ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Vol. 53. Núm. 7.
Páginas 947-966 (Julio 2000)

Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en marcapasos

GUIDELINES OF THE SPANISH SOCIETY OF CARDIOLOGY ON PACEMAKERS

Ramón Oter RodríguezaJesús de Juan MontielaTomás Roldán PascualaAlfredo Bardají RuizaEnrique Molinero de Miguela

Opciones



Tras una breve introducción histórica y después de la codificación genérica de los diferentes modos de estimulación, se describen las técnicas de implantación y se enumeran los requisitos que se consideran imprescindibles para configurar una unidad de marcapasos, en lo que concierne a recursos humanos, su cualificación y los requisitos materiales que se precisan.Se enumeran las indicaciones actuales de estimulación cardíaca permanente, clasificadas por apartados en tablas y siguiendo las normas de la ACC/AHA de 1998. En otro apartado se describen con más detalle las indicaciones en situaciones especiales, como la miocardiopatía hipertrófica o la dilatada. Se comenta la modulación de frecuencias de estimulación, gracias a la incorporación de biodetectores en los marcapasos modernos o en sus sondas y la estimulación ventricular atriosincrónica con electrodo único (VDD).A continuación se pasa revista a los recientes automatismos que se han introducido en los marcapasos actuales y se analiza la forma más adecuada de seleccionar el modo de estimulación para cada paciente, que queda reflejado en una tabla de fácil interpretación.Tras establecer el protocolo recomendable para proceder al seguimiento de los pacientes portadores de marcapasos, se enumeran los criterios aceptados como indicadores de reemplazo. En un breve apartado se comentan algunos aspectos legales (carnet de conducir, consentimientos informados) y se analizan con más detalle las posibles fuentes de interferencia con la función del sistema implantado, tanto médicas como ambientales o laborales. Se finaliza el capítulo con un breve apartado sobre la supervivencia de los pacientes portadores de marcapasos.

Palabras clave

Estimulación cardíaca
Marcapasos
Bradiarritmias
Bloqueo cardíaco
Enfermedad del nodo sinusal
Guías
INTRODUCCIÓN

La estimulación cardíaca permanente, con cable electrodo, generador y fuente de energía implantable, fue iniciada el 8 de octubre de 1958 en Estocolmo, por Ake Senning, cirujano cardíaco del Hospital Karolinska, utilizando un diseño de R. Elmqvist, ingeniero de Elema Schonander, provisto de una batería de níquel-cadmio recargable por inducción 1. Los dos electrodos, solidarios con el generador, fueron suturados al epicardio, a través de una toracoromía, al paciente Arne Larsson, superviviente en la actualidad después de veintiséis reemplazos.

La estimulación endocárdica temporal fue utilizada por primera vez por medio de un generador externo por Furman y Schwedel en noviembre de 1958, pero su uso con fines de estimulación permanente fue realizada por Parsonnet en 1962.

En el año 1963, Castellanos y Berkovitz presentan el primer marcapasos a demanda y se inicia la estimulación secuencial, en modo VAT, por Natham. Más tarde, Berkovitz comunica el modo de estimulación bicameral DVI, y Funke la estimulación universal o DDD.

En España, la primera intervención fue realizada en 1962, cuando el número de unidades implantadas en todo el mundo era de 51. El Banco de Datos de Marcapasos de la Sociedad Española de Cardiología estima que se implantaron durante el año 1997 un total de 13.525 generadores, lo que representa un volumen de 341 por millón de habitantes, con una relación de implantaciones/reposiciones de 85/15. De ellos, el 56% fue destinado a varones y el 44% a mujeres, con una edad media global de 74,5 años.

Es interesante contrastar este último dato con el referido al año 1966, obtenido en los primeros estudios estadísticos realizados. La edad media fue entonces de 60 años, lo que es un fiel índice del aumento de la esperanza de vida de la población española durante las tres últimas décadas: en 1997, el 92% de los implantes se realizó a pacientes mayores de 60 años.

Porcentaje evolutivo sobre la elección de modo

1994199519961997

DDD/R19,320,221,924,2

VDD/R5,011,313,819,9

VVI/R74,466,861,753,6

AAI/R1,51,72,62,2

Estos datos demuestran que en España todavía persisten altos índices de utilización de la estimulación ventricular en detrimento de la auricular y bicameral. La estimulación en tres o cuatro cámaras está en fase de desarrollo inicial.

MODOS DE ESTIMULACIÓN: CÓDIGO DE CINCO LETRAS

En 1974, el Grupo de Marcapasos de la Inter-Society Commission for Heart Diseases Resources propuso el código ICHD para definir, con tres letras, la cámara estimulada y detectada y el modo de funcionamiento. La incorporación de funciones más complejas motivó la adición de dos posiciones, siete años más tarde.

Actualmente hay una absoluta aceptación del código elaborado por el comité conjunto de la North American Society of Pacing and Electrophisiology y el British Pacing and Electrophisiology Group 2:

Posición 1:Estimulación0Ninguna

AAurícula

VVentrículo

DDoble

SSingle(denominación de fábrica)

Posición 2:Detección0Ninguna

AAurícula

VVentrículo

DDoble

SSingle(denominación de fábrica)

Posición 3:Respuesta0Ninguna

TDisparadoIInhibido

DDisparado + inhibido

Posición 4:Programabilidad0Ninguna

CComunicación, telemetría

PMono o biprogramableMMultiprogramable

RFrecuencia variable

Posición 5:Antitaquicardia0Ninguna

PEstimulación

SChoque

DEstimulación + choque

TÉCNICAS DE IMPLANTACIÓN

Como contraposición a la colocación de un marcapasos temporal, la implantación de un marcapasos definitivo no debe hacerse en tiempos «muertos» de quirófano ni como actividad marginal en la sala de hemodinámica, aceptando que debe ser conceptuada como intervención programada, antes que una técnica urgente.

Más del 95% de las implantaciones se realizan en la actualidad por vía endocavitaria, reservándose la técnica epicárdica para aquellos casos en que la primera de ellas no es posible por problemas de acceso al territorio venoso, o cuando el paciente precisa simultáneamente una intervención de cirugía cardíaca.

En caso de estimulación epicárdica, la de elección es la vía subxifoidea según técnica de Carpentier o la subcostal, ambas extrapleurales. En algunos casos de estimulación bicameral se utilizará una toracotomía mínima anterior derecha.

En niños de corta edad se aconseja utilizar la vía endocavitaria cuando su peso es superior a 5 kg y sin cortocircuito de derecha a izquierda manifiesto o posible. Otro factor a tener en cuenta es el grado de desarrollo corporal, que puede obligar a situar el generador en localización abdominal.

La difusión de la estimulación endocárdica es consecuencia de las ventajas que supone frente a la vía epicárdica, tanto en cuanto a morbimortalidad como a la estabilidad de los umbrales y al hecho de no precisar anestesia general.

En la implantación se elegirá el lado opuesto a la mano dominante del paciente para disminuir la posibilidad de aparición de interferencia por miopotenciales y para evitar la activación incorrecta de biosensores sensibles a la actividad física; deben considerarse los casos particulares como, por ejemplo, la aplicación a violinistas o cazadores. Problema especial plantean los pacientes que, por estar incluidos en un programa de diálisis renal, tienen una fístula arteriovenosa permanente en el antebrazo, ya que la arterialización del territorio venoso hace absolutamente inviable la preparación del campo operatorio.

Tras situar el o los cables se procederá a determinar los umbrales (voltaje, miliamperaje y resistencias, amplitud de la onda P o R detectada en milivoltios y el registro del potencial endocavitario con medida del slew-rate).

También debe comprobarse la presencia de conducción retrógrada (ventriculoatrial) por medio de estimulación ventricular a diferentes frecuencias y voltajes.

Los umbrales deben ser medidos con un analizador de similares características que el generador a implantar, considerándose como umbrales agudos aceptables, para una duración de impulso de 0,50 ms los valores siguientes:

Captura = ventrículo: 1 voltio (máximo); aurícula: 2 voltios (máximo). Detección = ventrículo: 2,5 milivoltios (mínimo); aurícula: 1 milivoltio (mínimo).

