El nacimiento y desarrollo del Dr. José Calderón Montero (1920-2011), precursor de la hemodinámica, se basa en dos pilares: su fuerte personalidad y su capacidad para la docencia. La capacidad para la docencia la inició cuando se dedicó a la formación en fisiología de los futuros médicos. Al mismo tiempo, durante su etapa en la cátedra de fisiología, le sirvió para prepararse en la técnica del «sondaje» en animales de experimentación.
A partir de 1948, aplicó toda la experiencia acumulada en el «sondaje de animales de experimentación» al paciente cardiológico en la Escuela Nacional de Enfermedades del Tórax (ENET).
El primer estudio realizado por el Dr. Calderón Montero en la ENET mediante la técnica del cateterismo se hizo el 1 de enero de 1960, con el número de registro número 201. Esto es así porque los primeros 200 cateterismos se llevaron a cabo en un hospital (Buen Suceso, Madrid). Aunque no se tiene constancia documental, se puede calcular de modo aproximado que realizó el primer cateterismo entre 1950 y 1960. El primer cateterismo documentado lo realizó Werner Forsmann en 1929. André Cournand y Dickinson Richards fueron, en 1942, los primeros en desarrollar el cateterismo cardiaco derecho, mientras que Pierre Maurice describió el método en la defensa de su tesis doctoral leída en 1946. La coincidencia en el tiempo entre las primeras exploraciones en otros países y la llevada a cabo por el Dr. Calderón Montero avala el fuerte ímpetu de este cardiólogo. Los estudios hemodinámicos iniciales en la ENET se realizaron en pacientes con enfermedades del sistema cardiovascular de dos tipos: cardiopatías congénitas y valvulopatías. Dichas exploraciones se efectuaban indistintamente, según el programa de cada día. Cuando se creó la especialidad de cardiología pediátrica, los estudios en niños pasaron a dicho ámbito, pero se mantuvieron los correspondientes a cardiopatías congénitas del adulto.
En los años setenta se iniciaron los estudios coronariográficos en la ENET y antes de que finalizara dicha década constituían ya el núcleo principal de la actividad del servicio de hemodinámica de esa institución hospitalaria; es decir, aproximadamente 10 años después de que Mason Sones fuera el primero en realizar una angiografía de las arterias coronarias de manera selectiva. La actividad se mantuvo ininterrumpida durante los siguientes 16 años en que el Dr. Calderón Montero trabajó activamente, hasta su jubilación (septiembre de 1986). El número de cateterismos realizados mientras el Dr. Calderón Montero fue jefe del Servicio de Hemodinámica fue de 5.370. Quizá ya cansado, no quiso o no encontró factible continuar con los avances de esta técnica cardiológica, que pasó de ser diagnóstica a constituir una herramienta muy importante en el tratamiento de las coronariopatías. La primera angioplastia trasluminal percutánea a un paciente consciente se realizó en septiembre de 1977. Los diez años que faltaban para su jubilación y el esfuerzo que suponía en aquel entonces la realización de angioplastias fueron un obstáculo para que el Dr. Calderón Montero iniciara la nueva andadura de la hemodinámica.
Como ya se ha indicado, el Dr. Calderón Montero necesitaba seguir desarrollando la vocación docente, ya que era consustancial a su personalidad. Así, desde los inicios de la puesta en marcha del Servicio de Hemodinámica, puso especial dedicación a la formación de los futuros especialistas en cardiología. La ENET fue durante muchos años el primer lugar de elección de los alumnos que querían especializarse en cardiología. Además, su actividad motivaba que otros cardiólogos solicitaran prestar sus servicios en la ENET. Sus alumnos recordarán las clases que el Dr. Calderón Montero impartía a las ocho de la mañana. Lo curioso era que, interesado por la formación integral del cardiólogo, lo mismo impartía una clase sobre ventriculografía que sobre estadística.
Sin embargo, toda su intención por intentar que la ENET fuera un hospital de referencia se vio truncada cuando su «capacidad política de decisión» duró únicamente 1 año por problemas internos. El reconocimiento político a su labor le llegó prácticamente a su jubilación, y le nombraron Director Médico en funciones de la ENET el 7 de enero de 1986.
Además de su capacidad docente, el Dr. Calderón Montero tenía un gran interés por la divulgación de la ciencia, como queda plasmado en unas 50 publicaciones de artículos científicos, la mayor parte en Revista Española de Cardiología, y su participación en congresos y reuniones de sociedades científicas (España, Portugal y Argentina). Además, su intención de expandirse le llevó a establecer relaciones con un hospital en Houston (Texas, Estados Unidos).
En conclusión, la fuerte personalidad y la capacidad del Dr. Calderón Montero determinaron que fuera, si no el padre, sí uno de los padres de la hemodinámica diagnóstica. Su labor clínica queda reflejada en más de los 5.000 cateterismos realizados con unos medios humanos y materiales escasos, sobre todo al principio. Su capacidad para la enseñanza queda reflejada en todas las clases que impartió a lo largo de su vida profesional, y pensamos sinceramente que sus discípulos las llevan siempre en su mente y su corazón.