Once años ha cumplido ya el Simposio Conjunto American Heart Association, Sociedad Interamericana de Cardiología y Sociedad Española de Cardiología, y cuando se alcanza esta edad se observa con optimismo un futuro creciente y esperanzador, se está en las puertas de la adolescencia. Y es ahí donde se encuentra esta sesión. Una sesión que empezó tímida y progresivamente ha ido creciendo en interés, gracias al buen hacer de los ponentes y de la dirección del Dr. Valentín Fuster. El interés se consigue al ofertar temas atractivos para la formación del cardiólogo, temas tremendamente actuales que dan una visión desde la investigación básica a la práctica clínica. Se buscan especialistas prestigiosos y prestigiados que consiguen transmitir sus mensajes científicos de forma amena por muy arduo que sea el tema, y el éxito se traduce, año tras año, en un aumento progresivo de la audiencia.
Pero por sus características esta reunión tiene otras lecturas. Una de ellas es la posibilidad de encontrarnos con amigos y compañeros de ambos lados del Atlántico. No hay nada mejor para llegar a un buen entendimiento que la comunicación, y esta reunión nos junta a todos, nos acerca. El futuro pasa también por la unión y, pese a las dificultades, esta cita anual mantiene encendida la llama del buen entendimiento.
El pasado noviembre, el simposio fue una miscelánea de temas que, por su actualidad, mantuvieron el interés.
Inició la mesa el Dr. Valentín Fuster, del Mount Sinai Medical Center, de Nueva York, con su charla «Enfermedad crónica multivaso: ayer, hoy y mañana», donde enfatizó las predicciones de epidemia de la enfermedad arteriosclerosa, haciendo hincapié en dos grandes causas: la diabetes y la obesidad. La prevención de la enfermedad debe iniciarse ya desde el inicio de su fisiopatología, cuando todavía se encuentra en una fase subclínica; en este sentido, no sólo los grandes estudios clínicos, sino además los estudios poblacionales, son imprescindibles para conseguir el tratamiento óptimo. A los cardiólogos clínicos nos gustó oír que el criterio del médico es una variable predictora del éxito del tratamiento y que el tratamiento médico da resultados similares al del intervencionismo más agresivo.
Por último explicó el proyecto FREEDOM, que entre otros fines pretende conocer la «carga de enfermedad» arteriosclerosa y los efectos beneficiosos del tratamiento, utilizando la última tecnología en imagen.
El Dr. Carlos E. Ruiz, de Nueva York, nos hizo una excelente puesta al día de las últimas indicaciones y técnicas del «Reemplazo/reparación aórtica/mitral por vía percutánea». La estenosis aórtica y la regurgitación mitral son las valvulopatías más frecuentes en los países desarrollados y hasta el año 2002 el único tratamiento posible era el reemplazo valvular. Desde esa fecha el campo del tratamiento valvular percutáneo ha evolucionado rápidamente y promete ser una buena alternativa terapéutica en el futuro.
El Dr. Diego Delgado, de Toronto, Canadá, nos acercó al campo de las técnicas en su charla «Avances en asistencia mecánica circulatoria». Este tema mantiene un interés creciente por las ventajas terapéuticas en el cuidado de los pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada y por los grandes avances técnicos conseguidos en los últimos años, que han permitido reducir el riesgo de complicaciones en los postoperados. Enfatizó en la necesidad de estratificar el riesgo para evitar complicaciones y de escoger el dispositivo más adecuado en cada paciente.
El Dr. Jaume Sagristà-Saudela, del Hospital Universitari Vall d'Hebron de Barcelona, hizo una excelente presentación de su trabajo de años en su ponencia «Síndromes de constricción cardiaca». El Dr. Sagristà describió los síndromes de pericarditis constrictiva y sus diferentes manifestaciones clínicas. Relató cómo diagnosticarlos y cómo valorar los hallazgos en las técnicas de imagen.
Por último, el Dr. Alfredo Bardají, Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Juan XXIII de Tarragona, refirió en su artículo «Corazón y enfermedad renal crónica. Un continuo evolutivo» cómo el riñón y el corazón van de la mano en el evolutivo de la enfermedad cardiovascular. El paciente con insuficiencia renal y factores de riesgo tradicionales tiene un aumento de la morbimortalidad, y el desarrollo de hipertrofia ventricular izquierda contribuye a empeorar el pronóstico. Apuntó la necesidad de profundizar en la investigación clínica para encontrar fórmulas que prevengan las muertes prematuras.
Deseo que los que no pudieron asistir al Congreso de la American Heart Association disfruten con este suplemento e invito a los que estaban allí y no pudieron asistir a que, en el futuro, marquen en su agenda esta reunión como «imprescindible asistir». Les aseguro que el resultado, en todos los sentidos, les dejará satisfechos.