Es frecuente que los electrodos de fijación activa auricular o ventricular presenten umbrales elevados durante la intervención y el postoperatorio inmediato.

La resistencia determinada para un estímulo de 5 voltios de amplitud oscilará entre 300 y 800 ohmios con electrodos convencionales.

Un adecuado slew-rate de la despolarización para las señales auricular y ventricular será de 1,5 y 2,5 mV/ms, respectivamente, como valor aceptable, aunque en general los marcapasos precisan señales como mínimo de 0,5 mV/ms.

Es aconsejable estimular con amplitudes superiores a 10 voltios, para comprobar si se produce estimulación diafragmática a través del electrodo ventricular o del nervio frénico a través del electrodo auricular, especialmente si está situado en zona lateral o si se ha elegido la fijación activa en la aurícula.

Se recomienda que, en los casos de estimulación de doble cámara, se coloquen los electrodos siempre en el mismo orden (el auricular más interno), lo que permitirá su identificación posterior. En el caso de cizallamiento (que suele afectar al cable situado más medialmente), aunque se pierda el modo (DDD) no se comprometerá la captura ventricular.

También se utilizan, en ocasiones, modelos con sistemas de fijación activa (screw-in). Están aconsejados si se ha llevado a cabo cirugía cardíaca previa que modifique la anatomía de la aurícula derecha, con la amputación o ligadura de la orejuela, y en pacientes postrasplante cardíaco en los que las biopsias puedan desplazar los electrodos.

Uno de los riesgos a evitar es la infección, cuya aparición se ve incrementada por la permanencia de un cuerpo extraño y favorecida por la eventual aparición de hematoma postoperatorio.

Sólo en caso de enfermos de alto riesgo (portadores de prótesis valvulares metálicas, inmunodeprimidos, programas de diálisis renal crónica, diabéticos, procedimientos de larga duración con sospecha de pérdida de la asepsia) es obligatoria la profilaxis antibiótica (1 g de cefazolina intravenosa una hora antes de la implantación). En el resto de los pacientes, la diversidad de criterios hace opcional esta decisión.

En el caso de pacientes anticoagulados con dicumarínicos, se procederá a su sustitución por heparina sódica, que será suspendida al menos 4 h antes del procedimiento, en el que se realizará una cuidadosa hemostasia. Se mantendrá posteriormente vendaje compresivo y se reiniciará la heparina transcurridas 12 o 24 h, según la enfermedad del paciente. En los casos de terapéutica antiagregante plaquetaria debe tenerse en cuenta la persistencia del efecto farmacológico durante varios días después de haber sido suspendido.

Especial problema plantean los portadores de prótesis valvulares mecánicas, en los que el nivel de anticoagulación es crítico. Si, a pesar de una técnica quirúrgica cuidadosa, se observa durante el procedimiento o se sospecha que en el período postoperatorio puede haber hemorragia, con el consiguiente hematoma, puede colocarse un drenaje de redón con aspiración durante 48 h, después de valorar el sobreañadido riesgo de infección.

CUALIFICACIÓN PROFESIONAL

La estimulación cardíaca permanente es una técnica situada en el ámbito de competencias de la cardiología y de la cirugía cardíaca y, por ello, la práctica de la misma precisa, además de la formación básica en cardiología, el conocimiento específico de una serie de aspectos electrofisiológicos y de técnicas de cateterización aplicadas a la estimulación cardíaca, tecnología de los marcapasos, etc.

Un detallado programa de entrenamiento teórico-práctico ha sido publicado por el Comité Educacional de la NASPE 3.

El entrenamiento básico, siempre bajo supervisión, debe incluir al menos 50 procedimientos entre implantaciones y recambios, en un período continuado de tiempo que dependerá del volumen de actividad del centro de que se trate, por lo que se aconseja que dicha formación se efectúe en unidades con un alto número de implantaciones.

RECURSOS HUMANOS

En las unidades de nivel terciario, la dedicación del personal médico debe ser a tiempo completo y el número aconsejable será de dos médicos, asumiendo uno de ellos las funciones de coordinación o de jefe de la unidad. Además, se contará con una o dos ATS/DUE con conocimientos y entrenamiento específico, que compartirán las actividades de asistencia y ayuda durante la implantación, y control y el seguimiento de los pacientes.

Es deseable que en dichas unidades se establezcan protocolos que permitan atender demandas asistenciales urgentes durante las 24 h, en caso de producirse.

Durante la implantación, los requerimientos mínimos en cuanto a personal son un facultativo especialista, un ATS/DUE con entrenamiento específico y un auxiliar de clínica.

El control y seguimiento precisa de un ATS/DUE con amplios conocimientos en este terreno, así como en el desarrollo de protocolos de seguimiento específicos para cada modo de estimulación, que deberán estar previamente establecidos.

Todas las actividades serán supervisadas por el médico, en especial las programaciones.

RECURSOS MATERIALES

Implantación

Idealmente debe ser llevada a cabo en un quirófano. En su defecto, puede realizarse en una sala de hemodinámica o de radiología, con especiales medidas de mantenimiento de la asepsia.

Los requerimientos básicos para este lugar serían:

1. Amplitud: suficiente para permitir el acceso sin dificultad a cualquier zona del paciente, así como para permitir poder llevar a cabo maniobras de intubación, resucitación cardiopulmonar, pericardiocentesis o colocación de drenaje torácico. Se debe disponer de un espacio anexo para almacenamiento de material estéril y de todo lo necesario para efectuar la implantación y llevar a cabo el tratamiento de las posibles complicaciones.

2. Instalaciones: oxígeno, vacío, aspiración, gases anestésicos, aislamiento eléctrico, aislamiento radiológico y luz cenital quirúrgica. Dosímetros radiológicos para el personal y locales.

3. Ubicación: en zona de hospitalización, con proximidad física y funcional para el acceso a la zona de cuidados intensivos y al bloque quirúrgico.

4. Medios materiales: sistema de fluoroscopia con intensificador de imagen y tubo rotatorio que proporcione un campo visual de un diámetro mínimo de 18 cm, con su correspondiente mesa radiotransparente y la deseable opción de impresión de imágenes y grabación de vídeo.

Además de la visión anteroposterior debe realizarse la lateral u oblicuas (sistema tipo arco). Esto resulta especialmente importante para la colocación de sondas auriculares o en seno coronario.

Idealmente debería de disponerse de sistemas digitales con opción de imagen pulsada para disminuir la dosis de radiación emitida. La utilización de estos equipos lleva implícita la disponibilidad de sistemas de protección pasiva para todas las personas presentes en el procedimiento, así como el control periódico de exposición y dosis acumulada recibida.

Material quirúrgico adecuado, y duplicado en cada procedimiento, para poder atender a su sustitución completa en caso de contaminaciones.

Material para acceso y mantenimiento de vías intravenosas.

Monitorización continua electrocardiográfica, con posibilidad de selección de diversas derivaciones, incluyendo electrodos precordiales (V1 o V2).

Sistema para medida de umbrales y análisis de señales eléctricas endocárdicas. En caso de no hacerse con registro directo, la señal endocárdica puede valorarse con un analizador que permita obtener un registro impreso.

Polígrafo de electrocardiografía con capacidad de registro de señales intracavitarias.

Programador del marcapasos que se implante.

Desfibrilador-cardioversor.

Marcapasos externo. Es recomendable disponer también de marcapasos externo transcutáneo.

Material de emergencia que debe incluir todo lo necesario para una resucitación cardiopulmonar avanzada (fármacos, material de intubación endotraqueal y ventilación manual), para la realización de una pericardiocentesis o para la implantación de un drenaje torácico.

Oxímetro destinado a monitorizar a pacientes con insuficiencia respiratoria, inestabilidad hemodinámica o en los que se realicen técnicas de tracción para extracción de cables retenidos.

