Sr. Editor:
Agradecemos la interesante y bien documentada Carta al Editor de la Dra. Fleta-Asín. Estamos completamente de acuerdo, como se refleja en la sección titulada «Cuestiones no resueltas» del artículo de revisión1, con que todavía se necesitan nuevos estudios de investigación para establecer si la terapia hormonal, iniciada de forma temprana en la transición menopáusica, confiere cardioprotección o permite disminuir el riesgo cardiovascular. En particular, precisamos conocer mejor la eficacia de diferentes dosis, formulaciones y formas de administración.
También coincidimos con la idea de que se necesitan más datos sobres los posibles efectos beneficiosos de los estrógenos en la prevención y el tratamiento de la aterosclerosis en el varón. Sin embargo, algunos resultados previos del estudio Coronary Drug Project de Estados Unidos ya señalaron la aparición de graves efectos adversos asociados con el tratamiento con dosis altas de estrógenos equinos conjugados en varones que habían experimentado un infarto de miocardio. Por tanto, creemos que debemos ser extremadamente cautelosos al valorar los potenciales efectos beneficiosos sobre el perfil lipídico, ya que podrían ser contrarrestados y superados por efectos adversos sobre los marcadores inflamatorios y sobre los mecanismos trombóticos.