Apreciamos el interés mostrado por Morales Martínez de Tejada et al., y quisiéramos comentar sus valoraciones. Respecto a la duda de si los pacientes tenían hipersensibilidad al ácido acetilsalicílico (AAS), es cierto que no se pudo confirmar, pero es lo que ocurre en la mayoría de las reacciones de hipersensibilidad a fármacos, para lo cual la anamnesis es la principal e incluso la única herramienta diagnóstica. No obstante, con el protocolo realizado en colaboración con el Servicio de Alergología, se seleccionaba a los pacientes con una cuidadosa anamnesis; de hecho, se eliminó a varios pacientes por baja probabilidad de hipersensibilidad. Por otra parte, es cierto que no se incluyó a ningún paciente con reacciones graves al AAS pero, según la bibliografía consultada, no se ha identificado ningún caso convincente de anafilaxia mediada por inmunoglobulina E1. En cuanto al protocolo con acetilsalicilato de lisina, sabedores de que los efectos y la farmacocinética no son idénticos a los del AAS y que muchos pacientes presentaban síndrome coronario agudo, la desensibilización se realizó en unidad de pacientes agudos, con monitorización hemodinámica y presencia de personal médico preparado para tratar las posibles complicaciones. Opinamos que son precisamente los pacientes inestables, para quienes el retraso de la angioplastia coronaria puede tener consecuencias adversas, los que mayor beneficio podrían obtener de la desensibilización al AAS. De hecho, otros centros con protocolos similares al nuestro muestran la seguridad del procedimiento e incluyen cada vez a más pacientes con síndrome coronario agudo en los diferentes trabajos publicados2. La imposibilidad de confirmar si son realmente pacientes hipersensibles al AAS, la adecuada anamnesis, la cercana colaboración del servicio de alergología y la vigilancia del paciente en unidades de cuidados agudos cardiológicos hacen que el riesgo de la desensibilización al AAS sea mínimo, al tiempo que se puede realizar una angioplastia precoz a pacientes para los que no existen muchas otras opciones de tratamiento. En cualquier caso, compartimos la opinión de Morales Martínez de Tejada et al. sobre la necesidad de un mayor número de estudios acerca de la desensibilización al AAS para que se pueda incorporar dicho procedimiento a nuestra práctica clínica habitual.
ISSN: 0300-8932