Almacén de diferentes tipos de generadores y cables, para poder atender todas las opciones en el modo de estimulación o de anclaje del electrodo que puedan surgir una vez iniciado el procedimiento.

Material para reparación de sondas y adaptadores para modificación de conectores.

Hospitalización

Disponibilidad de monitorización ECG continua vigilada, que puede ser telemétrica y del personal auxiliar y de enfermería correspondiente, para casos en que se requiera, ante situaciones de riesgo.

Seguimiento

Dadas las características de la consulta de seguimiento de marcapasos, y del volumen del material necesario, se recomienda destinar un área individualizada, que dispondrá de aislamiento eléctrico.

Medios materiales

- Electrocardiógrafo con capacidad de registro simultáneo de al menos tres canales.

- Programador de cada uno de los modelos de marcapasos implantados y/o evaluados crónicamente.

- Sistema de medida de anchura de impulso. Idealmente debe disponerse de un sistema de análisis morfológico de la espícula del generador, especialmente en las unidades de nivel terciario.

- Material necesario para tratar arritmias graves. Esto incluye material para acceso y mantenimiento de vías venosas, fármacos y material de resucitación, incluyendo la fácil disponibilidad de cardioversor-desfibrilador.

- Dado el volumen de datos a manejar y la necesidad de disponer de un archivo de los datos completos de la historia de cada paciente, así como de las características de los diferentes marcapasos y electrodos implantados o en el mercado, se debe procurar la gestión informatizada de dichos datos.

- Debe contarse con el apoyo de otros medios diagnósticos, como son el Holter y la ecocardiografía bidimensional-Doppler, en muchos casos precisos para una adecuada y mejor valoración del paciente portador de marcapasos.

INDICACIONES DE ESTIMULACIÓN CARDÍACA PERMANENTE

El Colegio Americano de Cardiólogos (ACC) y la Asociación Americana del Corazón (AHA) están implicados en la producción de normas de actuación en el área cardiovascular desde 1980. Esto se ha traducido en la publicación de varias ediciones de unas Guías Prácticas por grupos de trabajo del ACC/AHA. La última revisión referente a las indicaciones de la estimulación cardíaca permanente ha sido publicada en el número 5, del volumen de 31 de abril del año 1998 del Journal of the American College of Cardiology4, y en las recomendaciones de la citada publicación nos basamos para establecer las presentes indicaciones, con pequeñas modificaciones para adaptarlas a la práctica habitual en nuestro medio, en especial en lo que hace referencia a algunas correspondientes a los grupos IIa o IIb. Sus recomendaciones pretenden basarse en la evidencia recogida de las publicaciones médicas y en la experiencia personal de los cardiólogos implicados en este grupo de trabajo. La publicación fue revisada en sus diversas partes por expertos en los temas respectivos, por lo que traducen el pensamiento actual de los especialistas más reputados.

Las indicaciones se clasifican en tres grupos, de acuerdo con las siguientes consideraciones:

Grupo I: situaciones en las que existe evidencia y/o un acuerdo general en que un procedimiento o tratamiento es beneficioso, útil y eficaz.

Grupo II: situaciones en las que la evidencia es controvertida y/o existen divergencias de opinión sobre la utilidad y eficacia de un procedimiento o tratamiento.

Clase IIa: la evidencia y/o la opinión es mayoritaria o se inclina a favor de la utilidad y eficacia.

Clase IIb: la utilidad y eficacia se basan en un menor grado de evidencia o la opinión mayoritaria es menos favorable.

Grupo III: situaciones en las que la evidencia y/o el acuerdo general apoya la ineficacia del procedimiento o tratamiento, que incluso en algunos casos pudiera ser perjudicial.

Las indicaciones de estimulación cardíaca permanente así clasificadas se muestran a continuación.

El comité de expertos revisó y catalogó el nivel de evidencia que apoyaba las recomendaciones como nivel A, si los datos analizados correspondían a numerosos trabajos aleatorizados, incluyendo un gran número de casos. El nivel de evidencia se catalogó como B, cuando los datos analizados correspondían a un número limitado de ensayos clínicos, englobando series limitadas de pacientes, en estudios bien diseñados pero no aleatorizados o en datos de registros. La evidencia fue catalogada como C cuando la primera fuente de recomendación se basó en la opinión consensuada de los expertos.

Bloqueo auriculoventricular adquirido del adulto

La decisión acerca de la implantación de un marcapasos deben basarse en la presencia o no de síntomas o signos importantes relacionados con la bradicardia. Debemos mencionar que las indicaciones han ido evolucionando en estas últimas décadas basadas más en la experiencia adquirida y en el beneficio observado que en ensayos aleatorizados comparativos. No obstante, los estudios no aleatorizados sugieren, en gran medida, que la supervivencia mejora con la estimulación cardíaca, en los pacientes con bloqueo AV de tercer grado, especialmente con historia de síncopes 5-10. Asimismo, los pacientes con bloqueo AV de segundo grado, tipo II, de localización intra o infrahisiano, experimentan síntomas con frecuencia y comprometen su pronóstico y evolucionan a tercer grado con frecuencia 11-13. Por el contrario, el bloqueo AV tipo I de localización en el nodo AV es de evolución más lenta, y las opiniones son controvertidas en lo que repecta a su tratamiento mediante estimulación cardiaca permanente 11,12,14-17. Tampoco constituyen indicación de estimulación permanente las situaciones que inducen trastornos transitorios y reversibles de la conducción AV y que hay que descartar siempre antes de asegurar el diagnóstico. Las indicaciones en este apartado quedan resumidas en la tabla 1.







Bloqueo bifascicular y trifascicular crónicos (bloqueo de rama asociado a hemibloqueo y prolongación del intervalo PR)

Bajo estas denominaciones se engloban las lesiones de los fascículos de conducción, al menos dobles, por debajo del nodo AV. Se dispone de evidencia de que estos pacientes, cuando experimentan síntomas relacionados, tienen un riesgo elevado de bloqueo AV avanzado que se asocia a una mortalidad alta, en especial de muerte súbita 6,18. Es recomendable intentar demostar la relación de los síntomas con la bradicardia o asistolia, descartando, cuando así se sospeche, la posible interacción de una taquiarritmia ventricular grave y actuar en consecuencia 19-30. Por el contrario, no disponemos de ninguna variable, sea clínica o de laboratorio, que identifique el riesgo de muerte por bradiarritmia en la población de pacientes con bloqueo bifascicular asintomáticos. Más aún, existen datos que sugieren que el ritmo de progresión del bloqueo bifascicular aislado a bloqueo AV de tercer grado es lento. En la mayoría de los casos interpretados como bloqueo trifascicular, bloqueo bifascicular asociado a prolongación del intervalo PR, los estudios electrofisiológicos de la conducción AV han demostrado que se deben a la interacción de un trastorno de la conducción nodal, sin que se haya demostrado en estos casos una relación entre la duración del intervalo PR y el intervalo HV 22,24,28. Aunque no se han encontrado evidencias definitivas, se aconseja que en los pacientes con bloqueo bifascicular, sintomáticos, pero en los que no se ha podido documentar el bloqueo AV avanzado, y cuando se constate en un estudio electrofisiológico un intervalo HV muy prolongado (>= 100 ms), se implante un marcapasos, en especial si se han descartado otras causas de los síntomas 28. Las indicaciones se resumen en la tabla 2.







Postinfarto agudo de miocardio

La necesidad de estimulación cardíaca permanente después de un infarto agudo de miocardio es escasa y está íntimamente relacionada con la aparición de bloqueos de rama agudos y no depende tanto de la aparición de síntomas, como en las indicaciones clásicas. La necesidad de haber tenido que recurrir a estimulación temporal no constituye en sí misma indicación de estimulación permanente. La mayoría de los trastornos de conducción AV ligados al infarto inferior suelen resolverse de forma espontánea y no requieren estimulación permanente. También hay que tener presente que la supervivencia de los pacientes postinfarto agudo de miocardio con trastornos de conducción se relaciona fundamentalmente con la extensión del infarto y, por consiguiente, con el estado de la función ventricuar 8-34. Es bien conocido que la aparición de trastornos de conducción intraventricular, salvo el hemibloqueo anterosuperior izquierdo aislado, en relación con un infarto agudo de miocardio, influye de forma desfavorable en el curso de la enfermedad, incrementando el riesgo de muerte súbita 8,13,31,33, y no debido a la incidencia más elevada de bloqueos AV sino a la aparición de arritmias ventriculares graves 31-36. Por consiguiente, la decisión de implantar un marcapasos, además de considerar el estado de la conducción AV, deberá basarse en el pronóstico global y el riesgo de taquiarritmias ventriculares, actuando en consecuencia (tabla 3).







