Dada la gran prevalencia de obesidad infantil en España, se analiza su evolución entre 2006-2007 y 2011-2012, junto con dieta, hábitos de sueño y sedentarismo en la población de 5-14 años y la percepción parental del exceso de peso infantil.
MétodosLa muestra procede de las Encuestas Nacionales de Salud de 2006-2007 (n = 5.590) y 2011-2012 (n = 3.601). Las encuestas se realizaron mediante entrevista telefónica a los padres/tutores por personal entrenado. La información sobre peso y talla es la declarada por los encuestados, y se aplicaron los puntos de corte de sobrepeso/obesidad de la International Obesity Task Force.
ResultadosLa prevalencia de exceso de peso fue del 30,1% en 2006-2007 y del 29,7% en 2011-2012, y la de obesidad, del 9,6 y el 9% respectivamente. La percepción errónea del exceso de peso pasó del 60,8 al 71,4% (p < 0,001). La ingesta diaria de verdura aumentó un 7,8% y la de refrescos y aperitivos disminuyó. Esta caída fue mayor en menores de clase social baja, que también redujeron el consumo de dulces y comida rápida. Mientras el cumplimiento de las recomendaciones sobre horas de sueño disminuyó un 5%, el de las relativas al tiempo máximo de actividad sedentaria no varió.
ConclusionesLas altas cifras de obesidad y sobrepeso infantil permanecieron estables en España entre 2006-2007 y 2011-2012. El error perceptivo del exceso de peso aumentó entre los padres. Aunque disminuyó el consumo de refrescos y aperitivos, se observó un bajo cumplimiento de las recomendaciones dietéticas y las relativas a horas de sueño y ocio sedentario.
Palabras clave
A finales del siglo xx se observó un aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil1. En España, la obesidad infantil pasó del 4,9% en 1984 al 13,9% en 20002. Paralelamente aumentó el porcentaje de padres que no perciben el exceso de peso de sus menores3, reflejo de la progresiva normalización de la obesidad4.
Sobre el año 2000, la prevalencia de obesidad infantil comenzó a estabilizarse en muchos países5,6. En España se ralentizó su ascenso entre 2001 y 2006, excepto en adolescentes de clases sociales desfavorecidas7. La percepción errónea de los padres evolucionó en paralelo3. Los datos nacionales recientes son inconclusos: comparando con el año 20002, un estudio de 2011 observó estabilización de cifras, excepto para obesidad en niñas, que siguió aumentando en el grupo de 6-9 años8, y otro de 2012 halló una reducción del sobrepeso y la obesidad en el grupo de 8-13 años9. Hasta donde conocemos, ningún estudio ha analizado la evolución de la percepción parental errónea del exceso de peso de los menores después del año 2006.
Entre los factores asociados a la obesidad están la ingesta de bebidas azucaradas y las dietas altamente energéticas y deficientes en frutas/verduras10,11, el escaso número de horas de sueño12 y el excesivo sedentarismo13,14. En España, el consumo inadecuado de frutas y verduras entre los menores superaba el 40% en 199815, el consumo de azúcares representaba el 21% de la ingesta calórica total, duplicando lo recomendado16, y entre 2001 y 2004 aumentó el consumo de refrescos azucarados17. La población de 5-15 años que dormía menos de 8 h/día pasó del 2,9% en 2001 al 4% en 200318 y la que veía la televisión más de 2 h/día aumentó un 4% entre 199719 y 200320.
Nuestro objetivo es analizar la evolución de la obesidad infantil en España entre 2006-2007 y 2011-2012, la dieta, las horas de sueño y sedentarismo y de la percepción parental errónea del exceso de peso de los menores, en muestras procedentes de las Encuestas Nacionales de Salud de España (ENSE) de 2006-200721 y 2011-201222.
MÉTODOSDatosSe analizaron los cuestionarios de menores de las últimas ENSE realizadas en 2011-201223 y 2006-200724. El Instituto Nacional de Estadística, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, lleva a cabo dichas encuestas con periodicidad variable desde 1987. Se incluyó a la población menor no institucionalizada mediante muestreo polietápico estratificado. Las unidades de primera etapa fueron secciones censales, las de segunda fueron viviendas familiares y las de tercera, individuos. La información se recogió de julio de 2006 a junio de 2007, y de julio de 2011 a junio de 2012. Los padres/tutores del menor contestaron cuestionarios mediante entrevista telefónica tras ser informados sobre la encuesta y el carácter voluntario/anónimo de su participación, y facilitar consentimiento verbal. Todas las preguntas y opciones de respuesta utilizadas para medir las variables del estudio fueron idénticas en ambas encuestas.
