Introducción
Dr. Arturo Evangelista Masip
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: El cáncer de mama se ha convertido en el tumor más frecuente entre las mujeres, pero su mortalidad se va reduciendo paulatinamente y los índices de supervivencia están cercanos al 85% gracias a los nuevos tratamientos, cada vez más individualizados. Esta supervivencia prolongada permite que la toxicidad cardiaca pueda ser el principal factor determinante de su calidad de vida y, en algunos casos, de una muerte prematura. Diversos tratamientos utilizados en el cáncer de mama son cardiotóxicas. El objetivo es conocer los principales agentes de toxicidad cardiaca, describir dichos mecanismos y analizar cómo se evalúa la toxicidad cardiaca. Así mismo estudiar los factores de riesgo y el rol de la enfermera en su prevención.
Métodos: Revisión bibliográfica en las principales bases de datos además de libros, documentos, protocolos y guías de prácticas clínica.
Resultados: El tratamiento oncológico con más riesgo para el corazón es la radioterapia torácica. Produce daños en el miocardio, el pericardio, las coronarias y tejido valvular. En cuanto a la quimioterapia, la antraciclina, es el fármaco con mayores efectos secundarios para el sistema cardiovascular: produce un daño directo sobre las células del miocardio causando disfunción ventricular y multiplicando por 10 el riesgo de desarrollar una insuficiencia cardiaca. La FEVI es un potente factor predictivo de la evolución durante la quimioterapia; la determinación de la FEVI se realiza a menudo mediante ecocardiografía. Aunque todos los pacientes de cáncer tratados pueden sufrir trastornos cardiovasculares, los que más riesgo tienen son los que ya presentaban problemas en ese sentido: hipertensos, diabéticos, obesos, fumadores, etc.
Conclusiones: Diversas sociedades (SEC, SEOM) han abogado por una implicación conjunta de cardiólogos, oncólogos, hematólogos y enfermeros en el tratamiento de los pacientes con cáncer. Es imprescindible diagnosticar y tratar precozmente a estos pacientes e implicarles en el cuidado de los factores de riesgo, inculcándoles un estilo de vida cardiosaludable, donde el papel de la enfermera es fundamental. Está demostrado que una vida saludable puede reducir los efectos secundarios sobre el corazón de los tratamientos oncológicos.