Enfermedad del nodo sinusal

Es bien sabido que este síndrome engloba un amplio espectro de pacientes con diversas arritmias: bradi-arritmias en forma de bradicardia sinusal, paros o pausas sinusales, bloqueo sinoauricular e incluso taquiarritmias auriculares paroxísticas que influyen negativamente sobre la bradicardia, induciendo pausas prolongadas en el momento de su reversión espontánea o provocada. Estos pacientes pueden estar sintomáticos por la bradicardia, por las taquiarritmias o por ambas. La evaluacion de los síntomas no siempre es fácil y debe relacionarse con las alteraciones del ritmo cardíaco con la ayuda de registros electrocardiográficos, Holter, monitorización prolongada, registro de eventos o ergometría. Rara vez se requerirá proceder a un estudio electrofisiológico invasivo, salvo para evaluar el estado de la conducción AV y como ayuda a la selección del modo de estimulación más adecuado (AAI/R frente a DDD/R). La naturaleza intermitente de estos episodios dificulta aún más el diagnóstico. En ocasiones se presenta en forma de incompetencia cronotrópica al esfuerzo.

En estos casos, los marcapasos que incorporan biodetector con modulación de las frecuencias de estimulación pueden resultar útiles 37-39. Hay que descartar siempre la posible existencia de un incremento del tono vagal (entrenamiento atlético, etc.) que influya negativamente sobre el automatismo, y valorar el grado de reversibilidad del trastorno y la influencia de fármacos antes de tomar la decisión definitiva. La selección del modo de estimulación es esencial. La estimulación auricular o doble cámara, si se requiere, ha demostrado una reducción de la incidencia de accidentes vasculares y de taquiarritmias auriculares y una mejoría en la calidad de vida, así como una tendencia al incremento en la supervivencia 40-42, si bien no todos los ensayos clínicos han demostrado de forma fehaciente este aserto 43. Existen numerosos ensayos clínicos aleatorizados en curso en los que se comparan los modos unicameral ventricular con los fisiológicos (AAI/R, DDD/R) 44. Las indicaciones se enumeran en la tabla 4.







Hipersensibilidad del seno carotídeo y síndromes neuromediados

Se define como el síncope o presíncope que resulta de la inducción de una respuesta refleja alterada o extrema a la estimulación carotídea. Tiene dos componentes: a) cardioinhibidor, que a consecuencia del incremento del tono vagal induce una enlentecimiento del ritmo cardíaco, pausas o asistolia y posible prolongación del tiempo de conducción AV en el nodo e incluso inducción de bloqueo AV nodal avanzado, y b) vasodepresor, secundario a la disminución de la actividad simpática, que ocasiona una pérdida del tono vascular e hipotensión que puede llegar a ser severa e independiente del trastorno del ritmo cardíaco. Por consiguiente, es fundamental investigar en cada caso la influencia de ambos componentes en los síntomas, con la ayuda de la anamnesis, exploración física, pruebas reflejas, respuesta al masaje carotídeo, ergometría (respuesta del ritmo y la presión arterial [PA] en el inmediato postesfuerzo) y test de basculación. Sólo estará indicada la estimulación permanente en los casos demostrados de alteraciones crono o dromotrópicas severas, con poco componente vasodepresor y siempre con estimulación fisiológica 45,46. Ciertos marcapasos actuales incorporan algoritmos o biodetectores especiales que pueden ayudar a mejorar la respuesta alterada. Los ensayos concluidos o en curso apoyan la estimulación cardíaca permanente, bien seleccionada, aunque continúa existiendo controversia al respecto 47,48 (tabla 5).







Estimulación cardíaca permanente en la infancia y adolescencia

Las indicaciones radican en la detección de bradicardia sinusal sintomática, síndromes bradicardia-taquicardia, bloqueo AV congénito y bloqueo AV avanzado adquirido o posquirúrgico (tabla 6). En general, las indicaciones son las mismas que en el adulto, salvo algunas consideraciones a tener en cuenta: numerosos procedimientos quirúrgicos actuales correctores de alteraciones cardíacas congénitas, si bien han mejorado mucho el estado funcional y la supervivencia, han dado lugar a trastornos del ritmo y de la conducción cardíaca. La persistencia de alteraciones de la función ventricular pueden condicionar que bradicardias relativamente poco severas puedan cursar con síntomas en estos pacientes. Por otra parte, las frecuencias cardíacas en los niños varían mucho con la edad, así como sus consecuencias; una bradicardia moderada en un adolescente puede resultar crítica en un infante. Por consiguiente, se debe valorar de forma muy precisa el estado funcional en relación al trastorno del ritmo encontrado, la sintomatología y signología y el posible beneficio del incremento o de la regularidad del ritmo cardíaco y de su secuencia AV que puede comportar la implantación de un marcapaso, que debería ser fisiológico, siempre que la edad, el tamaño corporal y los accesos venosos lo permitan. En ocasiones, en los niños los períodos de bradicardia son transitorios y difíciles de documentar. El síndrome bradicardia-taquicardia es un hallazgo cada vez más frecuente, facilitado por el empleo de fármacos antiarrítmicos, como la amiodarona o los betabloqueantes, pero su tratamiento es objeto de numerosas controversias. Una alternativa es la estimulación cardíaca permanente, asociada al uso de antiarrítmicos, pero hay que evaluar individualmente los riesgos inherentes y la morbilidad asociada a la implantación de marcapasos a una edad temprana. En lo que respecta al bloqueo AV congénito, estudios recientes sugieren que la implantación de un marcapasos, incluso en casos asintomáticos, puede evitar síncopes y mejorar la supervivencia. Se han propuesto diversos criterios (frecuencia cardíaca media, pausas, cardiopatía estructural, intervalo QT y tolerancia al ejercicio) para ayudar a la selección de los candidatos a la estimulación permanente.







INDICACIONES DE MARCAPASOS EN CONDICIONES ESPECIALES

Miocardiopatía hipertrófica

Hasta hace pocos años, la alternativa al tratamiento médico en los pacientes con miocardiopatía hipertrófica que persistían sintomáticos era la cirugía cardíaca (generalmente miotomía-miectomía). Estudios observacionales antiguos habían sugerido que la estimulación eléctrica en el ápex del ventrículo derecho podía reducir el gradiente, en pacientes con miocardiopatía hipertrófica. Se demostró que la implantación de marcapasos doble cámara con intervalo AV corto era, efectivamente, capaz de reducir la magnitud del gradiente obstructivo de estos pacientes y mejorar sus síntomas 49-51. Los mecanismos por los que la estimulación eléctrica mejora el gradiente obstructivo no han sido completamente aclarados, pero con probabilidad están relacionados con la alteración del patrón de activación ventricular 52. Para conseguir el mejor resultado hemodinámico es muy importante la selección del intervalo AV óptimo, que suele ser el intervalo más largo que consigue una morfología del QRS activado por completo eléctricamente 53. Sin embargo, la disminución del gradiente al tracto de salida del ventrículo izquierdo conseguido con un marcapasos doble cámara puede tener efectos adversos sobre el llenado ventricular izquierdo y el gasto cardíaco 54,55.