La ENSE de 2011-2012 contó con 5.495 menores de 0-14 años y la ENSE de 2006-2007, con 9.122 menores de 0-15 años. Se excluyó a la población de 0-4 años (ENSE de 2011-2012, n = 1.894; ENSE de 2006-2007, n = 2.869) y de 15 años (ENSE de 2006-2007, n = 663). La muestra final fue de 3.601 menores de 5-14 años en 2011-2012 y 5.590 en 2006-2007. El análisis del índice de masa corporal se realizó, por falta de información sobre peso y/o talla, con submuestras de 2.938 menores en 2011-2012 y 4.341 menores en 2006-2007.
VariablesSobrepeso y obesidadEl sobrepeso y la obesidad se determinaron obteniendo el índice de masa corporal de datos de peso y talla del menor declarados por los encuestados. El sobrepeso y la obesidad constituyeron el exceso de peso, y se establecieron según la International Obesity Task Force25.
Percepción errónea del exceso de peso/obesidadLa percepción errónea del exceso de peso/obesidad de los menores se recogió mediante la pregunta: «Y en relación con su estatura, diría que el peso del/de la niño/a es: 1) bastante mayor de lo normal, 2) algo mayor de lo normal, 3) normal, 4) menor de lo normal». Se consideró error perceptivo cuando los menores presentaban sobrepeso/obesidad y la respuesta de los padres era «normal» o «menor de lo normal».
Consumo diario de refrescos/alimentosEl consumo diario de refrescos/alimentos (fruta, verdura, dulces, comida rápida, aperitivos) se obtuvo con la pregunta: «¿Con qué frecuencia consume el/la niño/a los siguientes alimentos? 1) A diario, 2) Tres o más veces a la semana, pero no a diario, 3) Una o 2 veces a la semana, 4) Menos de una vez a la semana, 5) Nunca o casi nunca».
Tiempo de sueñoEl tiempo de sueño se obtuvo mediante la pregunta: «¿Podría indicarme, aproximadamente, cuántas horas duerme habitualmente el/la niño/a al día? Incluya las horas de siesta». Se evaluó el cumplimiento de las recomendaciones sobre sueño de la National Sleep Foundation26 y los Centers for Disease Control and Prevention27: mínimo de 10 h para el grupo de 5-9 años y 9 h para el de 10-14 años.
Ocio sedentarioEl ocio sedentario incluyó la televisión/videojuegos u ordenador en tiempo de ocio. Se obtuvo de las preguntas: «¿Suele el/la niño/a ver la televisión todos o casi todos los días?», «¿Durante cuánto tiempo, aproximadamente, suele el/la niño/a ver la televisión cada día?», «¿Suele el/la niño/a jugar con videojuegos, ordenador o internet todos o casi todos los días?» y «¿Durante cuánto tiempo, aproximadamente, suele el/la niño/a jugar con videojuegos, ordenador o internet cada día?». Se evaluó el cumplimiento de las recomendaciones de la American Academy of Pediatrics: un máximo de 2 h/día28.
Variables sociodemográficasSexo (niño, niña), edad (5-9 años, 10-14 años) y clase social (alta, media, baja), definida por el Instituto Nacional de Estadística según propuestas de la Sociedad Española de Epidemiología en 1995 y 2012. Se construyó mediante nivel ocupacional/estudios del sustentador familiar principal29. La clase social alta se formó con las clases I y II de la clasificación de la Sociedad Española de Epidemiología; la media, con las clases III, IVa y IVb, y la baja, con la clase V.
