Se trata de un paciente de 51 años con clínica de 2 meses de evolución de disnea progresiva que se hizo de reposo sin más sintomatología acompañante. La exploración clínica sugirió taponamiento cardíaco, por lo que se realizó una ecocardiografía que demostró derrame pericárdico importante con colapso diastólico de las cavidades derechas (fig. 1, panel superior izquierdo). Se realizó pericardiocentesis diagnóstica (en la que se hallaron células neoplásicas) y evacuadora. El derrame era hemático, por lo que se inyectaron, en el momento de aspirar sangre con la aguja de pericardiocentesis, 3 ml de suero fisiológico agitado; esto permitió demostrar con toda claridad (fig. 1, panel superior central) que nos encontrábamos en el espacio pericárdico. Tras el drenaje (fig. 1, panel superior derecho) desapareció el colapso de cavidades derechas.
Fig. 1. Paneles superiores. Izqda: derrame pericárdico importante con colapso de cavidades derechas. Centro: tras la inyección de 3 ml de suero fisiológico agitado se detectan microburbujas (flecha blanca) en el espacio pericárdico, lo que asegura la situación anatómica durante el drenaje. Dcha: tras el drenaje desaparece el colapso de cavidades derechas.
El drenaje de un derrame pericárdico puede ser en ocasiones problemático, especialmente si es hemático1, debido a la duda que se plantea respecto a la situación del sistema de drenaje (espacio pericárdico o cavidades cardíacas). La inyección de suero fisiológico agitado (al detectar microburbujas mediante la ecocardiografía) es de utilidad en la pericardiocentesis2-4.