Los estudios aleatorizados que han intentado demostrar el beneficio sintomático de pacientes con miocardiopatía hipertrofia tratados con estimulación doble cámara han aportado datos controvertidos 56-59, aunque en general se constata una disminución del gradiente y una mejora en el grado de capacidad funcional de insuficiencia cardíaca. Puesto que no existe un estudio extenso, prospectivo, controlado con placebo y a largo plazo, la indicación de marcapasos en la miocardiopatía hipertrófica sigue estando discutida (tabla 7). Además, no hay datos que indiquen que la estimulación DDD altere el curso de la enfermedad o mejore el pronóstico.







Miocardiopatía dilatada

Algunos pacientes con insuficiencia cardíaca refractaria al tratamiento médico parecen beneficiarse de la estimulación eléctrica cardíaca con un sistema doble cámara con intervalo AV corto 60,61. Los mecanismos por los que el marcapasos doble cámara puede ser útil en la miocardiopatía dilatada están sin aclarar. Teóricamente, el intervalo AV corto puede optimizar la sincronía de la actividad mecánica auriculoventricular y el tiempo de llenado ventricular al reducirse la regurgitación mitral, y aumentando de esta forma el gasto cardíaco y la PA 62. Se ha descrito también que el lugar de estimulación del ventrículo derecho puede ser importante. Es posible que el lugar de estimulación en el ventrículo derecho 63, o incluso la estimulación biventricular simultánea 64, sean determinantes en la mejoría hemodinámica de los pacientes. A pesar de todas estas comunicaciones preliminares, no existe ningún estudio aleatorizado, doble ciego, prospectivo y a largo plazo de la estimulación doble cámara en pacientes con miocardiopatía dilatada en insuficiencia cardíaca refractaria al tratamiento médico que demuestre un beneficio sintomático o una alteración en el curso de esta enfermedad para recomendar el uso de este sistema de estimulación (tabla 8).







Trasplante cardíaco

La incidencia de bradiarritmias tras el trasplante cardíaco varía entre el 8 y el 23%, según las diversas publicaciones 65-67. La mayoría consisten en disfunciones sinusales. Aunque estos trastornos pueden persistir durante meses, dificultando el manejo de estos pacientes y condicionando la decisión sobre la implantación de marcapasos (tabla 9), suelen ser pasajeros y revertir a largo plazo (6-12 meses). Tras la implantación de un marcapasos no es raro observar que, a largo plazo, si el paciente muestra una evolución favorable, no se precisa la estimulación cardíaca permanente 68-70. Por consiguiente, es recomendable no precipitar la implantación y esperar un tiempo prudencial; se ha sugerido la administración de teofilina para mejorar la disfunción sinusal y sólo en los casos con disfunciones sinusales severas y prolongadas o bloqueo AV persistente se debe recurrir a la estimulación permanente, que debería ser fisiológica. Se están efectuando ensayos clínicos con un marcapasos fisiológico (DDDR) dotado de biodetector de aceleración endocárdica, que se ha sugerido que puede contribuir al diagnóstico precoz del rechazo miocárdico.







MARCAPASOS CON FRECUENCIA AUTORREGULABLE

Algunos marcapasos se pueden programar para que incrementen su frecuencia de estimulación en función de algún parámetro biológico que se modifique en paralelo a las necesidades de un mayor gasto cardíaco 71. Este sistema, que es capaz de modular su frecuencia de estimulación, se designa con la letra R en la cuarta posición del código de marcapasos (p. ej., VVIR, AAIR, DDDR). La magnitud y la velocidad del cambio en la frecuencia cardíaca son variables programables. Idealmente, el biodetector debería responder en proporción directa a la demanda metabólica, usar un electrodo convencional, consumir poca batería, ser autoprogramable y responder de manera rápida, con un descenso gradual de la frecuencia cardíaca al finalizar el ejercicio. Por desgracia, no existe un biodetector ideal que satisfaga una respuesta cronotrópica perfecta. Entre los biodetectores más utilizados en la práctica clínica, comentaremos los que responden a la actividad y los que responden en función de la frecuencia respiratoria.

Los marcapasos con biodetector de actividad 72 emplean un biodetector piezoeléctrico que está situado en su interior y que detecta fuerzas mecánicas o vibraciones (movimiento del cuerpo), que son transformadas en energía eléctrica para el control de la frecuencia cardíaca. Este biodetector no es metabólico y, por tanto, no es fisiológico: no responde al ejercicio mental, a las emociones o al ejercicio isométrico. Sin embargo es un sistema simple, fiable, estable, fácil de programar, usa un electrodo estándar y tiene una respuesta rápida a períodos breves de ejercicio. Los marcapasos dependientes de la respiración son dispositivos que calculan el volumen ventilatorio por minuto a partir de la impedancia transtorácica 73, asumiendo que el volumen por minuto respiratorio calculado se correlaciona estrechamente con las demandas metabólicas. Existen otros tipos de biodetectores menos utilizados en la práctica clínica, como las basados en cambios de la temperatura o del intervalo QT, y en la actualidad se están investigando biodetectores que detectan cambios en la aceleración endocárdica. Últimamente ha aparecido una nueva generación de marcapasos que utilizan dos biodetectores para utilizar las ventajas de cada uno de ellos y evitar sus inconvenientes (existen varias posible combinaciones: por ejemplo, actividad e intervalo QT, actividad y frecuencia respiratoria, actividad y aceleración endocárdica, etc.).

El gran problema no resuelto de los marcapasos de frecuencia adaptable es cómo programar sus parámetros ante un paciente determinado. En general, se ha descrito que la programación adecuada debería ser la que incrementase la frecuencia cardíaca de 10 a 25 lat/min (hasta 90 por min), ante un paseo casual de 2 o 3 min, o que en un paseo rápido o subir escaleras aumentase la frecuencia de 20 a 45 lat/min (hasta 100 a 120 por min) 74.

MARCAPASOS VDD CON ELECTRODO ÚNICO

En los pacientes con bloqueo AV de segundo o tercer grado que tienen preservada la función sinusal no es necesaria la estimulación auricular, y la estimulación ventricular atriosincrónica es la ideal. A principios de los años ochenta se comunicaron las primeras experiencias de la estimulación VDD con electrodo único 75: el electrodo situado en el ápex del ventrículo derecho tenía dos polos flotantes situados a una distancia variable de la punta, de forma que quedaban ubicados cerca de la cara lateral alta de la aurícula derecha, permitiendo la detección de la onda P. En los últimos 10 años, este sistema de estimulación se ha popularizado de forma extraordinaria y ha sido desarrollado por prácticamente todas las empresas fabricantes de marcapasos 76.

Se aconseja que la detección auricular durante el implante sea de 2 mV de media. A los 2 años de seguimiento, el 95% de los pacientes siguen en programación VDD, con una sincronía auriculoventricular superior al 90% en los pacientes que persisten en ritmo sinusal normal, siempre que se evalúe en el seguimiento la amplitud de las ondas P y se programe la sensibilidad auricular con un margen doble de seguridad, como mínimo 77.

La estimulación VDD con electrodo único está contraindicada en la enfermedad del nódulo sinusal, en la fibrilación o flúter auricular crónico, ante cardiomegalia significativa (dilatación de aurícula derecha) o ante la imposibilidad de detectar potenciales endocavitarios auriculares adecuados durante la implantación.

AUTOMATISMOS EN MARCAPASOS

En los últimos años han ido apareciendo una serie de automatismos que, en principio, deberán hacer más seguro el funcionamiento de los marcapasos y más fácil la labor del cardiólogo en el seguimiento.

Entre los automatismos existentes podemos destacar los siguientes:

Autocaptura. Este algoritmo permite medir periódicamente el umbral de estimulación y ajustar la energía de salida del generador a un valor siempre superior al obtenido. Independientemente del autoumbral obtenido, en caso de producirse un fallo de captura se origina una salida de alto voltaje que elimina la asistolia.

El objetivo del dispositivo es asegurar siempre la captura del miocardio por el estímulo y, por otra parte, obtener un menor gasto energético, dando lugar a una mayor longevidad de la batería.