AnálisisSe realizó análisis descriptivo de cada ENSE. Se calculó la distribución de frecuencias para variables cualitativas —exceso de peso, obesidad, percepción parental errónea, consumo diario de alimentos, cumplimiento de recomendaciones de sueño y ocio sedentario—, globalmente y estratificada por edad, sexo y clase social. Se mostró la prevalencia global cuando las prevalencias estratificadas no resultaron diferentes. Las variables cuantitativas —horas sueño, horas de ocio sedentario— se expresaron con media e intervalo de confianza del 95% (IC95%). Las horas de sueño se estratificaron por edad, puesto que las recomendaciones de sueño difieren según esta.
La comparación de las variables cualitativas entre ENSE se realizó con la prueba de la χ2. Se utilizó la prueba de la t de Student para comparar las horas de sueño y la prueba no paramétrica de la U de Mann-Whitney para comparar las horas de ocio sedentario.
Se utilizó la razón de prevalencias para estimar cuánto más (o menos) prevalentes fueron las variables dependientes en 2011-2012 respecto a 2006-2007 mediante regresión de Poisson con varianza robusta, ajustando por edad, sexo y clase social. No se muestran razones de prevalencia de exceso de peso/obesidad por no encontrarse diferencias estadísticamente significativas.
Se aplicaron los coeficientes de ponderación incluidos en las ENSE en todos los análisis realizados. Se utilizó SPSS versión 13.0 (SPSS, Inc.; Chicago, Illinois, Estados Unidos) y STATA versión 12.0 (StataCorp.; College Station, Texas, Estados Unidos).
RESULTADOSLa tabla 1 muestra las características sociodemográficas de las muestras. La prevalencia de exceso de peso pasó del 30,1% en 2006-2007 al 29,7% en 2011-2012 (p = 0,696). Las cifras de obesidad fueron del 9,6 y el 9% respectivamente (p = 0,485). No se encontraron cambios significativos en la prevalencia de exceso de peso y obesidad por edad, sexo y clase social (tabla 2). En ambos años la prevalencia de exceso de peso/obesidad fue más alta en el grupo de 5-9 años (p < 0,001, ambas ENSE). El gradiente social del exceso de peso observado en 2006-2007 se acentúa en 2011-2012; no ocurrió así con la obesidad.
Características sociodemográficas de las muestras
2006-2007, n (%) | 2011-2012, n (%) | |
---|---|---|
Edad | ||
5-9 años | 2.631 (47,1) | 1.829 (50,8) |
10-14 años | 2.959 (52,9) | 1.772 (49,2) |
Sexo | ||
Niños | 2.890 (51,7) | 1.851 (51,4) |
Niñas | 2.700 (48,3) | 1.750 (48,6) |
Clase social | ||
Alta | 1.312 (23,8) | 760 (22,5) |
Media | 3.508 (63,7) | 2.158 (64,0) |
Baja | 683 (12,4) | 454 (13,5) |
Total | 5.590 (100) | 3.601 (100) |
Resultados tras aplicar los coeficientes de ponderación incluidos en las Encuestas Nacionales de Salud de España.
Prevalencia de exceso de peso y obesidad de los menores, por edad, sexo y clase social
2006-2007 | 2011-2012 | p* | |||
---|---|---|---|---|---|
% (IC95%) | n | % (IC95%) | n | ||
Exceso de peso | |||||
Edad | |||||
5-9 años | 36,8 (34,6-39,0) | 695 | 37,0 (34,5-39,5) | 526 | 0,913 |
10-14 años | 25,0 (23,3-26,7) | 614 | 22,9 (20,7-25,0) | 347 | 0,125 |
Sexo | |||||
Niños | 31,8 (29,9-33,7) | 714 | 30,3 (28,0-32,6) | 465 | 0,323 |
Niñas | 28,4 (26,5-30,3) | 595 | 29,1 (26,7-31,5) | 408 | 0,654 |
Clase social | |||||
Alta | 24,4 (21,8-27,0) | 257 | 21,1 (18,0-24,3) | 136 | 0,118 |
Media | 31,6 (29,8-33,3) | 867 | 31,1 (29,0-33,2) | 563 | 0,736 |
Baja | 34,3 (30,1-38,5) | 168 | 36,0 (30,7-41,2) | 116 | 0,611 |
Obesidad | |||||
Edad | |||||
5-9 años | 15,4 (13,7-17,0) | 290 | 14,7 (12,9-16,6) | 209 | 0,595 |
10-14 años | 5,1 (4,2-5,9) | 124 | 3,7 (2,7-4,6) | 56 | 0,050 |
Sexo | |||||
Niños | 9,9 (8,7-11,2) | 223 | 8,8 (7,4-10,2) | 136 | 0,268 |
Niñas | 9,1 (7,9-10,4) | 192 | 9,2 (7,7-10,7) | 129 | 0,967 |
Clase social | |||||
Alta | 6,2 (4,7-7,7) | 65 | 4,2 (2,6-5,7) | 27 | 0,080 |
Media | 10,3 (9,1-11,4) | 282 | 10,5 (9,0-11,9) | 189 | 0,853 |
Baja | 12,5 (9,6-15,5) | 62 | 8,1 (5,1-11,1) | 26 | 0,199 |
ENSE: Encuesta Nacional de Salud de España; IC95%: intervalo de confianza del 95%.
