La insuficiencia cardiaca diastólica, o con función sistólica conservada, representa entre el 30 y el 50% de todos los casos de insuficiencia cardiaca, y su pronóstico es casi tan desfavorable como el de los pacientes con insuficiencia cardiaca con función sistólica deprimida. En la actualidad sólo se exige para su diagnóstico la presencia de criterios clínicos estrictos de insuficiencia cardiaca y una fracción de eyección ventricular izquierda conservada (> 40-50%), aunque la determinación de las concentraciones de péptidos natriuréticos cerebrales puede tener interés para el diagnóstico en el futuro. Puesto que no hay evidencia derivada de ensayos clínicos importantes, salvo el ligero beneficio obtenido con candesartán en el estudio CHARM en la reducción de los reingresos, su tratamiento se basa en la identificación y el tratamiento de la etiología causal (hipertensión arterial, cardiopatía isquémica), el control de la frecuencia cardiaca y el alivio de la congestión, por lo que la combinación de diuréticos en dosis bajas, antihipertensivos bradicardizantes (bloqueadores beta, antagonistas del calcio) y antagonistas de los receptores de la angiotensina parece en la actualidad la mejor estrategia terapéutica.
ISSN: 0300-8932
Factor de impacto 2023
7,2