ISSN: 0300-8932 Factor de impacto 2023 7,2
Pruebas corregidas Pruebas preliminares

Viaje al corazón de las palabras
¿Un marcapaso o un marcapasos?

Fernando A. Navarro
https://doi.org/10.1016/j.recesp.2024.09.001
The English version of this article will be available soon

Opciones

En esta ocasión aplico la lupa de la lengua a uno de los aparatos más distintivos de la cardiología, el dispositivo electrónico utilizado para estimular eléctricamente el corazón en caso de bloqueo auriculoventricular muy avanzado o completo, o de disfunción del nódulo sinusal con bradicardia sintomática. Cuando son varios aparatos, la cosa está clara: marcapasos; pero si hablamos de uno solo, ¿procede ‘marcapaso’ en singular o el término es invariable en cuanto a número?

En mi opinión, la forma correcta debe ser siempre ‘marcapasos’, tanto para el plural como para el singular, pues se trata de un vocablo compuesto por combinación de verbo y sustantivo, categoría léxica que en español lleva s final también en el singular. Son muchas las voces formadas en español por este procedimiento, y se cuentan todas ellas entre las más gráficas de nuestra lengua, de significado evidente incluso para quien no las haya oído nunca con anterioridad: un abrelatas, un cascanueces, un correcaminos, un cortaúñas, un cumpleaños, un espantapájaros, un guardabarros, un lanzallamas, un lavavajillas, un limpiacristales, un marcapáginas, un matamoscas, un matasuegras, un mondadientes, un matarratas, un parabrisas, un parachoques, un pararrayos, un pasacorbatas, un pasamontañas, un pisapapeles, un portaviones, un quitamanchas, un rascacielos, un rompecabezas, un rompeolas, un sacacorchos, un sacapuntas, un saltamontes, un salvamanteles, un salvavidas, un tapacubos, un taparrabos, un tirachinas, un tocadiscos, un trabalenguas, etcétera.

Las encontramos también en referencia a numerosas profesiones, ocupaciones o modos de vida, como ‘guardaespaldas’, ‘limpiabotas’, ‘pinchadiscos’ y ‘trotamundos’; con frecuencia, por cierto, cargadas de una fuerte connotación peyorativa o burlesca, como sucede con ‘chupatintas’, ‘juntaletras’, ‘pelagatos’, ‘picapleitos’, ‘pintamonas’, ‘rapabarbas’, ‘rascatripas’, ‘sacacuartos’ y ‘tragaldabas’. Dentro del ámbito sanitario, los más conocidos son probablemente ‘matasanos’ y ‘sacamuelas’ para médicos y dentistas, respectivamente; pero si uno aguza el oído en consultorios, centros de salud y hospitales, irá sumando otros menos habituales para denigrar a anestesistas (‘metetubos’), auxiliares de enfermería (‘limpiaculos’), enfermeras (‘curapupas’, ‘pinchaculos’), ópticos (‘vendegafas’) y psicólogos (‘comecocos’).

En el lenguaje especializado de la medicina, este tipo de vocablos compuestos de estructura verbo+sustantivo son quizá menos abundantes que en la lengua general, pero aun así relativamente frecuentes; y se escriben también terminados en s cuando van en singular: un marcapasos, pues, como asimismo decimos un abatelenguas (o bajalenguas), un abrebocas, un cubreobjetos, un cuentagotas, un lavaojos, un pesabebés, un portagujas, un portaobjetos y un sacaleches.

Obras de referencia recomendadas:

Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (4.a edición), 2022-2025; en la plataforma Cosnautas disponible en: www.cosnautas.com/es/catalogo/librorojo.

«Laboratorio del lenguaje» de Diario Médico, 2006-2025, disponible en www.diariomedico.com/opinion/fernando-navarro.html.

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?