Sr. Editor:
Cada año aumentan en España las aprehensiones de cocaína, las solicitudes de tratamiento de desintoxicación y el consumo declarado de esta droga. Se estima que el 5% de los escolares con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años la consumen1, además de que, desde el punto de vista cardiológico, su uso se asocia preocupantemente al tabaco2. En los servicios de urgencias hospitalarios españoles la cocaína representa la primera causa de intoxicación aguda por sustancias ilegales3.
Hemos leído con interés la excelente revisión realizada por Sambola et al sobre el efecto de los factores de riesgo coronario en la disfunción endotelial y sus complicaciones trombóticas4. Sin embargo, echamos de menos que no se cite el consumo de cocaína como posible factor emergente de riesgo vascular, el cual en nuestra experiencia quizá debería añadirse a los factores clásicos mencionados en el artículo5,6.
Además de sus efectos agudos a nivel coronario y en general cardiovascular5,7, se ha sugerido que el consumo de cocaína incrementa la agregabilidad plaquetaria8-10, produce daño endotelial aumentando la permeabilidad celular a las lipoproteínas de baja densidad11 y parece contribuir a la progresión de la aterosclerosis por el incremento de la expresión de las moléculas de adhesión endotelial y la migración de leucocitos12. También es posible que aumente la actividad del inhibidor del activador del plasminógeno13, y recientemente se ha propuesto la relación entre disfunción endotelial, calcificación de las arterias coronarias y valores altos de proteína C reactiva en consumidores crónicos14. La vasoconstricción coronaria, que ocurre tras el consumo de cocaína, produciría un traumatismo repetido en la pared arterial que podría favorecer las lesiones endoteliales, que sirven de nidos de agregación plaquetaria6. Como probable consecuencia de estos mecanismos patológicos, y apoyando dicha idea inicial, se ha objetivado una arteriosclerosis coronaria prematura en las autopsias realizadas a consumidores jóvenes de cocaína15.
Aunque en caso de dolor torácico tras su consumo, el porcentaje de eventos coronarios agudos es relativamente bajo (6-12%)16,17, quizá podría ser aconsejable investigar la asociación con cocaína en los dolores torácicos de pacientes menores de 45 años y, sobre todo, concienciar a los sanitarios para su difusión y a los consumidores del peligro potencial del consumo crónico en el ámbito cardiovascular15,18.