Resultados tras aplicar los coeficientes de ponderación incluidos en las ENSE.
El porcentaje de padres con percepción errónea del exceso de peso de los menores (figura) aumentó del 60,8% (IC95%, 58,1-63,4%) en 2006-2007 al 71,4% (IC95%, 68,4-74,4%) en 2011-2012 (p < 0,001). Este aumento se observó en todos los subgrupos excepto en clases sociales alta y baja (tabla 3). El error de percepción de obesidad aumentó un 10% (p = 0,011) en 2011-2012. El análisis por grupos mostró aumentos en el grupo de 10-14 años, en los niños y en la clase social media, y disminución en la clase social alta. Tanto el error perceptivo de exceso de peso como de obesidad fue mayor en el grupo de 5-9 años.
Prevalencia de padres con percepción errónea del exceso de peso y obesidad de los menores, por edad, sexo y clase social
2006-2007 | 2011-2012 | p* | 2011-2012/2006-2007, razón de prevalencia (IC95%) | |||
---|---|---|---|---|---|---|
% (IC95%) | n | % (IC95%) | n | |||
Percepción parental errónea del exceso de peso de los menores | ||||||
Edad | ||||||
5-9 años | 71,6 (68,2-74,9) | 495 | 79,7 (76,2-83,1) | 419 | 0,001 | 1,64 (1,24-2,16) |
10-14 años | 48,6 (44,6-52,5) | 298 | 58,7 (53,5-63,9) | 203 | 0,002 | 1,53 (1,16-2,01) |
Sexo | ||||||
Niños | 59,8 (56,2-63,4) | 426 | 71,1 (67,0-75,2) | 331 | < 0,001 | 1,60 (1,23-2,08) |
Niñas | 61,9 (57,9-65,8) | 367 | 71,6 (67,2-76,0) | 292 | 0,002 | 1,55 (1,16-2,08) |
Clase social | ||||||
Alta | 64,9 (59,0-70,8) | 166 | 69,1 (61,2-77,0) | 94 | 0,433 | 1,17 (0,74-1,84) |
Media | 60,8 (57,5-64,0) | 524 | 73,5 (69,9-77,2) | 414 | < 0,001 | 1,67 (1,32-2,12) |
Baja | 53,1 (45,5-60,7) | 89 | 64,7 (55,9-73,6) | 75 | 0,052 | 1,74 (1,05-2,88) |
Percepción parental errónea de la obesidad de los menores | ||||||
Edad | ||||||
5-9 años | 67,9 (62,7-73,5) | 197 | 70,3 (64,3-76,7) | 147 | 0,624 | 1,26 (0,84-1,88) |
10-14 años | 20,3 (12,8-27,1) | 25 | 37,5 (24,8-51,1) | 21 | 0,017 | 2,23 (1,06-4,68) |
Sexo | ||||||
Niños | 45,7 (39,2-52,4) | 101 | 60,7 (52,5-69,1) | 82 | 0,006 | 1,72 (1,07-2,77) |
Niñas | 62,8 (56,0-69,8) | 120 | 66,7 (58,4-74,9) | 86 | 0,552 | 1,11 (0,64-1,92) |
Clase social | ||||||
Alta | 69,2 (57,7-80,6) | 45 | 51,9 (31,0-71,4) | 14 | 0,152 | 0,36 (0,14-0,93) |
Media | 50,9 (45,1-56,8) | 143 | 68,8 (62,3-75,6) | 130 | < 0,001 | 1,85 (1,20-2,83) |
Baja | 45,9 (33,0-58,6) | 28 | 46,2 (27,0-68,1) | 12 | 0,998 | 1,07 (0,38-2,03) |
ENSE: Encuesta Nacional de Salud de España; IC95%: intervalo de confianza del 95%.
