECV hasta el estudio de Haeberer et al.5. Este estudio muestra que en España existe desigualdad, tanto absoluta como relativa, asociada con la mortalidad por cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca e ictus, resultados que corroboran los observados en otros países de Europa12. Haeberer et al. describen también que las desigualdades relativas en cardiopatía isquémica e insuficiencia cardiaca son mayores en las mujeres que en los varones de todos los grupos de edad, tal y como ocurre en otras regiones de Europa12, y que las desigualdades absolutas en estos diagnósticos también son mayores en las mujeres, a excepción de la población de 30-69 años.
Haeberer et al. explican que parte de las diferencias en desigualdad encontradas en varones y mujeres se deben a las diferencias individuales en desigualdades y vulnerabilidad de los factores de riesgo CV. Esta explicación es plausible teniendo en cuenta que estos factores de riesgo explican un 17-70% de las desigualdades en la incidencia de cardiopatía isquémica y de ictus en población general de Europa13,14. Además, en España se ha observado que las desigualdades asociadas con la prevalencia de obesidad y diabetes son mayores en las mujeres que en los varones15. A parte de las desigualdades individuales en los factores de riesgo CV, es posible que la mayor desigualdad por mortalidad CV de las mujeres se deba también a un menor acceso a pruebas diagnósticas y consejo médico especializado16, un mayor impacto de los estresores medioambientales y el nivel de apoyo social17 y una menor disponibilidad de recursos económicos, acceso al mercado de trabajo e independencia18,19.
Es importante destacar que Haeberer et al. han observado una mayor desigualdad en mortalidad CV en la población de 30 a 69 años5. Los autores han descubierto que en este grupo de edad los individuos con menor nivel de estudios concentraron un 50-65% de las muertes por ECV y cardiopatía isquémica. La concentración de mortalidad en el grupo de edad de 30 a 69 años podría indicar, tal y como ocurre en Inglaterra, que existe una disminución de las desigualdades entre los individuos más jóvenes que no se está produciendo en los de más edad9.
La existencia de desigualdades en mortalidad por cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca e ictus en España, observada por Haeberer et al., indica que se debe diseñar estrategias que permitan reducirlas. En concreto, la mayor desigualdad observada en el grupo de 30 a 69 años y en mujeres muestra que se debe incrementar el esfuerzo en proveer prevención CV a toda la población, pero especialmente a estos grupos con mayores desigualdades. Además, estos resultados indican que se debería analizar en detalle las desigualdades en los factores de riesgo CV y la contribución de estos a las desigualdades en mortalidad e incidencia CV en diferentes regiones de España. El análisis de factores de riesgo CV debería incluir no solo los factores individuales, como la edad, el sexo, el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión y la hipercolesterolemia, entre otros, sino también factores poblacionales, como la privación. La identificación de los factores de riesgo que contribuyen en mayor grado a las desigualdades en mortalidad e incidencia CV es de vital importancia para definir estrategias específicas para disminuir estas desigualdades, así como identificar las áreas donde sería más plausible y necesario aplicar intervenciones.
CONFLICTO DE INTERESESNo se declara ninguno.