Sra. Editora:
Cada vez tiene más interés conocer los factores que pueden incidir en el pronóstico y el consumo de recursos en pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca; así, se ha analizado el impacto de la comorbilidad en la evolución de pacientes con insuficiencia cardiaca ingresados en servicios de medicina interna en un reciente registro multicéntrico de diferentes hospitales de la geografía española1. Los autores encuentran enfermedades añadidas a la insuficiencia cardiaca en el 60% de los pacientes, lo que se ha definido como comorbilidad, y concluyen —aunque en el análisis multivariable no se asoció— que la mayor comorbilidad medida por el índice de Charlson2 se asocia a mayor mortalidad.
En 2008, ingresaron en nuestro servicio de cardiología, de un hospital de tercer nivel, 130 pacientes con el grupo relacionado con el diagnóstico 127 (insuficiencia cardiaca y shock), según el servicio de documentación clínica. Analizamos las estancias por encima del estándar de 7,9 días en relación con distintas variables. La mediana de edad era 71,5 años, el 48,5% eran mujeres y se consideró pluripatológicos (dos o más afecciones) a los pacientes según una definición de un comité de expertos3. En una serie de pacientes ingresados en servicios de medicina interna, se encontró una prevalencia de pluripatologías del 42%4. Las comorbilidades3 fueron: 25%, reumáticas o insuficiencia renal crónica (II); 33,8%, respiratorias (III); 4,4%, inflamatoria crónica intestinal o hepatopatía (IV); 16%, neurológicas (V); 11,8%, arteriopatía periférica o diabetes mellitus con repercusión visceral excluida la coronaria (VI); 14,7%, oncológicas o hematológicas no subsidiarias de tratamiento especializado (VII). El 87% de los pacientes eran pluripatológicos3,4,5,6 y el 69% tuvo un ingreso previo en el servicio. El 48,5% padecía fibrilación auricular y el 32,4%, anemia. En análisis de regresión logística, tener una estancia superior a 7,9 días se asoció solamente a tener fibrilación auricular (odds ratio [OR]=2,48; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,88-6,99; p=0,04) o anemia (OR=3,4; IC del 95%, 1-11; p=0,02), conclusiones similares a las de otros autores7,8.
Se ha cuestionado el índice de Charlson como reflejo de comorbilidad, pues lo que estima es el pronóstico vital, ya que a cada categoría se asocia una ponderación basada en el riesgo de mortalidad a 1 año. Sin embargo, la clasificación que utilizamos tiene en cuenta la repercusión que tiene la comorbilidad3,4,5,6,9 en la biología del paciente. En nuestra serie no encontramos relación entre comorbilidad y mortalidad hospitalaria, probablemente por el tamaño de la muestra y la metodología utilizada. Se ha expresado que los pacientes derivados a las consultas de cardiología tienen menos comorbilidad1. Nuestro análisis muestra elevada comorbilidad en pacientes con insuficiencia cardiaca ingresados que posteriormente recibieron seguimiento en consulta de insuficiencia cardiaca, sin que dicha comorbilidad tuviese repercusión en las estancias prolongadas.
Autor para correspondencia. manuel.mora@telefonica.net