Sra. Editora:
Azar et al1 publican en un artículo reciente de REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA los resultados de un estudio del volumen y la función de la aurícula izquierda (AI) por medio de ecografía tridimensional (eco-3D). Los sujetos de estudio son escogidos entre una población de pacientes no cardiológicos y se tabulan volúmenes y diámetros máximos y mínimos, así como cambios segmentarios de volúmenes, ofreciendo así una base de datos que podría ser valiosa para comparaciones con poblaciones de pacientes cardiológicos. Los autores reconocen en la sección «Limitaciones» que «el análisis por eco-3D de la AI se realiza con una aplicación informática diseñada para el VI», pero además es necesario subrayar que los moldes anatómicos generados por la eco-3D no son en absoluto representativos de la estructura y la configuración anatómica de la AI, por lo que los parámetros medidos probablemente estén muy lejos de representar el volumen y la función reales de esta cámara.
La forma de la AI generada en la eco-3D es ovoide y bastante regular; sin embargo, la anatomía real es muy distinta (fig. 1). La AI tiene un máximo diámetro transverso (laterolateral) que se pasa completamente por alto en las exploraciones con eco-3D y las demás técnicas ecográficas. La forma de la AI se parece más a dos volúmenes troncocónicos de distinta «altura», con los vértices en los vestíbulos de las venas pulmonares y fundidos en su base. El límite de esos vestíbulos en relación con las venas es impreciso. La representación ovoidal de la cámara no tiene relación con la realidad.
Fig. 1. Reconstrucción electroanatómica (Navx'®) de la aurícula izquierda (AI) y las venas pulmonares en un paciente con fibrilación auricular paroxística sin cardiopatía estructural. Obsérvese la forma muy irregular de la AI con un gran diámetro laterolateral (izquierda-derecha) que no es captado por ninguna de las proyecciones ecocardiográficas. OAI: orejuela; VM: válvula mitral.
Estudios de resonancia magnética muestran que el diámetro laterolateral puede aumentar de tamaño, junto con el diámetro de las venas pulmonares superiores, cuando otras dimensiones auriculares no cambian2. Por otro lado, como sería de esperar, no se ha encontrado una buena correlación de los diámetros de AI medidos por ecografía con el volumen de la cámara medido por tomografía computarizada3.
El significado de los datos de volúmenes y función de la AI obtenidos por medio de la eco-3D deben interpretarse con precaución y no sin antes contrastarlos con los obtenidos con técnicas de imagen capaces de definir la anatomía completa de la AI en todas las fases de su ciclo. Mientras tanto, la resonancia magnética y la tomografía computarizada parecen las únicas técnicas de imagen que nos pueden permitir avanzar con paso seguro en estos momentos en la comprensión de los mecanismos de enfermedad auricular en pacientes hasta ahora definidos como «sin cardiopatía» y «sin dilatación auricular», especialmente en la definición de las bases anatómicas y fisiopatológicas de problemas de gran impacto clínico, como la fibrilación auricular.
El Dr. Francisco García-Cosío ha recibido honorarios por actividades de formación de la empresa St. Jude Medical.