El grupo colaborativo sobre enfermedades no transmisibles y riesgo cardiovascular (NCD Risk Factor Collaboration) ha publicado recientemente los resultados de un estudio sobre la evolución del índice de masa corporal (IMC) en el mundo entre 1975 y 20141. El estudio, con una muestra cercana a los 20 millones de personas procedentes de 200 países, se pone de manifiesto el aparente fracaso de las políticas públicas dirigidas a frenar la obesidad. Al mismo tiempo, la permanencia del bajo peso en determinadas regiones del planeta evidencia que la subalimentación sigue presente, circunstancia que supone otros riesgos para la salud2.
El objetivo del presente trabajo es analizar la evolución del estado nutricional de la población adulta española en un periodo reciente (2009-2014) a partir de los datos contenidos en las Encuestas Europeas de Salud en España (EESE)3, realizadas por el Instituto Nacional de Estadística en el marco de las Encuestas Europeas de Salud (European Health Interview Survey [EHIS]). En ellas se recoge la información de peso y talla referida por los participantes, a los que se pregunta: «¿Podría decirme cuánto mide, aproximadamente, sin zapatos? (en cm)» y «¿Cuánto pesa, aproximadamente, sin zapatos ni ropa? (en kg)». A partir de los datos indicados, se estimó el IMC (peso [en kg] / talla2 [en m]) y se clasificó a los individuos en las categorías de bajo peso (IMC < 18,5), normopeso (IMC ≥ 18,5-< 25), sobrepeso (IMC ≥ 25-< 30) y obesidad (IMC ≥ 30). Las EESE incluyen a personas de 16 o más años, por lo que, eliminados los menores de 18, se trabajó sobre una muestra de 20.234 personas en 2009 y 21.283 en 2014.
Para analizar el efecto de la edad, la muestra se estratificó en grupos de 18-39, 40-59, 60-79 y ≥ 80 años. La prevalencia de las categorías nutricionales se estimó con un intervalo de confianza del 95% (IC95%) tanto para la muestra en su conjunto como desagregada por sexo y edad. Para establecer comparaciones, las prevalencias se ajustaron previamente mediante el método directo, considerando como estándar la serie total. Se efectuó un análisis de regresión logística (odds ratio [OR]; IC95%) de manera independiente para cada categoría de IMC (bajo peso, sobrepeso y obesidad) frente a la de normopeso, específicos para cada sexo, con ajuste por edad. El procesamiento estadístico se realizó con los programas Stata 12.0 y Epidat 4.1.
La tabla muestra las prevalencias de bajo peso, sobrepeso y obesidad de la población adulta española, en general y desagregada por sexo y edad, en 2009 y 2014. En las 2 EESE estudiadas, el sobrepeso y la obesidad se incrementan con la edad en ambos sexos entre los 18 y los 79 años (p < 0,001). Paralelamente, el bajo peso disminuyó desde los 18 a los 60 años y se incrementó en los mayores de 80. La proporción de exceso ponderal (sobrepeso más obesidad) fue, en todas las edades, superior en varones (p < 0,001), si bien a partir de los 60 años se observó una mayor proporción de mujeres obesas. Por otra parte, la prevalencia de bajo peso fue mayor en todos los grupos de edad de la serie femenina (p < 0,001). Cabe señalar que estas diferencias en función del sexo y la edad concuerdan con las observaciones de los estudios ENPE4 y ANIBES5, aunque en ambos el intervalo de edad era más restringido, hasta los 64 años.
