Sr. Editor:
Hemos leído con interés el artículo de Wangüemert et al 1 publicado en el número de octubre del 2000 de la Revista Española de Cardiología. Hemos de felicitar a los autores por las excelentes imágenes presentadas y, dado que en nuestro hospital hemos tenido algún caso similar, nos permitimos hacer las siguientes consideraciones.
Llama la atención, en este paciente, la presencia de una severa disfunción ventricular izquierda, más marcada en la región posterobasal, y el hecho de que una posterior ecocardiografa con dobutamina no ponga de manifiesto ningún cambio en la contractilidad de los segmentos disfuncionantes. ¿Quiere esto decir que estamos ante una dilatación ventricular de causa no isquémica y no ante una consecuencia de una isquemia miocárdica mantenida provocada por la anomalía coronaria?
Como se describe en el ecocardiograma transesofágico, el trayecto inicial seguido por la coronaria anómala es retropulmonar, es decir, interarterial, con los riesgos que este trayecto conlleva (compresión entre los grandes vasos, o bien compresión en el origen debido a una angulación excesiva en la salida). Siguiendo los trabajos de Kragel y Roberts 2 y de Taylor et al 3, dado que el paciente sólo tiene 20 años y está sintomático, ¿no se tendría que haber evaluado la posible corrección quirúrgica (reimplantación del ostium o una derivación aortocoronaria)?
En definitiva creemos que si se considera la disfunción ventricular como consecuencia de la isquemia provocada por la anomalía coronaria podría haberse optado por una solución quirúrgica. Si, al contrario, se considera la anomalía coronaria como un hallazgo casual en un paciente con una dilatación ventricular de causa no isquémica, la opción empleada nos parece la más adecuada.
Bibliografía
[1]
Wangüemert F, Cabrera JA, Medina A..
Origen anómalo de la arteria coronaria derecha..
Rev Esp Cardiol, (2000), 53 pp. 1397
[2]
Kragel AH, Roberts WC..
Anomalous origin of either the right or left main coronary artery from the aorta with subsequent coursing between aorta and pulmonary trunk: analysis of 32 necropsy cases..
Am J Cardiol, (1988), 62 pp. 771-777