La supervivencia al alta tras una parada cardiorrespiratoria intrahospitalaria es menor del 25%, y cerca del 30% de los supervivientes presenta importantes secuelas neurológicas1. Las preferencias de los pacientes respecto a la reanimación cardiopulmonar (RCP) están relacionadas con la percepción que tienen de su probabilidad de éxito2,3. Un excesivo optimismo de nuestros pacientes respecto a maniobras como la RCP podría afectar a sus expectativas, condicionando de esta forma el desarrollo de las órdenes de no reanimar o de los documentos de voluntades anticipadas en el ámbito de la enfermedad cardiovascular.
Nuestro objetivo principal fue conocer el pronóstico que otorgan a la parada cardiorrespiratoria intrahospitalaria los pacientes cardiológicos, y valorar su posible influencia en sus deseos de reanimación. Para ello elaboramos un estudio descriptivo, desarrollado a través de una encuesta voluntaria y anónima (figura), realizada durante una entrevista presencial y personal con un único cardiólogo (J. Ruiz-García), en una serie consecutiva de pacientes al finalizar su consulta de cardiología en un hospital general.
En total se incluyó en el estudio a 130 pacientes cardiológicos consecutivos (tabla). Ninguno rechazó participar y solo 2 prefirieron no contestar a alguna pregunta sobre sus deseos de reanimación.
Características demográficas de los sujetos incluidos en el estudio
Pacientes cardiológicos (n=130) | |
---|---|
Edad (años) | 64,6±15,1 |
Sexo femenino | 58 (45) |
Estado civil | |
Soltero | 10 (8) |
Casado | 81 (62) |
Separado | 6 (5) |
Divorciado | 9 (7) |
Viudo | 19 (15) |
Religión | |
No creyente | 28 (19) |
Católico | 94 (72) |
Otra | 8 (6) |
Nivel de estudios | |
Sin estudios | 15 (12) |
Primarios | 53 (41) |
Secundarios | 19 (15) |
Formación profesional | 23 (18) |
Universitarios | 17 (13) |
Los datos se expresan como n (%) o media±desviación estándar.
La supervivencia total media al alta (pregunta 1A) predicha por nuestro grupo de pacientes fue del 75,6±23,0% (mediana 80%, intervalo intercuartílico 60-94%). La supervivencia media predicha libre de deterioro neurológico significativo (pregunta 1B) alcanzó el 64,5±26,2% (mediana 70%, intervalo intercuartílico 50-86%).
Con estas expectativas, 116 pacientes (89%) deseaban ser reanimados en su estado actual, uno rechazaba la RCP y 12 (9%) nunca se habían planteado esta cuestión. En el caso de cambiar su situación clínica y ser diagnosticado de una enfermedad crónica con una esperanza de vida menor de 12 meses, disminuía significativamente el número (71 pacientes, 55%; p<0,01) de los que continuaban deseando ser reanimados y aumentaba a 22 (17%; p<0,01) y 34 (26%; p<0,01) el número de pacientes que, respectivamente, rechazaban la RCP o reconocían no haberse planteado antes esa cuestión.
Veintiocho pacientes (22%) negaba haber visto o presenciado una RCP; de los que sí lo habían hecho, la mayoría (86%) había sido en una película o serie de televisión.
Una única paciente había registrado un documento de voluntades anticipadas o testamento vital. Sin embargo, 89 (69%) deseaban ser ellos mismos los que tomasen las decisiones sobre los cuidados al final de su vida, frente a 28 (22%) y 12 (9%) que deseaban que fuese el médico o un familiar quien lo hiciese.
Los pacientes cardiológicos entrevistados tienen una visión sumamente optimista de los resultados de la RCP en el contexto de una parada cardiorrespiratoria intrahospitalaria. Es altamente probable que esas expectativas tan distantes de la realidad hayan podido condicionar el deseo mayoritario de querer ser reanimados en su situación clínica actual, e incluso sufriendo una enfermedad que les acortase significativamente su pronóstico de vida.
Los profesionales que tratamos a pacientes cardiológicos deberíamos ser conscientes de esta situación y promover que tomen decisiones basadas en información deseada, objetiva, real y actualizada. Si no aportamos una información adecuada, el paciente puede tomar sus decisiones basándose en unas expectativas erróneas y en unos datos mucho más esperanzadores que la verdadera realidad, impidiendo así el correcto ejercicio de su derecho a consentir de forma informada. En este sentido, llama la atención que el optimismo mostrado por nuestros pacientes cardiológicos, aunque compartido, es incluso superior al observado en otros análisis. Por ejemplo, en el estudio de Jones et al4 situaron la tasa de supervivencia global en el 65%. Más recientemente, la media de supervivencia al alta tras una parada cardiorrespiratoria apuntada por una población sana y más joven que la de nuestra muestra fue del 54%5, bastante alejada todavía de la realidad, pero más cercana a ella que la supervivencia del 76% predicha por nuestros pacientes cardiológicos.
La sobreestimación de las oportunidades de supervivencia y recuperación tras la RCP es relevante, puesto que puede hacer que muchos pacientes opten por rechazar, por ejemplo, una orden de no reanimar en situaciones en las que sus oportunidades de supervivencia son improbables o su riesgo de complicaciones neurológicas es alto, dificultando en muchas ocasiones el desarrollo de las conversaciones entre el cardiólogo y el paciente sobre el final de la vida. Es sabido que, cuando a los pacientes se les muestra la verdadera probabilidad de éxito de una RCP, un gran número cambian sus deseos y solicitan no ser reanimados. De hecho, cuando se interrogó a un grupo de pacientes sobre sus deseos en caso de sufrir una parada cardiorrespiratoria, el 41% optaba por ser reanimado antes de conocer las probabilidades de supervivencia al alta tras la RCP, y tras conocerlas el porcentaje de pacientes que continuaba deseando ser reanimado se redujo al 22%2.
Nuestros resultados muestran, por primera vez, que el pronóstico de la RCP intrahospitalaria predicho por los pacientes cardiológicos españoles se aleja significativamente de la realidad. Con esas expectativas, una amplia mayoría desearía en su situación médica actual ser reanimado en caso de parada cardiorrespiratoria, manteniendo un gran número de ellos este deseo aun sufriendo una enfermedad con clara limitación de su esperanza de vida.