Las últimas generaciones de marcapasos han introducido sistemas de análisis del autoumbral de estimulación, bien latido a latido, bien de una forma periódica programable, fundamentalmente en la cámara ventricular, con electrodos de baja polarización o bien con electrodos convencionales de alta impedancia o clásicos. El sistema se basa en la detección de potenciales evocados tras la despolarización miocárdica y los diversos modelos pretenden eliminar la polarización de la interfase o artefacto de polarización.

Autodetección. El objetivo de este algoritmo es ajustar la sensibilidad de la frecuencia programada en cada cámara para evitar problemas tanto de hiper como de infradetección.

Los generadores que incorporan este algoritmo evalúan y miden cada onda P y/o R, y posteriormente ajustan de forma automática las sensibilidades A y V dentro de límites definidos, para prevenir la subdetección y la sobredetección de los electrogramas endocavitarios.

El algoritmo provoca un ajuste más sensible (menor valor numérico) cuando se detectan una serie de ondas con valor inferior al rango programado, y provoca un ajuste menos sensible (mayor valor numérico) en caso contrario.

Cambio de polaridad del electrodo. El objetivo del algoritmo es analizar el funcionamiento de un cable bipolar y cambiar su polaridad, en estimulación, a monopolar en caso de detectar deterioro del electrodo externo.

Los generadores que poseen esta característica analizan periódicamente la impedancia del cable en bipolar; cuando detectan modificación significativa de la impedancia (excesiva o reducida), interpretan deterioro del cable y modifican la polaridad a monopolar.

Este sistema permite garantizar la estimulación en caso de fallo de la estimulación del filamento externo.

Cambio de modo ante arritmias (automatic mode switch [AMS]). El objetivo del AMS es evitar que el paciente portador de un marcapasos AV secuencial y con taquiarritmias supraventriculares ocasionales, experimente una estimulación rápida a una frecuencia máxima de sincronía AV (tracking) durante el tiempo que dure la taquiarritmia auricular y que, por consiguiente, los síntomas se atenúen.

El comportamiento de los distintos algoritmos de marcapasos bicamerales VDD(R) y DDD(R) que comparten el cambio de modo es el de reducir la respuesta ventricular a la frecuencia básica, o a la comandada por el biodetector (si comporta modulación de frecuencias), en caso de detectar taquiarritmias auriculares; al detectar el ritmo auricular rápido (por encima de una frecuencia seleccionada y programada) los marcapasos modifican su comportamiento, de forma transitoria, a modos de estimulación VDI(R) o DDI(R), con retorno automático a modo VDD(R) o DDD(R) una vez finalizada la taquiarritmia. Es decir, suspenden la sincronía AV durante la taquiarritmia auricular y la recuperan al finalizar ésta.

Existen varios fabricantes que incorporan esta modalidad en sus generadores bicamerales, con distintos algoritmos.

La mayoría de los marcapasos con AMS almacenan en memoria los episodios detectados (sean o no sintomáticos), de forma que puedan ser analizados de una forma retrospectiva en el seguimiento mediante la telemetría.

Control automático de los períodos refractarios auriculares. Este algoritmo, existente en la mayoría de los marcapasos AV secuenciales, permite la modificación automática del período refractario auricular posventricular (PVARP) según la frecuencia auricular.

El algoritmo reduce el PVARP desde un valor más prolongado en reposo, a frecuencias lentas, a un valor más corto a frecuencias más altas.

Los valores prolongados a frecuencias auriculares lentas protegen de las ondas P retrógradas, evitando la taquicardia mediada por el marcapasos. Los valores reducidos a frecuencias altas permiten mantener la sincronía AV durante frecuencias auriculares más elevadas. Con frecuencia este algoritmo se asocia a la variación del intervalo AV.

Búsqueda del intervalo AV. En los marcapasos AV secuenciales este algoritmo mide continuamente el intervalo auriculoventricular y lo adapta de forma automática (según la onda P sea detectada o estimulada) para mantener la conducción intrínseca. Esta característica permite evitar la estimulación ventricular innecesaria en pacientes con conducción intrínseca relativamente normal, contribuye a prolongar la vida de la batería del marcapasos y a evitar cambios hemodinámicos relacionados con la alteración de la secuencia de activación ventricular.

Intervalo AV dinámico. Permite modificar el intervalo AV según la variablilidad de la frecuencia auricular. Este algoritmo permite un comportamiento más adecuado desde el punto de vista hemodinámico, así como alcanzar frecuencias cardíacas más elevadas que las programadas.

SELECCIÓN DEL MODO DE ESTIMULACIÓN

La estimulación cardíaca puede ser unicameral (en aurícula o ventrículo) o bicameral.

La estimulación auricular obtiene el mejor resultado hemodinámico, ya que permite la conservación del sincronismo AV, pero si existe alteración de la función sinusal con imposibilidad de taquicardización al esfuerzo, su resultado desde el punto de vista de aumento del gasto cardíaco es muy limitado. La incorporación de un biodetector con posibilidad de modular las frecuencias de estimulación puede ser de ayuda en estos casos.

En los pacientes con bloqueo AV y función sinusal normal, la estimulación secuencial es el modo que consigue el mayor beneficio hemodinámico.

En la tabla 10 se expone la selección del modo de estimulación tras valorar el estado de la función sinusal, el cronotropismo y la conducción auriculoven-tricular.







Al seleccionar el modo de estimulación adecuado para el paciente se deben tener en cuenta una serie de factores que inclinarán hacia uno u otro modo. Dichos factores son la edad, estado general y existencia de enfermedad asociada (cardíaca o no), tipo de trastorno del sistema excitoconducción que condiciona la implantación, género de vida del paciente y su capacidad funcional.

SEGUIMIENTO DEL PACIENTE PORTADORDE MARCAPASOS

Unidad de marcapasos

Así se denomina una unidad funcional hospitalaria dotada de los medios personales y materiales precisos que se han detallado previamente para desarrollar todos los aspectos de la estimulación cardíaca permanente, como son la evaluación diagnóstica del paciente, la indicación y el modo de estimulación, la implantación del marcapasos y el seguimiento de dichos pacientes, tanto a corto (cuidados postimplantación y tratamiento de las complicaciones) como a largo plazo (comprobación del funcionamiento, programación, valoración del tiempo de reemplazo, etc.).

Protocolo de seguimiento

Cada vez se hace más complejo realizar un correcto seguimiento del funcionamiento de un sistema de estimulación cardíaca, ya que son numerosos los parámetros y datos a evaluar. En general, deben llevarse a cabo los siguientes pasos:

- Valoración de la sintomatología del paciente.

- Exploración de la zona de implantación del generador.

- Visualización del ritmo cardíaco en el ECG basal.

- Frecuencia magnética, y valoración del autoumbral si lo realiza el modelo del marcapasos.

- Inhibición del generador para conocer la frecuencia intrínseca cardíaca (fundamentalmente en fechas próximas al agotamiento).

- Determinación del umbral de estimulación en cada una de las cámaras.

- Determinación del umbral de detección en cada una de las cámaras.

- Investigación de miopotenciales con electrodos monopolares, o en bipolares programados en detección monopolar.

- Investigación de conducción retrógrada (fundamentalmente en la enfermedad del seno).

- Análisis de datos de telemetría (batería, electrodo, histogramas, contadores de eventos, episodios de cambio de modo, histogramas de arritmias acontecidas y de los ECG almacenados, gráficos de umbral de autocaptura o de autodetección, gráficos de medición de onda endocavitaria, etc.).

- Ajuste de salida y de detección de polaridad, intervalos AV, períodos refractarios tras realizar los análisis anteriormente descritos.

Criterios para el recambio del generador

Existen tres procedimientos para conocer los signos de agotamiento de la batería de un generador de impulsos:

- Frecuencia espontánea. En general los marcapasos disminuyen su frecuencia de estimulación alrededor de un 10% de la frecuencia nominal, al inicio del agotamiento (tiempo electivo de recambio [ERT]), sin embargo no es norma mantenida por todos los fabricantes. Posteriormente su frecuencia decae más se-veramente e incluso se asocian defectos en la estimulación y en el detección (agotamiento del generador o fin de vida [EOL]). El inicio de agotamiento (ERT) precede en un mínimo de 3 meses, variable según modelos, al agotamiento (EOL).

