Desde que iniciamos la dirección de la Revista hace 5 años, nos marcamos unos objetivos concretos que podrían resumirse en abrir su contenido a todos los temas y autores relacionados con las enfermedades cardiovasculares, mejorar la calidad científica de los artículos originales, aumentar su distribución y difusión, especialmente a los países latinoamericanos, lograr tener factor de impacto y convertirla en una revista internacional1.
Desde esta declaración de principios, la actividad ha ido en continuo aumento. En el aspecto técnico hemos realizado muchos cambios de orden interno poco visibles externamente, pero que han sido imprescindibles para poder implementar posteriores novedades o cambios importantes. Uno de los aspectos más importantes lo constituyó la reorientación de la relación con la sociedad editora de la revista (DOYMA) desde una posición de independencia a una de interdependencia, en la que las dos entidades colaboran estrechamente para lograr los objetivos que se fijan de manera individual. Esto ha permitido plantear objetivos conjuntos a medio y largo plazo que hubieran sido imposibles de otro modo. Para alcanzarlos, siempre nos hemos planteado lo que espera de nosotros tanto el lector medio como los autores de artículos de investigación que nos mandan sus manuscritos para publicar.
CALIDAD DE LOS ARTICULOS PUBLICADOS Y PRESTIGIO DE LAS REVISTAS CIENTIFICAS
Las revistas científicas tienen el doble objetivo de realizar formación continuada y difundir los resultados de los estudios originales, y se diferencian fundamentalmente en la calidad de la información aportada y la proporción de artículos de revisión y de investigación.
Hace unos años, una encuesta dirigida a los lectores de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) demostró claramente que los aspectos de formación continuada de la Revista eran los más apreciados, destacando los artículos de revisión, los artículos especiales y los de puesta al día2, en los que la Revista tiene una larga tradición de calidad. Actualmente, realizar una encuesta similar sería más difícil, puesto que el número de lectores ha aumentado entre 5 y 10 veces y se ha diversificado mucho, al haberse ampliado la distribución a más de 500 bibliotecas públicas e iniciado su difusión por Internet. Sin embargo, dada la orientación clínica de la Revista, es probable que los resultados fueran parecidos. No obstante, no sería correcto contraponer el aspecto de formación continuada con el de difusión de artículos originales en una revista con ambición de excelencia, puesto que ambos conceptos están íntimamente ligados. La calidad de los artículos originales de investigación es lo que da prestigio a las revistas científicas e impulsa la calidad de sus artículos de formación continuada, pues induce a que los mejores científicos acepten escribir editoriales y artículos de revisión, con lo que el aspecto de formación continuada de estas revistas se incrementa. Por ello, desde el principio nos fijamos como tarea principal la de mejorar la calidad científica de los artículos originales de la Revista.
La publicación es la etapa final de la realización de un estudio científico, de modo que se considera que un estudio no se ha terminado, o incluso que no existe para la comunidad científica, hasta que no está publicado en forma de artículo. Pero, además, resulta muy importante dónde se publica un estudio, pues de ello depende la visibilidad del mismo y el reconocimiento científico de los autores. Por tanto, los autores escogen siempre la revista combinando tres aspectos muy importantes: su especialidad, prestigio y difusión internacional.
El prestigio de una revista es su bien más preciado y el más difícil de conseguir. A pesar de que es un concepto subjetivo, la necesidad de cuantificar la labor de los científicos ha llevado a la implantación de diversos indicadores bibliométricos, como el número de citas bibliográficas que reciben los artículos y, por extrapolación a las revistas, del factor de impacto (FI), que mide el porcentaje medio de citas que reciben en un determinado año los artículos publicados en estas revistas durante los 2 años anteriores3. Son bien conocidas las numerosas limitaciones que tiene este índice4, como el de primar a las revistas de investigación básica, las que sólo publican revisiones y las revistas de medicina general (tabla 1). Es evidente, pues, que éste no es un índice ideal y que el factor de impacto de las distintas revistas no es equiparable. Por ello, en ambientes muy competitivos se considera adecuada la publicación de estudios clínicos en revistas con FI superior a 1,5, mientras que para la investigación básica se exige un FI superior a 3. Sin embargo, el sesgo más importante se produce entre las revistas editadas o no en inglés (tabla 1).
