Introducción
Dr. Juan José Gómez Doblas
Presidente del Comité Científico del Congreso
Vicepresidente de la SEC
Comités ejecutivo, organizador y científico
Comité de evaluadores
Listado de sesiones
Índice de autores
Introducción y objetivos: A pesar de la publicación en 2017 de los criterios internacionales de interpretación del ECG, la presencia de onda T invertida sigue generando inquietud en la evaluación del deportista. Puede representar el primer y único signo de cardiopatía hereditaria (miocardiopatía hipertrófica o arritmogénica), en ausencia de cardiopatía estructural. Aunque existen algunas series amplias, la literatura en población española es escasa. Nos propusimos evaluar la prevalencia y significado patológico de onda T negativa en el ECG en una muestra extensa de deportistas de nuestro ámbito.
Métodos: Se estudiaron 2.249 deportistas (edad media 29,3 ± 15,5 años, mínimo 12-máximo 65), asintomáticos, y sin historia previa de cardiopatía. La evaluación preparticipativa incluyó en todos los casos exploración física, ECG en reposo y ecocardiograma transtorácico. Se realizaron además prueba de esfuerzo y/u otras pruebas complementarias según criterio clínico y hallazgos iniciales. Se dividió la muestra en 2 grupos para el análisis de resultados: 1.409 jóvenes de 12 a 35 años, y 840 veteranos de 36 a 65 años.
Resultados: La prevalencia global de onda T negativa fue 2,4% (n = 54): 1,8% en jóvenes, y 3,3% en veteranos. En jóvenes, se encontró cardiopatía estructural en el 23,1% de los casos (6/26): 3 deportistas con hipertrofia ventricular izquierda al menos moderada; 2 con miocardiopatía hipertrófica establecida; y 1 caso con comunicación interauricular. En veteranos, la prevalencia de cardiopatía en presencia de onda T invertida fue del 35,7% (10/28): 7 deportistas con hipertrofia moderada; 2 deportistas con miocardiopatía hipertrófica; y 1 caso de enfermedad coronaria. La combinación de onda T negativa en cara inferior y anterolateral se asoció con cardiopatía en el 75% de los casos.
Correlación patológica de la presencia de onda T negativa en el ECG |
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Jóvenes (12 a 35 años) |
Más allá de V3 en < 16 años |
5 deportistas sin cardiopatía estructural |
1 caso de comunicación interauricular |
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n = 26/1409 (1,8%) |
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Más allá de V2 en > 16 años |
11 deportistas sin cardiopatía estructural |
2 casos con hipertrofia ventricular izquierda |
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Más allá de V4 en raza negra |
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1 caso con hipertrofia ventricular izquierda |
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En III - aVF |
4 deportistas sin cardiopatía estructural |
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En cara inferior y V4-V6 |
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2 casos de miocardiopatía hipertrófica |
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Veteranos (36 a 65 años) |
En cara anterior (más allá de V2) |
10 deportistas sin cardiopatía estructural |
4 casos de hipertrofia ventricular izquierda |
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n = 28/840 (3,3%) |
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En cara inferior (II, III y/o aVF) |
4 deportistas sin cardiopatía estructural |
1 caso de enfermedad coronaria |
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En cara lateral (I y aVL) |
2 deportista sin cardiopatía estructural |
1 caso con hipertrofia ventricular izquierda |
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En cara inferior (II, III y/o aVF) y anterior (de V3 a V6) |
2 deportistas sin cardiopatía estructural |
2 casos de miocardiopatía hipertrófica y 2 casos de hipertrofia ventricular izquierda |
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Conclusiones: La prevalencia de onda T negativa en deportistas asintomáticos de nuestra área es inferior al 3%, similar a la descrita en series internacionales. Menos de un tercio de los deportistas con onda T negativa en el ECG de reposo presentan cardiopatía estructural en el momento de la evaluación cardiológica, siendo la hipertrofia ventricular izquierda significativa el hallazgo más frecuente.