- Frecuencia magnética. Al aplicar un imán sobre el generador, su frecuencia de estimulación varía entre 80 y 100 lat/min, según el fabricante, durante un mínimo que varía entre 3 y más impulsos o de forma continua. Simultáneamente, todos los marcapasos, excepto en modelos con programación específica, pierden la función de detección y estimulan de forma asincrónica.

- Telemetría. La telemetría bidireccional permite conocer dos parámetros fundamentales en el estado de la batería: el voltaje y la impedancia de la pila. El voltaje de la pila decae progresivamente desde su puesta en funcionamiento (alrededor de 2,7 voltios) hasta su agotamiento (< 2,5 voltios). La impedancia de la batería asciende progresivamente desde su inicio (0,1 quiloohmios) hasta el agotamiento (> 4 quiloohmios). El agotamiento de la batería también aporta otros datos adicionales como son la pérdida de la función del biodetector (cuando se posee) y la pérdida de la función bicameral (cuando se posee).

ASPECTOS LEGALES

Certificado médico para los portadores de marcapasos

El Boletín Oficial del Estado número 135, de fecha 6 de junio de 1997, publica el Reglamento General de Conductores, que restringe las condiciones para la obtención del oportuno permiso.

En su apartado 4.2: trastornos del ritmo, establecen los criterios de aptitud para obtener o prorrogar el permiso de conducir a los portadores de marcapasos, especificando que se podrá conceder durante dos años prorrogables, previo informe favorable de un especialista cardiólogo, pasados tres meses de la implantación.

En la Revista Española de Cardiología 78 se expone un modelo propuesto por la Sociedad de Cardiología para consentimiento informado previo a la intervención.

FUENTES DE INTERFERENCIAS

Se definen las interferencias electromagnéticas (IEM) como las señales eléctricas de origen no fisiológico que afectan, o pueden afectar, a la función normal de un marcapasos.

Las IEM son exógenas al cuerpo humano. Se clasifican en tres tipos fundamentales: galvánicas, magnéticas y electromagnéticas.

Las interferencias mencionadas pueden afectar al sistema de estimulación directamente a través del marcapasos, o indirectamente a través del electrodo, que actúa como una antena.

Los sistemas de detección unipolar son más susceptibles de interferencias que los bipolares. Los marcapasos bicamerales son más susceptibles de IEM que los monocamerales debido a que poseen dos antenas (electrodos). Los filtros del marcapasos y el procesado de la señal detectada proporcionan un método importante pero no completamente satisfactorio para discriminar los electrogramas intracardíacos (10-100 Hz) de los voltajes externos. No debemos olvidar que cada modelo de marcapasos puede reaccionar de una forma diferente ante una IEM.

Las variables que influyen en los efectos de las IEM son: la intensidad del campo, la distancia entre la «fuente de las IEM» y el marcapasos, la frecuencia y la forma de la onda de la señal, la orientación física del marcapasos, el tipo de sistema implantado (monopolar, bipolar, bicameral), el tipo de biodetector, la programación de la sensibilidad y modo de demanda (disparado, inhibido, asíncrono).

Existen varios tipos de respuesta ante las IEM: inhibición o disparo temporal, asincronía temporal (frecuencia fija), fallo permanente en su función, reprogramación inapropiada (modos reset o vuelta a parámetros nominales u otros), daño miocárdico en la interfase electrodo-endocardio.

Normas a seguir ante las IEM diagnósticas o terapéuticas más utilizadas

Electrocauterio-bisturí eléctrico

Posibles efectos. Inhibición de uno o varios latidos (es lo más común). Inhibición total. Fallo permanente en la función del marcapasos. Reprogramación a parámetros de respuesta ante «ruido». Anulación de la función en algunos casos con signos de depleción de la batería.

Normas. Preoperatoriamente determinar si el paciente depende del marcapasos o no.

Si se utiliza un cauterio monopolar, se debe ubicar el electrodo de «masa» con suficiente pasta conductora en la extremidad inferior o lo más alejado posible del marcapasos 79.

Procurar no usar el electrobisturí a una distancia menor de 15 cm de la zona del marcapasos o punta de electrodo, y nunca entre ambos.

Utilizar el electrobisturí de forma intermitente y al más bajo nivel de energía.

Puede programarse el marcapasos en modo VOO. Procurar no utilizar el bisturí eléctrico en pacientes sujetos a reemplazo del generador y con signos evidentes de depleción de la batería.

Cardioversión eléctrica (C) y desfibrilación (D)

Posibles efectos. Reprogramación a parámetros nominales. Aumento de los umbrales de estimulación. Fallo permanente en la función del marcapasos. Infradetección temporal (los marcapasos están protegidos de las corrientes de C/D mediante un diodo que permite resistir una descarga de hasta 400 W/s a una distancia no menor de 10 cm del marcapasos o del electrodo) 80.

Normas. Es preferible usar palas en posición anteroposterior. Si no es posible, utilizar palas precordiales con posición perpendicular a la línea entre marcapasos y punta del electrodo ventricular. Utilizar las palas a una distancia mínima de 10 cm respecto al generador. Nunca aplicar las palas sobre el marcapasos.

Usar la energía de C/D más baja posible.

Tener disponible el programador adecuado del marcapasos.

Analizar el marcapasos tras la técnica (estado de batería, umbrales, etc.).

Ablación eléctrica

Posibles efectos. Aumento transitorio de los umbrales de estimulación y de sensibilidad. Inhibición o infradetección, ciclos irregulares.

Normas. Análisis del generador antes y después de la ablación (tener disponible el programador específico y/o un imán).

Durante la emisión de corriente de radiofrecuencia, en ocasiones es preciso colocar el imán sobre el generador, para obtener un modo asíncrono fijo.

Reprogramación de las funciones alteradas.

Radiación terapéutica

Posibles efectos. Desprogramación. Anomalías en la detección y en la estimulación. Fallo de salida.

Normas. Evitar la irradiación terapéutica sobre el generador (si no es posible se ubicará el marcapasos en el otro hemitórax).

Proteger el generador durante las sesiones de radioterapia.

Análisis del generador tras cada una de las sesiones. La observación de disfunciones transitorias es precursora de alteraciones más serias y permanentes 81.

Resonancia magnética por imagen (RMI)

Posibles efectos. La RMI, con sus campos magnéticos y de radiofrecuencia, puede afectar el funcionamiento normal de los marcapasos: a) como consecuencia del campo magnético se puede producir estimulación asíncrona, ningún efecto, inhibición transitoria del interruptor de láminas, y b) como consecuencia del campo de radiofrecuencia puede tener lugar estimulación rápida (pudiendo superarse la frecuencia de «desbocamiento»), modo asíncrono, inhibición total, disfunción transitoria del interruptor de láminas, reprogramación a parámetros de «ruido».

Normas. La RMI con campos magnéticos potentes debe ser evitada en todos los pacientes con marcapasos.

Los médicos/enfermeras/técnicos, portadores de marcapasos, que trabajen en el hospital no deben acercarse a menos de 9 metros de la RMI.

Litotricia

Posibles efectos. El procedimiento genera fuerzas eléctricas y mecánicas. Los marcapasos unicamerales pueden ser inhibidos temporalmente. Los marcapasos bicamerales pueden inhibirse, producir disparos por el canal ventricular o inducción de taquiarritmias auriculares. Los biodetectores de cristal piezoeléctrico pueden dar lugar a estimulación a frecuencia máxima.

Normas. Programar el marcapasos en modo VVI o VOO.

Colocar el punto focal del litotriptor como mínimo a 15 cm del marcapasos.

Diatermia

Posibles efectos. Puede afectar al marcapasos y al sitio del implante. Debido al calor que origina, si se aplica junto al marcapasos puede dañar al circuito de forma permanente (también por la alta frecuencia) y a la carcasa, produciendo quemaduras en la piel adyacente.

