He leído con gran interés el artículo de Consuegra-Sánchez et al1. Los autores describen una relación inversa e independiente entre el nivel de estudios y la mortalidad a largo plazo en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio. Quisiera comentar algunas cuestiones sobre la metodología y los resultados comunicados en el artículo1. En su estudio, los autores indican la media de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) de todos los pacientes y señalan que fue un factor predictor de la mortalidad a largo plazo. Sin embargo, no hay datos acerca de la media de FEVI de cada grupo. Es sabido que una FEVI <40% constituye un factor predictor independiente para la mortalidad después de un infarto de miocardio2. En consecuencia, los autores deberían presentar la media de la FEVI y la incidencia de pacientes con un valor de FEVI < 40% de cada grupo, y comparar la media de FEVI de los dos grupos. Una incidencia más alta de pacientes con un valor de FEVI < 40% en los grupos de analfabetos o solo con estudios primarios podría ser otra razón significativa de sus mayores tasas de mortalidad. Además, el estudio de Consuegra-Sánchez et al1 incluye pacientes con deterioro de la función sistólica ventricular izquierda (media de FEVI=49% para el conjunto de todos los pacientes). Los antagonistas de la aldosterona, añadidos al tratamiento médico estándar, reducen de manera significativa la mortalidad por cualquier causa en los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio y tienen una FEVI < 40%3. En el estudio de Consuegra-Sánchez et al1 no se presentan datos sobre la incidencia en pacientes tratados con antagonistas de aldosterona. Una incidencia más alta del tratamiento con antagonistas de la aldosterona en los grupos de pacientes con estudios secundarios y superiores podría ser la razón que explicara las tasas de mortalidad inferiores.
En conclusión, el nivel de estudios bajo puede asociarse a un resultado clínico adverso en los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio. Sin embargo, la FEVI y el tratamiento con antagonistas de la aldosterona podrían tener de todos modos un efecto sobre los resultados del estudio de Consuegra-Sánchez et al1. Para establecer que el nivel de estudios bajo constituye un factor predictor de la mortalidad, debería probarse que no hubo diferencias en la media de FEVI entre los grupos de pacientes, y que todos fueron tratados de manera similar con todas las medicaciones que se sabe que reducen la mortalidad de los pacientes después de un infarto de miocardio.