Hemos leído con gran interés los comentarios de Teruhiko Imamura sobre nuestro estudio1.
Se ha descrito que una presión capilar pulmonar enclavada ≤ 15mmHg es un indicador fiable de una presión de llenado del ventrículo izquierdo (VI) normal y este es un valor de referencia en las guías de práctica clínica para diagnosticar la hipertensión pulmonar poscapilar y orientar el pronóstico y el tratamiento de pacientes con insuficiencia cardiaca seleccionados. Otros autores han considerado valores umbral de la presión capilar pulmonar enclavada más altos para definir la presión de llenado normal del VI de pacientes con insuficiencia cardiaca crónica tratados con un dispositivo de asistencia ventricular izquierda (DAVI). Sin embargo, en la actualidad no hay evidencia de que un valor de corte diferente pueda predecir mejor el pronóstico en esos pacientes.
Por lo que respecta a la aparición de insuficiencia del ventrículo derecho (VD) en los pacientes con una descarga incompleta del VI, nuestros resultados se suman a la evidencia cada vez mayor que subraya la repercusión de la insuficiencia del VD tras el implante de un DAVI en la hemodinámica del VI y respaldan la evidencia que indica la intensa interacción existente entre las presiones de llenado del VI y el VD que se dan durante la asistencia con un DAVI prolongada. En cuanto a nuestros métodos para evaluar la función del VD, se utilizaron las variables ecocardiográficas que se emplean con frecuencia en la práctica clínica, incluidas las dimensiones del VD, el desplazamiento sistólico del plano anular tricuspídeo y la insuficiencia tricuspídea. Estamos de acuerdo en que la nueva evidencia aportada por nuestro estudio respecto a la asociación entre la descarga del VI y la hemodinámica del VD justifica una mayor investigación con métodos ecocardiográficos específicos para evaluar la función del VD.
Dado que nuestra cohorte era pequeña, en el análisis multivariable se evaluó un número reducido de variables, incluida la edad. El péptido natriurético cerebral surgió como factor independiente en cuanto a la descarga del VI. Aunque no se puede descartar la influencia de la insuficiencia renal y la obesidad en el valor predictivo del péptido natriurético cerebral, el valor medio de creatinina (1,3mg/dl) y del índice de masa corporal (26) mostraron solo un leve aumento.
Nuestro trabajo es un estudio clínico de observación y no se llevó a cabo un cateterismo derecho con objeto de optimizar la configuración de la velocidad del rotor del DAVI o la medicación si por lo demás los pacientes estaban clínicamente estables. Así pues, los eventos no se verían afectados por el momento elegido para el día 0. Consideramos que la vigilancia general desde el momento del implante del DAVI tenía mayor interés clínico para el análisis de la supervivencia. En este sentido, nuestro estudio no permite responder a la cuestión de si los cambios en la medicación o en la configuración de la velocidad del rotor basados en los resultados del cateterismo derecho podrían tener o no una repercusión en la hemodinámica. Aunque una peor hemodinámica después del implante de un DAVI parece asociarse con más eventos adversos, sigue habiendo una clara laguna en el conocimiento en lo que respecta a las consecuencias clínicas de una estrategia basada en la hemodinámica respecto a la calidad de vida y la supervivencia sin eventos de los pacientes clínicamente estables.
FINANCIACIÓNNinguna.
CONFLICTO DE INTERESESLa autora no tiene conflictos de intereses que declarar en relación con este manuscrito.