Antecedentes y objetivos: La utilidad de la guía de presión ha sido demostrada en el diagnóstico y optimización del tratamiento de lesiones de severidad moderada. Nuestro objetivo fue valorar su utilidad en lesiones angiográficamente severas.
Métodos: Se realizó un estudio retrospectivo de una cohorte de pacientes con lesiones angiográficamente severas que por sus características anatómicas (lesiones circunscritas, vasos ectásicos) o por escasa correlación con la clínica del paciente fueron valoradas con guía de presión. El empleo de la guía de presión quedó a criterio del intervencionista. En todos los procedimientos se utilizó adenosina intracoronaria en bolo a dosis máximas. Se analizó la evolución de estos pacientes evaluando los eventos muerte o reingreso de causa cardiaca.
Resultados: Se estudiaron 95 lesiones angiográficamente de más del 70% en 84 pacientes en un periodo comprendido entre enero de 2006 y diciembre de 2010. La edad media de los mismos fue 66,5 ± 10 años; varones 77%; enfermedad multivaso 33 pacientes (39,3%); fracción de eyección media 63,9 ± 13,8; estenosis angiográfica media 75,5 ± 6,5; reserva fraccional de flujo (FFR) media 0,83 ± 0,01. En 31 lesiones (32%) el resultado de la guía de presión condicionó la indicación de intervencionismo y lo evitó en 68%. No se observaron complicaciones mayores debidas al uso de la guía de presión y en un caso no se consiguió pasar la guía. El tiempo medio de seguimiento fue 20,7 ± 14 meses. En la evolución reingresaron por causa cardiaca 13 pacientes (15,5%) demostrándose isquemia en el territorio valorado solo en 1 por vasoespasmo asociado. Un paciente falleció por scacest con oclusión de un vaso distinto al valorado con la guía de presión. El resto de los pacientes permanecieron asintomáticos.
Conclusiones: La guía de presión puede ser útil en un subgrupo de lesiones angiográficamente severas pudiendo evitar revascularizaciones innecesarias.