Resultados tras aplicación de los coeficientes de ponderación incluidos en las ENSE. Razón de prevalencia ajustada por edad, sexo y clase social.
La tabla 4 muestra el consumo diario de fruta, verdura, dulces, refrescos, comida rápida y aperitivos en 2006-2007 y 2011-2012. Globalmente se observa un aumento del 7,8% en la ingesta de verdura y una disminución de refrescos y aperitivos del 6,4 y el 3,7% respectivamente. Al estratificar por clase social, se observó que el grupo que más aumentó el consumo de verdura fue la clase alta, y el que más disminuyó la ingesta de refrescos fue la clase baja, que además disminuyó la comida rápida y los dulces. En 2011-2012, el consumo de dulces se igualó entre clases sociales.
Prevalencia del consumo diario de fruta, verdura, dulces, refrescos, comida rápida y aperitivos, globalmente y por clase social
Consumo diario | 2006-2007 | 2011-2012 | p* | 2011-2012/2006-2007, razón de prevalencia (IC95%) | ||
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% (IC95%) | n | % (IC95%) | n | |||
Fruta | ||||||
Total | 62,3 (61,0-63,6) | 3.357 | 60,3 (58,7-61,9) | 2.169 | 0,064 | 0,90 (0,82-0,98) |
Alta | 70,7 (68,2-73,2) | 894 | 66,6 (63,3-70,0) | 506 | 0,055 | 0,83 (0,68-1,01) |
Media | 60,2 (58,5-61,8) | 2.049 | 59,0 (56,9-61,1) | 1.271 | 0,368 | 0,94 (0,84-1,05) |
Baja | 57,4 (53,6-61,1) | 381 | 52,7 (48,1-57,4) | 239 | 0,127 | 0,83 (0,65-1,05) |
Verdura | ||||||
Total | 29,0 (27,8-30,2) | 1.563 | 36,8 (35,2-38,3) | 1.322 | < 0,001 | 1,44 (1,31-1,58) |
Alta | 33,4 (30,8-36,0) | 422 | 42,8 (39,3-46,4) | 325 | < 0,001 | 1,50 (1,25-1,81) |
Media | 28,0 (26,5-29,5) | 952 | 35,4 (33,4-37,5) | 763 | < 0,001 | 1,41 (1,25-1,58) |
Baja | 26,0 (22,7-29,4) | 172 | 33,7 (29,3-38,1) | 153 | 0,005 | 1,43 (1,10-1,86) |
Dulces | ||||||
Total | 46,5 (45,2-47,8) | 2.502 | 45,9 (44,3-47,6) | 1.651 | 0,591 | 0,98 (0,90-1,07) |
Alta | 48,0 (45,2-50,8) | 606 | 46,3 (42,7-49,8) | 351 | 0,455 | 0,94 (0,79-1,13) |
Media | 44,5 (42,8-46,1) | 1.511 | 46,2 (44,1-48,3) | 995 | 0,202 | 1,07 (0,96-1,19) |
Baja | 53,9 (50,1-57,7) | 356 | 45,3 (40,7-49,9) | 206 | 0,005 | 0,70 (0,55-0,89) |
Refrescos | ||||||
Total | 17,4 (16,4-18,4) | 934 | 11,1 (10,0-12,1) | 397 | < 0,001 | 0,56 (0,49-0,63) |
Alta | 8,9 (7,4-10,5) | 113 | 6,5 (4,7-8,3) | 49 | 0,044 | 0,73 (0,51-1,03) |
Media | 17,7 (16,4-19,0) | 601 | 10,8 (9,5-12,1) | 233 | < 0,001 | 0,57 (0,49-0,67) |
Baja | 31,7 (28,2-35,3) | 210 | 16,7 (13,3-20,2) | 76 | < 0,001 | 0,43 (0,32-0,58) |
Comida rápida | ||||||
Total | 5,4 (4,8-6,0) | 290 | 4,7 (4,0-5,4) | 169 | 0,147 | 0,88 (0,73-1,08) |
Alta | 4,4 (3,3-5,5) | 56 | 4,4 (3,0-5,8) | 33 | 0,920 | 1,00 (0,64-1,55) |
