Introducción
Dr. Juan José Gómez Doblas
Presidente del Comité Científico del Congreso
Vicepresidente de la SEC
Comités ejecutivo, organizador y científico
Comité de evaluadores
Listado de sesiones
Índice de autores
Introducción y objetivos: Si bien la malnutrición es un factor de peor pronóstico en diversos escenarios clínicos, su impacto en pacientes con endocarditis infecciosa (EI) y el papel de nuevos índices inmunonutricionales es poco conocido. Este trabajo pretende evaluar el papel del Controlling Nutritional Status Score (CONUT) en la caracterización y el pronóstico del paciente con EI.
Métodos: Un total de 184 casos de EI confirmada fueron recopilados y seguidos durante el primer año tras el diagnóstico. El CONUT score se calculó al diagnóstico mediante la albúmina sérica, el colesterol total y el recuento linfocitario [(rango 0-12), 12 = desnutrición extrema], y los pacientes se dividieron en CONUT-alto (≥ 6, n = 98) y CONUT-bajo (< 6, n = 86) en base a la mediana de la cohorte.
Resultados: La edad media fue de 70 [DE 15] años, 64% varones y 69% de origen comunitario. La mediana de CONUT score fue 6 (4). La diabetes y la fragilidad fueron más prevalentes en el grupo CONUT-alto (tabla). El patógeno más frecuente fue S. viridans (n = 43). Por grupos, S. aureus predominó en CONUT-alto (20 vs 8%, p 0,02) y estreptococos no viridans en CONUT-bajo (9 vs 2%, p 0,03). La EI sobre bioprótesis aórtica fue más frecuente en CONUT-alto, mientras que las formas aórticas mecánicas y sobre bioprótesis mitrales en CONUT-bajo (figura). Pacientes con CONUT-alto presentaron mayores vegetaciones [14 (11) vs 11 (7) mm, p 0,02], más abscesos perianulares (25 vs 13%, p 0,04), y mayor incidencia de insuficiencia renal aguda y shock séptico durante el ingreso. Pese al mayor riesgo prequirúrgico en CONUT-alto, la proporción de pacientes operados y la mortalidad hospitalaria fueron similares. Según la estrategia terapéutica, solo aquellos pacientes sin indicación quirúrgica, manejados médicamente, presentaron mayor mortalidad intrahospitalaria si CONUT-alto. Al año de seguimiento, la malnutrición tendió a asociarse a mayor riesgo de reingreso (35 vs 51%, p 0,07).
Características basales y de evolución clínica de pacientes con EI en base al CONUT score |
||||
|
Total de la cohorte |
CONUT-alto |
CONUT-bajo |
p |
n = 184 |
(SCORE ≥ 6) |
(SCORE < 6) |
||
|
n = 98 |
n = 86 |
||
Edad [media (DE)], años |
69,7 (15,1) |
71,2 (13,7) |
68,1(16,6) |
0,17 |
Sexo masculino, nº (%) |
118 (64,1%) |
60 (61,2%) |
58 (67,4%) |
0,38 |
Comorbilidades, nº (%): |
||||
Diabetes mellitus |
60 (32,6%) |
40 (40,8%) |
20 (23,3%) |
0,01 |
Cáncer |
22 (12,0%) |
14 (14,3%) |
8 (9,3%) |
0,3 |
Anemia crónica |
54 (29,3%) |
33 (33,7%) |
21 (24,4%) |
0,17 |
ERC |
36 (19,6%) |
22 (22,5%) |
14 (16,3%) |
0,29 |
EPOC |
20 (10,9%) |
12 (12,2%) |
8 (9,3%) |
0,52 |
Prefragilidad/Fragilidad |
111 (60,3%) |
68 (69,4%) |
43 (50,0%) |
0,01 |
IMC [media (DE)], kg/m2 |
26,2 (5,0) |
26,0 (4,7) |
26,4 (5,3) |
0,61 |
Prealbúmina [media (DE)], kg/m2 |
17,7 (7,5) |
16,1 (6,7) |
19,3 (8,0) |
0,04 |
Transferrina [media (DE)], kg/m2 |
164,4 (48,9) |
153,1 (44,4) |
177,8 (50,9) |
0,001 |
Cirugía cardiaca, nº (%) |
113 (61,4%) |
61 (62,2%) |
52 (60,5%) |
0,81 |
EuroSCORE I [mediana (RIC)] |
28 (38) |
29 (36) |
26 (32) |
0,12 |
EuroSCORE II [mediana (RIC)] |
7 (13) |
9 (14) |
6 (10) |
0,08 |
Risk-E [mediana (RIC)] |
21 (17) |
25 (25) |
20 (17) |
0,01 |
Mortalidad hospitalaria, nº (%): |
||||
Total |
41 (22,3%) |
25 (25,5%) |
16 (18,6%) |
0,26 |
Indicación quirúrgica +/cirugía + (n = 113) |
25 (22,1%) |
14 (23,0%) |
11 (21,2%) |
0,82 |
Indicación quirúrgica +/cirugía - (n = 28) |
12 (42,9%) |
7 (41,2%) |
5 (45,5%) |
0,82 |
Indicación quirúrgica -/cirugía- (n = 43) |
4 (9,3%) |
4 (100%) |
0 (0%) |
0,02 |
DE: desviación estándar; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; ERC: enfermedad renal crónica; IMC: índice de masa corporal; RIC: rango intercuartílico. |
Características microbiológicas y clínicas de la cohorte.
Conclusiones: Un score de CONUT alto se asoció a pacientes con mayor comorbilidad, patógenos más virulentos y formas más agresivas de EI. Si bien la proporción de pacientes operados y la mortalidad hospitalaria global no difirió entre grupos, más complicaciones clínicas y una mayor mortalidad entre los pacientes sin indicación quirúrgica y con manejo médico, se observó ante peores estados nutricionales.