Decía el mes pasado, en esta misma página de nuestra revista1, que los cuantiles son valores que permiten dividir una distribución en varias partes iguales. Tengo comprobado que muchos médicos y bioestadísticos confunden el cuantil (que es un valor) con la parte correspondiente de la distribución (que abarca un subconjunto de valores). Se entenderá mejor lo que quiero decir, creo, a partir de un ejemplo sencillo.
El caso más fácil es el de un único cuantil que divide una distribución de valores en dos partes iguales. Ese cuantil se llama ‘mediana’, y divide la distribución en dos mitades (¿verdad que nadie las llamaría *dos medianas*?): primera mitad y segunda mitad, o mitad superior y mitad inferior.
Para dividir la distribución en tres partes iguales nos bastan dos terciles. No hay *tres terciles*, pues, sino únicamente dos terciles (primer tercil y segundo tercil, o tercil superior y tercil inferior) que dividen la distribución en tres tercios: primero, segundo y tercero, o superior, medio (o intermedio) e inferior.
De igual manera, para dividir la distribución en cuatro partes iguales nos bastan tres cuartiles. No hay *cuatro cuartiles*, pues, sino únicamente tres cuartiles (primer cuartil, segundo cuartil [o mediana] y tercer cuartil, o cuartil superior, cuartil medio [o intermedio] y cuartil inferior) que dividen la distribución en cuatro cuartos. Es habitual, por ejemplo, utilizar tres cuartiles o valores de factor de impacto para dividir el conjunto de todas las revistas médicas de un campo de especialidad en cuatro cuartos según su repercusión. Ya sé, ya sé que en inglés llaman erróneamente first quartile al primero de esos cuatro cuartos; pero eso no justifica que en español digamos también erróneamente que tal o cual revista *está en el primer cuartil* si lo que queremos decir es que «está en el primer cuarto» o que «su factor de impacto está por encima del primer cuartil». No digamos ya cuando en inglés hablan del fourth quartile, que es una contradicción en los términos: ninguna distribución, por enorme que sea, puede tener jamás más de tres cuartiles; no existe, por definición, ningún *cuarto cuartil*. ¡Ah!, y conviene recordar también que los términos «primer cuartil» y «cuartil superior» no son tampoco intercambiables: según ordenemos la distribución de mayor a menor valor o de menor a mayor valor, el primer cuartil puede ser el cuartil superior o el cuartil inferior. Los que sí son sinónimos intercambiables son los términos «segundo cuartil» y «cuartil medio (o intermedio)», que corresponden siempre, por definición, a la mediana.
Para no hacerme cansino, no iré repitiendo la misma argumentación para los distintos tipos de cuantiles. Pero estoy el seguro de que el lector avisado sabrá ya distinguir entre los cuatro quintiles que dividen una distribución en cinco partes iguales y los cinco quintos en que esta queda dividida; entre los cinco sextiles que dividen una distribución en seis partes iguales y los seis sextos en que esta queda dividida; entre los nueve deciles que dividen una distribución en diez partes iguales y los diez décimos en que esta queda dividida; entre los noventa y nueve centiles (mejor que *percentiles*1) que dividen una distribución en cien partes iguales y los cien centésimos en que esta queda dividida. Al pan, pan, y al vino, vino.
Fernando A. Navarro
Consejo Editorial, Revista Española de Cardiología
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