Media | 5,6 (4,8-6,3) | 189 | 5,4 (4,4-6,3) | 116 | 0,781 | 0,98 (0,77-1,24) |
Baja | 6,6 (4,7-8,4) | 43 | 2,6 (1,1-4,1) | 12 | 0,004 | 0,37 (0,20-0,72) |
Aperitivos | ||||||
Total | 6,2 (5,6-6,9) | 334 | 2,4 (1,9-3,0) | 88 | < 0,001 | 0,36 (0,29-0,47) |
Alta | 3,2 (2,2-4,2) | 40 | 0,4 (0,0-0,9) | 3 | < 0,001 | 0,13 (0,04-0,41) |
Media | 6,2 (5,4-7,0) | 211 | 2,9 (2,2-3,6) | 63 | < 0,001 | 0,46 (0,35-0,62) |
Baja | 12,3 (9,8-14,8) | 82 | 3,3 (1,7-5,0) | 15 | < 0,001 | 0,25 (0,14-0,44) |
ENSE: Encuesta Nacional de Salud de España; IC95%: intervalo de confianza del 95%.
Resultados tras aplicar los coeficientes de ponderación incluidos en las ENSE. Razón de prevalencia ajustada por edad, sexo y clase social.
En 2006-2007 el grupo de 5-9 años durmió 9,67 h/día (IC95%, 9,63-9,71), y en 2011-2012 durmió 9,52 h/día (IC95%, 9,47-9,57), 9 min/día menos (p < 0,001). El grupo de 10-14 años durmió en 2006-2007 8,94 h/día (IC95%, 8,89-8,98), y en 2011-2012 la media fue de 8,84 h/día (IC95%, 8,78-8,88), 6 min/día menos (p = 0,003). El cumplimiento de las recomendaciones sobre horas de sueño disminuyó un 5,9% en el grupo de 5-9 años y un 4,5% en el de 10-14 años (tabla 5). Los valores de 2011-2012 supusieron una reducción relativa en torno al 10% respecto a 2006-2007, tras ajuste por sexo y clase social.
Prevalencia de cumplimiento de las recomendaciones sobre horas de sueño y actividades de ocio sedentario de los menores
Cumplimiento de recomendaciones | 2006-2007 | 2011-2012 | p* | 2011-2012/2006-2007, razón de prevalencia (IC95%) | ||
---|---|---|---|---|---|---|
% (IC95%) | n | IC95% | n | |||
Recomendaciones sobre sueño | ||||||
5-9 años (10 h) | 61,4 (59,5-63,3) | 1.606 | 55,7 (53,4-58,0) | 1.018 | < 0,001 | 0,91 (0,85-0,97) |
10-14 años (9 h) | 65,5 (63,8-67,2) | 1.929 | 61,1 (58,9-63,4) | 1.084 | 0,026 | 0,92 (0,87-0,97) |
Recomendaciones sobre TV + internet (≤ 2 h) | 48,1 (46,7-49,4) | 2.497 | 46,8 (45,2-48,5) | 1.671 | 0,260 | 0,95 (0,87-1,04) |
ENSE: Encuesta Nacional de Salud de España; IC95%: intervalo de confianza del 95%; TV: televisión.
Resultados tras aplicar los coeficientes de ponderación incluidos en las ENSE. Razón de prevalencia ajustada por edad, sexo y clase social.
En 2006-2007 los menores dedicaron una media de 2,4 h/día (IC95%, 2,38-2,48) a realizar actividades sedentarias, y 2,5 h en 2011-2012 (IC95%, 2,47-2,57); un incremento de 5 min/día (p = 0,004). El cumplimiento de las recomendaciones sobre tiempo máximo de sedentarismo no varió, situándose cercano al 50% (tabla 5). En ambas ENSE se observó un gradiente social en el cumplimiento de las recomendaciones; el cumplimiento aumenta a medida que la clase social asciende (datos no mostrados en las tablas).