IMPORTANCIA DEL INGLÉS EN LA DIFUSIÓN DE LAS PUBLICACIONES CIENTÍFICAS
Las bases de datos sobre publicaciones científicas están dominadas, al igual que la actividad científica en general, por el mundo anglosajón. Esto, aunque nos pueda parecer injusto, es una realidad a la que es inútil oponerse. El inglés se ha convertido en la lengua franca de la actividad científica como antaño lo fueron el árabe, el griego o el latín. A pesar del gran y creciente número de población hispanohablante y de otras lenguas, este hecho no sólo no tiene tendencia a disminuir, sino que va aumentando de manera progresiva. La instauración en los buscadores de las bases de datos como MEDLINE, de filtros sobre la lengua de edición de los artículos buscados, está conduciendo a que lo que no esté escrito en inglés sea sistemáticamente ignorado por la comunidad científica internacional. Además, los criterios de inclusión de las revistas científicas en las bases de datos son mucho más restrictivos para las editadas en lengua no inglesa. Así, de las 2.653 revistas de biomedicina incluidas en el Journal Citation Reports (JCR), sólo 21 son españolas o de países de Latinoamérica3. Dado que el FI se basa en la citación de los artículos de una determinada revista por las demás revistas incluidas en el JCR, resulta evidente que las pocas revistas editadas en lengua no inglesa tienen muchas menos posibilidades de ser citadas. Esto explica en parte que el FI medio de las revistas que se editan en inglés sea muy superior a las editadas en español. Por último, hay que añadir que, entidades como PubMed Central, creadas recientemente con un objetivo filantrópico para difundir de manera gratuita por Internet el contenido de las revistas científicas que se adhieran voluntariamente, sólo admiten revistas editadas en inglés.
Esta acumulación de evidencias ha conducido a que las principales revistas de países de habla no inglesa hayan decidido editar sus revistas en inglés. En el campo de la cardiología, lo han hecho, por ejemplo, las revistas oficiales de las sociedades de cardiología de Japón, Alemania, Holanda, países escandinavos, Grecia e Italia, mientras que muchas de las demás aceptan artículos en inglés, como en Francia, o realizan una edición bilingüe, como en Portugal y Brasil. Incluso en España y Latinoamérica, el 33% de las revistas incluidas en el JCR se edita en inglés y su FI medio es de 0,68, frente a 0,30 para las editadas en español5.
EDICIÓN EN INGLÉS POR INTERNET DE REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGIA
Durante estos últimos años hemos trabajado para mejorar la calidad científica, distribución y difusión de la Revista como exige el nivel actual de la cardiología española y latinoamericana6,7. La distribución ha aumentado en un 100%, realizamos una edición internacional para Latinoamérica que supone un 25% del total y, sobre todo, se ha incrementado enormemente su difusión a través de su edición electrónica por Internet, en la que se hallan registrados 17.000 usuarios. Todo ello ha permitido que la Revista lograra tener por primera vez un elevado FI en 1999 (0,46), que ha aumentado en un 50% en el 20008 (0,70), lo que la ha convertido en la revista de biomedicina editada en lengua española de más rápida progresión.
Sin embargo, el análisis de la evolución de las demás revistas de medicina españolas nos hacen entrever que estamos próximos a alcanzar un techo en la progresión de la Revista. Convencidos de que no debemos esperar a alcanzarlo para reaccionar, y tras una larga reflexión por parte de los editores y el unánime apoyo del Comité Editorial y Asesor de la Revista, el Comité Ejecutivo de la SEC ha decidido realizar una edición electrónica en inglés de la Revista para ser difundida por Internet (www.revespcardiol.org) a partir de este número.
Estamos convencidos de que, al igual que hace 2 años comentábamos que la adjudicación del FI representaba un hecho histórico para la Revista, estamos ahora en otro de estos momentos históricos. La Revista continuará editándose en castellano y se hará una edición bilingüe por Internet. Con esta medida preservamos la identidad de la Revista y sus fines de formación continuada y de difusión de la actividad científica en español que siempre hemos defendido1,5, a la vez que ofrecemos a los autores que nos envían sus trabajos un excelente trampolín para la difusión internacional de sus estudios. A partir de ahora, la formación continuada de la Revista y, lo que es más importante, el resultado de la investigación publicada en Revista Española de Cardiología se abrirá completamente a la comunidad científica internacional sin que abandonemos nuestra lengua de expresión, con lo que la actividad investigadora realizada en los países de habla española se verá doblemente reforzada. Esta importante decisión lleva implícita un notable aumento de la carga de trabajo para la Revista y un elevado coste financiero que la SEC ha asumido con la voluntad de seguir mejorando su órgano de expresión científica.
Es mucho el trabajo que nos espera a partir de ahora, pero estamos muy ilusionados con este importante paso que la Revista inicia con este número. Queremos agradecer el importante trabajo de ediciones DOYMA para la consecución de este proyecto y, una vez más, el apoyo decisivo del Comité Ejecutivo de la SEC, que ha sintonizado totalmente con la política editorial de la Revista salvaguardando siempre la independencia de nuestra labor. Éste es, sin duda, un nuevo gran paso adelante de Revista Española de Cardiología.
ADDENDUM
Deseamos desde esta página agradecer la labor de nuestro compañero, el Dr. Julián P.-Villacastín, que ha realizado estupendamente su labor de Editor-Asociado en la Revista en los 6 últimos años y que nos ha contagiado a todos su espíritu optimista. Lo sustituye el Dr. Javier Bermejo Thomas, en quien va a recaer, junto con el Dr. Fernando Alfonso, gran parte de la responsabilidad a partir de ahora. Estamos convencidos de que, como sus predecesores, ambos van a realizar su labor con gran eficacia y entusiasmo.