Sr. Editor:
En el número de julio de la Revista1, Bayés pide un cambio de terminología de los infartos de miocardio. Basándose en una correlación entre ECG y resonancia magnética (RM)2,3, rechaza el postulado de Perlof4 de una curvatura superior de la pared inferior más basal del ventrículo izquierdo (VI) y atribuye el patrón de infarto posterior a la que llama pared lateral, siguiendo un documento de consenso5.
En 1999 un grupo multidisciplinario6 hizo un llamamiento al uso de terminología anatómicamente correcta para el síndrome de WPW y otras arritmias. Usando RM y fluoroscopia, mostraron que el anillo mitral lateral tiene una posición posterior, cercana a la columna vertebral, lo que explica que la preexcitación por vías accesorias en esta zona desvíe los vectores del QRS hacia delante, con QRS positivo en V1 y V2. Desgraciadamente, estas observaciones no fueron tenidas en cuenta por el grupo de trabajo que en 2002 propuso una terminología disociada de la posición anatómica del corazón5. Los cortes de RM en oblicua anterior izquierda (fig. 1), incluidos los de Bayés et al1,2, no expresan perfectamente la posición anteroposterior ni la mediolateral, pero sí reflejan la posición respecto al esternón, demostrando una posición posterior de los segmentos basales «laterales», próxima a la columna vertebral. Pero hay más, la reconstrucción del ventrículo izquierdo con navegadores permite crear moldes del ventrículo izquierdo en su posición real y demostrar zonas de infarto de localización posterior (fig. 2).
Fig. 1. Cortes oblicuo anterior izquierdo (izquierda) y transverso (derecha) del corazón que muestran la posición muy posterior de las porciones basales de la pared lateral. Se muestra también la posición superior de los segmentos llamados anteriores.
Fig. 2. Reconstrucción anatómica virtual del ventrículo izquierdo (Navx®) superpuesta a la imagen del torso, que refleja la posición anatómica real (no el tamaño). La zona infartada (gris, azul y violeta) señalada con flechas tiene una posición posterior.
Otra anomalía de la nomenclatura propuesta1,3,5 es que no reconoce una pared superior, que es bien patente en RM (figs. 1 y 2). Si reconociésemos esta localización de los hoy llamados infartos anteriores, tendríamos una explicación sencilla de por qué se registran desde arriba (aVL) y deprimen paradójicamente el ST en derivaciones inferiores7.
El uso de una terminología topográficamente correcta ayuda a comprender las relaciones entre anatomía y patrones diagnósticos en el ECG y otras exploraciones. En otro lugar8 hemos mostrado cómo esto facilita la comprensión del ECG normal y el anormal. Al final el problema del ECG es que, fiel a la anatomía, nos dice que el ventrículo izquierdo tiene segmentos posteriores y superiores y es nuestro empeño en ignorar esta realidad lo que es un problema.