DISCUSIÓNLa prevalencia de exceso de peso y obesidad entre los menores españoles de 5-14 años fue similar en 2006-2007 y 2011-2012, globalmente y por edad, sexo y clase social. Sin embargo, el porcentaje de padres con percepción errónea del exceso de peso de los menores aumentó llamativamente. Globalmente aumentó el consumo de verdura y disminuyó el de refrescos y aperitivos. La clase social baja consumió menos dulces y comida rápida. Se produjo una reducción de las horas de sueño diarias y aumentó el tiempo de ocio sedentario.
Estos datos indican una estabilización de la prevalencia de exceso de peso y obesidad infantil en España. Se viene observando prevalencias similares en niños de 6-9 años del estudio enKid de 1998-20002 y del estudio ALADINO de 20118. En el grupo de 10-14 años, este estudio es el primero en mostrar una estabilización de cifras7. A pesar de esta estabilización, España cuenta con prevalencias de exceso de peso y obesidad infantil de las más altas del mundo30. Como en otros estudios, existe un gradiente social en el exceso de peso, acentuado en 2011-201231, y se observa más exceso de peso y obesidad en el grupo de 5-9 años32.
Hasta 2006, en España la percepción parental errónea del exceso de peso infantil creció paralelamente a las cifras de obesidad infantil3. En nuestro estudio esta percepción ha seguido aumentado a pesar de la estabilización ponderal infantil, y se sitúa entre las más altas observadas en el mundo4. Aunque este resultado puede estar sesgado por el posible error de clasificación ponderal de los menores, se observó un aumento similar en el error de percepción de la obesidad, cuyo riesgo de clasificación errónea es menor. Las razones del aumento del error perceptivo podrían ser: que los padres comparen a los menores con otros más obesos33, que teman estigmatizarlos socialmente o que tiendan a evitar un sentimiento de culpa3. El aumento generalizado de obesidad en adultos también podría influir, y que se considere normales pesos más elevados. Como en otros estudios, el error perceptivo fue mayor en el grupo de menos edad; en estas edades el exceso de peso está más aceptado por creerse que es una característica transitoria que desaparecerá con el crecimiento33. El aumento del error perceptivo infantojuvenil resulta preocupante; los padres que no detecten problemas ponderales en sus hijos difícilmente modificarán sus hábitos obesogénicos34,35. Excepcionalmente, el error perceptivo de obesidad disminuyó entre los padres de clase social alta, posiblemente por una mayor capacidad de contrarrestar la influencia normalizadora de los cambios ambientales de las personas con más recursos/nivel educativo.
Globalmente, el consumo de alimentos evolucionó positivamente en 2011-2012 en cuanto a verdura, refrescos y aperitivos. La ingesta de dulces, comida rápida y fruta no varió. La clase alta fue la que más aumentó las verduras y la baja la que más redujo los refrescos, además de dulces y comida rápida. En 2011-2012 el consumo de dulces se equipara entre clases sociales. El consumo de fruta, verdura y refrescos sigue presentando un gradiente social36. La ingesta de verdura aún no alcanzaba las recomendaciones de la OMS37; la disminución de refrescos, aunque muy llamativa, es insuficiente38. La clase social baja sigue siendo la que consume más alimentos no saludables. El consumo de fruta, entre los más altos de Europa, no se modificó39.
En 2011-2012, el grupo de 5-9 años durmió 9 min/día menos, y el de 10-14 años, 6 min menos. Esto supuso una disminución del cumplimiento de las recomendaciones sobre sueño hasta situarse sobre el 50%, similar a estudios internacionales40. No ha variado el cumplimiento de recomendaciones de ocio sedentario, situado en algo menos del 50%. Estos datos son preocupantes, ya que en el periodo infantojuvenil se instauran hábitos que perdurarán en edad adulta. Además, se conoce la relación inversa entre horas de sueño y sedentarismo en menores41. El sedentarismo de los niños, extendido en todo el mundo42, es un importante determinante de salud, independiente de la actividad física13.