Prevalencia de bajo peso, sobrepeso y obesidad en población adulta española por sexo y edad, a partir de las EESE de 2009 y 2014
2009 | 2014 | |||||||
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Edad (años) | n | Bajo peso, % (IC95%) | Sobrepeso, % (IC95%) | Obesidad, % (IC95%) | n | Bajo peso, % (IC95%) | Sobrepeso, % (IC95%) | Obesidad, % (IC95%) |
Varones | ||||||||
18-39 | 3.069 | 1,0 (0,7-0,4) | 39,0 (37,3-40,7) | 12,0 (10,9-13,2) | 2.784 | 1,3 (0,8-1,7) | 36,8 (35,0-38,5) | 10,7 (9,6-11,9) |
40-59 | 3.527 | 0,2 (0,1-0,4) | 49,9 (48,3-51,6) | 20,4 (19,1-21,7) | 3.936 | 0,5 (0,3-0,7) | 46,9 (45,3-48,5) | 19,1 (17,8-20,3) |
60-79 | 2.309 | 0,4 (0,2-0,7) | 51,2 (49,2-53,3) | 22,8 (21,1-24,5) | 2.630 | 0,5 (0,3-0,8) | 51,0 (49,0-52,9) | 23,4 (21,8-25,0) |
≥ 80 | 498 | 1,4 (0,4-2,4) | 48,4 (44,0-52,8) | 17,9 (14,5-21,2) | 674 | 0,7 (0,1-1,4) | 47,6 (43,9-51,4) | 18,7 (15,8-21,6) |
Total* | 9.403 | 0,6 (0,4-0,7) | 47,0 (45,6-48,4) | 18,5 (17,6-19,3) | 10.024 | 0,7 (0,6-0,9) | 45,1 (43,8-46,4) | 17,8 (17,0-18,6) |
Mujeres | ||||||||
18-39 | 3.169 | 6,1 (5,2-6,9) | 20,3 (18,9-21,7) | 7,6 (6,7-8,5) | 2.889 | 5,5 (4,7-6,3) | 19,2 (17,7-20,6) | 9,5 (8,4-10,5) |
40-59 | 3.815 | 1,6 (1,2-2,0) | 30,1 (28,6-31,5) | 14,6 (13,5-15,7) | 4.116 | 2,3 (1,8-2,7) | 28,3 (26,9-29,7) | 14,6 (13,5-15,7) |
60-79 | 2.992 | 0,7 (0,4-1,0) | 43,7 (41,9-45,5) | 25,2 (23,7-26,8) | 3.079 | 1,3 (0,9-1,7) | 39,7 (38,0-41,5) | 24,9 (23,4-26,4) |
≥ 80 | 855 | 2,9 (1,8-4,1) | 37,7 (34,4-40,9) | 22,3 (19,6-25,1) | 1.175 | 1,6 (0,9-2,3) | 40,8 (38,0-43,6) | 22,2 (19,8-24,6) |
Total* | 10.831 | 2,8 (2,4-3,1) | 31,5 (30,4-32,5) | 16,0 (15,3-16,8) | 11.259 | 2,9 (2,6-3,2) | 29,7 (28,7-30,7) | 16,4 (15,7-17,2) |
Ambos sexos | ||||||||
18-39 | 6.238 | 3,6 (3,1-4,0) | 29,5 (28,3-30,6) | 9,8 (9,0-10,5) | 5.673 | 3,4 (3,0-3,9) | 27,8 (26,6-29,0) | 10,1 (9,3-10,9) |
40-59 | 7.342 | 0,9 (0,7-1,2) | 39,6 (38,5-40,7) | 17,4 (16,5-18,3) | 8.052 | 1,4 (1,1-1,7) | 37,4 (36,3-38,5) | 16,8 (16,0-17,6) |
60-79 | 5.301 | 0,6 (0,4-0,7) | 47,0 (45,6-48,3) | 24,2 (23,0-25,3) | 5.709 | 1,0 (0,7-1,2) | 44,9 (43,6-46,2) | 24,1 (23,1-25,3) |
≥ 80 | 1.353 | 2,4 (1,6-3,2) | 41,6 (39,0-44,2) | 20,7 (18,5-22,9) | 1.849 | 1,3 (0,8-1,8) | 43,3 (41,0-45,5) | 20,9 (19,1-22,8) |
Total* | 20.234 | 1,7 (1,5-1,9) | 38,8 (37,9-39,7) | 17,3 (16,7-17,8) | 21.283 | 1,9 (1,7-2,0) | 37,1 (36,3-37,9) | 17,2 (16,6-17,7) |
IC95%: intervalo de confianza del 95%.
La proporción de sobrepeso total indicada en el ENPE (39,3%) estaba en el intervalo de variación correspondiente a las EESE de 2009 y 2014, mientras que la correspondiente al ANIBES (35,5%) se hallaba ligeramente por debajo. En ambos estudios, que parten de datos antropométricos, la prevalencia de obesidad (el 21,6 y el 19,9% respectivamente) resultó algo superior a la aquí observada, lo que podría explicarse por la tendencia de los individuos obesos a subestimar su peso6.
Por lo que se refiere a la evolución temporal, propósito fundamental de este trabajo, se constata que entre 2009 y 2014 la prevalencia de bajo peso permaneció prácticamente igual en ambos sexos, mientras que en los varones descendieron de manera significativa el sobrepeso (OR = 0,89; IC95%, 0,84-0,95; p < 0,001) y la obesidad (OR = 0,90; IC95%, 0,82-0,97; p < 0,05). En las mujeres también disminuyó el sobrepeso (OR = 0,90; IC95%, 0,84-0,96; p < 0,01), aunque no se encontró disminución de la prevalencia de obesidad. A pesar de la limitación que supone trabajar con datos declarados por los entrevistados6, la tendencia positiva detectada en solo 1 quinquenio ofrece un panorama moderadamente optimista. Sería conveniente valorar si esta tendencia se mantiene en el tiempo y si es resultado del esfuerzo de los sectores implicados en salud pública para controlar los factores de riesgo cardiovascular.