Introducción
Dr. José María de la Torre Hernández
Presidente del Comité Científico del Congreso. Vicepresidente de la SEC
Comités ejecutivo, organizador y científico
Comité de evaluadores
Listado completo de comunicaciones
Índice de autores
Introducción y objetivos: Valorar el impacto del sangrado en la relación riesgo-beneficio de la revascularización coronaria previa al implante de prótesis valvular aórtica por vía transfemoral (TAVI-TF).
Métodos: Realizamos un análisis retrospectivo de la cohorte de pacientes sometidos a TAVI-TF en nuestro centro entre 2008-2018. Estimamos la incidencia de sangrado mayor, definido por criterios BARC (tipos 3-5) desde la coronariografía diagnóstica, durante el ingreso para el implante valvular y en el seguimiento posterior, así como la de eventos cardiacos mayores (MACE: combinado de muerte, infarto, ictus, hospitalización por insuficiencia cardiaca). Comparamos la incidencia en los pacientes que se realizó revascularización coronaria percutánea con los manejados de forma conservadora.
Resultados: Se incluyeron un total de 379 pacientes. De ellos, 92 fueron sometidos a revascularización coronaria previamente a la TAVI (24%). Como se objetiva en la figura 1, la incidencia total de sangrado mayor fue del 21,6% (81/376), resultando un 28,3% en los pacientes sometidos a revascularización (26/92) y 19,4% en los no revascularizados (55/283), sin alcanzar la significación estadística (p = 0,243). La incidencia de sangrado mayor entre la coronariografía y el implante de TAVI fue 5,5% (21/379), y resultó superior en los pacientes revascularizados (12,1 vs 3,5%, p = 0,007). Durante el ingreso para el implante de TAVI, la incidencia de sangrado mayor alcanzó el 6,1% (23/379), sin diferencias significativas entre los que fueron revascularizados y los que no (8,7 vs 5,3%, p = NS). En el seguimiento posterior al implante de TAVI, la incidencia de sangrado alcanzó el 9,6% (36/279), igualmente sin diferencias significativas entre los grupos comparados (revascularizados 7,6 vs no revascularizados 10,2%, p = NS). No hubo diferencias significativas en la incidencia de MACE ni previamente al implante de TAVI (revascularizados 27,2 vs no revascularizados 20,4%, p = NS) ni a los 5 años de seguimiento (revascularizados 55,1 vs no revascularizados 56,3%, p = NS).
Conclusiones: La revascularización coronaria previa a la TAVI-TF conlleva un aumento inicial del riesgo de sangrado, sin diferencias significativas en el MACE ni previamente al implante de TAVI ni en el seguimiento a 5 años entre los grupos, lo cual apoya un manejo conservador de la enfermedad coronaria en este grupo de pacientes.