Normas. La onda corta o diatermia está absolutamente contraindicada en pacientes portadores de marcapasos.

Estimulación eléctrica externa transcutánea (transcutaneous electrical nerve stimulation [TENS])

Posibles efectos. No daña al marcapasos. Puede inhibirse el marcapasos cuando los electrodos del TENS se colocan paralelos al electrodo ventricular del marcapasos.

Normas. Es una técnica segura para usar en pacientes con marcapasos siempre que se coloquen los electrodos de forma no paralela al electrodo ventricular del marcapasos. No usar en caso de detección monopolar.

Electroshock

Posibles efectos. Durante esta técnica sólo una pequeña cantidad de electricidad alcanza al corazón debido a la alta resistencia de los tejidos corporales. No se daña el marcapasos. Se crean miopotenciales capaces de inhibir el marcapasos con detección monopolar.

Normas. Monitorización del ECG durante la técnica y posteriormente análisis del generador.

Tratamiento dental

Posibles efectos. Las técnicas de odontología que pueden interferir con los marcapasos son el fresado y los ultrasonidos. Ninguna de ellas daña al marcapasos. Puede producirse inhibición transitoria (proximidad del instrumento al generador) y aumento de la frecuencia de estimulación en el caso de marcapasos con modulación de frecuencias con biodetector de actividad del tipo de «micrófono de cuarzo piezoeléctrico» (vibraciones del fresado).

Normas. Utilización intermitente del procedimiento de fresado o de ultrasonidos. No apoyar los instrumentos sobre el generador. Desprogramar la modulación de frecuencias durante las sesiones.

Imán sobre marcapasos

Posibles efectos. Inhibición (vaivén), estimulación, interferencia, modificación de la frecuencia y modificación del voltaje. La aplicación o retirada de un imán sobre un marcapasos causa un cambio brusco en el voltaje, pudiendo producir: a) pausas largas sin estímulos; b) inhibición mantenida (imán movido en vaivén de un lado a otro del marcapasos), y c) inhibición temporal (al activar el programador de algunos fabricantes).

Normas. Excepto por motivos médicos y con personal entrenado, no debe aplicarse un imán sobre un marcapasos 82.

Normas a seguir ante interferencias ambientales, domésticas e industriales

Electrodomésticos

Posibles efectos. Pueden producir interferencia, inhibición o disparo de estímulo si se colocan directamente sobre el marcapasos o haciendo vaivén. Los microondas actuales no interfieren el funcionamiento del marcapasos.

Normas. Todos los electrodomésticos deben hallarse en perfectas condiciones de funcionamiento, libres de cortocircuitos y con conexión a tierra.

No colocar los electrodomésticos en «marcha» sobre la zona del marcapasos 83.

Dispositivos de control remoto (mandos de apertura de puertas de garajes, mandos a distancia de TV y vídeos, controladores a distancia de juguetes)

Son seguros e inocuos.

Motores de combustión

Son seguros cuando se usan de manera habitual. Es seguro viajar y conducir en un automóvil.

Cortacésped y taladradoras

Las vibraciones pueden activar algunos biodetectores y originar miopotenciales en detección monopolar.

Interruptores activados por contacto digital (televisores, ascensores)

Pueden inhibir el marcapasos de forma transitoria durante el contacto digital, pero sin repercusión clínica.

Radiotransmisores

Suelen ser seguros siempre que transmitan en las frecuencias permitidas por la Legislación Española de Telecomunicaciones.

Detectores de metales y armas (aeropuertos y grandes almacenes)

Pueden originar inhibición transitoria en marcapasos bicamerales de sistema monopolar 84.

Emisoras de radio y TV comerciales a militares

El paseo fuera del área vallada de las instalaciones suele ser seguro. Los individuos portadores de marcapasos que sean empleados en las instalaciones deberán utilizar sistemas bipolares de detección y serán monitorizados durante el primer día de contacto laboral tras el implante.

Radar

El radar utilizado por los agentes de seguridad del Estado no produce IEM.

Teléfonos

Posibles efectos. Los teléfonos conectados a la red (e inalámbricos) no producen IEM. Los teléfonos «móviles» pueden producir IEM (excepto en alguna marca comercial) y dependen de la proximidad a la emisora o a la antena repetidora, de la proximidad del teléfono móvil y de su antena al generador de impulsos 85.

Normas. Es excepcional la detección de IEM si se toman las siguientes precauciones: llevar el teléfono en el lado opuesto a la zona del marcapasos, no poner el teléfono sobre dicha zona y mantener a una distancia mínima de 30 cm 86.

Campos magnéticos industriales, hornos de inducción, soldadores de arco y resistencia, plantas generadoras de energía eléctrica y subestaciones de centrales eléctricas

Posibles efectos. Todos ellos tienen el potencial de causar IEM. Se desconoce la distancia mínima a partir de la cual no se detectan IEM.

Normas. Los empleados en estas industrias deben llevar sistemas bipolares de detección y monitorizarse durante el primer día de trabajo tras el implante.

SUPERVIVENCIA EN PACIENTES PORTADORES DE MARCAPASOS

Antes del uso clínico de los marcapasos, los pacientes con bloqueo AV avanzado tenían un pronóstico sombrío. La mitad de ellos fallecían el primer año y cerca del 90% lo hacían antes de los cinco años. Aunque los primeros marcapasos asincrónicos (VOO) ya mejoraron significativamente este pronóstico, los diversos modos de estimulación actuales han permitido incrementar la supervivencia 87, sobre todo en los pacientes con insuficiencia cardíaca asociada a cuadros sincopales. Así, la estimulación VVI ha permitido obtener cifras de supervivencia del 93% al primer año y del 66% al quinto año.

Edhag observó que, tras el primer año, la supervivencia de personas con marcapasos se acercaba a la de la población general.

Alpert et al comprobaron, además, que en los pacientes con insuficiencia cardíaca preexistente, la estimulación AV secuencial en modo DDD mejoraba la supervivencia mucho más que en modo VVI. Resultados similares han sido obtenidos también por Linde-Edelstam.

Se ha sugerido que en este tipo de pacientes (bloqueo AV asociado a insuficiencia cardíaca), la estimulación VVI da lugar a una mayor producción de adrenalina que puede acelerar la insuficiencia cardíaca al reducir la sensibilidad de los betaadrenorreceptores miocárdicos, aumentar el consumo de oxígeno y el trabajo cardíaco.

En los pacientes con enfermedad del nodo sinusal e insuficiencia cardíaca, la estimulación auricular en modo AAI mejoró la clase funcional y el estado de la función ventricular a los 8 años de seguimiento 44. Estos pacientes precisaron menores dosis de diuréticos, con menor incremento de la dilatación auricular izquierda, en relación con los pacientes estimulados en modo VVI. Estos mismos autores refirieron que con la estimulación AAI se producía una tasa menor de fenómenos tromboembólicos y episodios de fibrilación auricular. La mortalidad cardiovascular fue inferior con la estimulación auricular, observándose el beneficio a partir del quinto año de seguimiento. Esta mejoría de la supervivencia a largo plazo en los pacientes portadores de marcapasos AAI podría estar en relación con el deterioro progresivo en la función ventricular que puede producir la contracción anómala tras la estimulación en modo VVI. Similares resultados han sido observados por otros autores, apreciando un incremento de la supervivencia con la estimulación AAI y DDD en contraposición a la tradicional ventricular derecha aislada. 88-90. Aunque estos trabajos son alentadores, todos ellos presentan defectos metodológicos, incluyendo, en algunos casos, un escaso número de pacientes o sesgos en la selección de los mismos que pueden condicionar sus resultados. En un futuro próximo esperemos que varios estudios aleatorizados en marcha (CTOPP, MOST, UKPACE) arrojen luz definitiva sobre este importante problema.

En los pacientes con severo deterioro de la función ventricular y bloqueo AV acompañado de un trastorno avanzado de la conducción intraventricular, la estimulación bicameral (DDD) mejora de manera significativa el rendimiento cardíaco comparado con la unicameral, auricular o ventricular aisladas 91.
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