La estabilización ponderal y la evolución favorable del consumo de algunos alimentos se producen tras el lanzamiento en 2005 de la Estrategia española para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad (NAOS)43, por lo que podría atribuírsele parte del éxito. Sin embargo, la falta de mantenimiento temporal de algunas intervenciones44,45, el incumplimiento de acuerdos con la industria de alimentación/bebidas46, la dudosa efectividad de compromisos como el Código PAOS de corregulación de publicidad alimentaria a menores47 y la evolución negativa del error perceptivo parental, el tiempo de sueño y ocio sedentario pondrían en cuestión la efectividad de dicha estrategia. Una alternativa para explicar los cambios observados pudiera ser la crisis económica sufrida en España desde 2008. Entre 2006 y 2012, el precio de alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó un 12%48, y el 41% de los españoles declararon haber modificado su alimentación para economizar49. Esto podría haber disminuido el consumo de alimentos superfluos, refrescos/aperitivos, que serían sustituidos por otros más saludables, como verduras. Respaldaría esta hipótesis el hecho de que la mayor disminución de estos alimentos se produjese en la clase social baja. Un estudio en población cubana mostró importante disminución de peso durante la crisis económica de 1991-199550, que se atribuyó a privación de alimentos e incremento del trabajo manual.
LimitacionesEl cálculo del índice de masa corporal con datos declarados por los encuestados tiende a subestimar el verdadero índice de masa corporal, por sobrestimación de la estatura e subestimación del peso51. Hay estudios que indican que los datos estatoponderales declarados son razonablemente válidos para clasificar en obesos o no obesos a los individuos de muestras representativas de población española52,53. Nuestro objetivo no era estimar cifras de obesidad, sino analizar su evolución temporal mediante análisis de encuestas de igual metodología. Asumiendo que la subestimación del índice de masa corporal se produjera por igual en ambas encuestas, el análisis evolutivo no se afectaría.
No se realizó un análisis independiente de horas de sueño entre semana (colegio) y fin de semana porque la correspondiente pregunta de los cuestionarios de menores no hace esta distinción.
A pesar de la conocida asociación entre obesidad infantil y escasa actividad física, no se añadió actividad física en los análisis debido a falta de datos cuantitativos en las ENSE relativos a la intensidad/tiempo con que los menores realizan dicha actividad física.
CONCLUSIONESA pesar de la estabilidad de cifras de obesidad infantil en España entre 2006-2007 y 2011-2012, se mantienen en unos niveles excesivamente altos y afectan más a la clase social más desfavorecida. La percepción parental errónea del exceso de peso de los menores siguió creciendo de manera alarmante. La alimentación, las horas de sueño y el sedentarismo no cumplen las recomendaciones de organismos nacionales/internacionales.
Las políticas de mejora de la salud infantojuvenil deberían incluir planes de concienciación del problema de la obesidad, especialmente entre los padres, que son fundamentales en el establecimiento de hábitos saludables, y entre las clases sociales desfavorecidas, que presentan mayor margen de mejora en hábitos saludables de alimentación, sueño y sedentarismo54,55.
FINANCIACIÓNEste Proyecto ha sido financiado por el Fondo de Investigación en Salud del Instituto de Salud Carlos III (Project ENPY 1015/13).
CONFLICTO DE INTERESESNinguno.
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Los últimos estudios publicados apuntan a una estabilización de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en España, en torno al 30% (International Obesity Task Force) entre los años 2000 y 2010. La frecuencia de padres con percepción errónea del peso de los menores ha ido aumentado o estabilizándose en paralelo a la evolución de la prevalencia de obesidad infantil hasta 2006. Los hábitos de alimentación, sueño y sedentarismo han evolucionado negativamente en paralelo al aumento de prevalencia de obesidad infantil ocurrido en España antes de 2006.
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La prevalencia de obesidad infantil se ha estabilizado en España (el 9,6% en 2006-2007 y el 9% en 2011-2012). La frecuencia de padres con percepción errónea del exceso de peso de los menores aumentó un 11% entre 2006-2007 y 2011-2012, rompiendo la tendencia previa a evolucionar en paralelo a la prevalencia de obesidad infantil.
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Los menores españoles durmieron entre 6 y 9 min/día menos en 2011-2012 y pasaron 5 min más delante de una pantalla.
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El consumo de refrescos, dulces y aperitivos se redujo, con más intensidad en la clase social baja, y el de verduras aumentó.