Palabras clave
INTRODUCCIÓN
El uso de prótesis intracoronarias(stent) no sólo se ha expandido, sino también que se ha erigido en el «patrón oro» de los procedimientos de revascularización coronaria percutánea debido a su capacidad de disminuir la incidencia de reestenosis, y por haber demostrado que evita en gran parte las complicaciones de la fase aguda de la angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP), mejorando el pronóstico a corto y largo plazo de los pacientes tratados. Diferentes estudios aleatorizados han demostrado las ventajas, no sólo angiográficas, sino también clínicas, del uso de stents sobre el balón convencional en la ACTP1-4.
Por otra parte, el desarrollo del mercado ha proporcionado una ingente variedad de tipos de stents, con diferentes diseños en función de sus características relacionadas con el tipo de metal, configuración espacial, flexibilidad, fuerza radial, superficie metálica, radioopacidad, capacidad de soporte y diseño geométrico5-11. Sin embargo, pocos estudios se dirigen a evaluar el impacto de estos nuevos diseños en la población habitual tratada con ACTP. Y, de hecho, hasta el momento no hay evidencia concluyente de que estos cambios en el diseño y características de los stents hayan contribuido de forma sustancial a mejorar el pronóstico a medio-largo plazo en la población objeto de su implante. Más aún, no suele ser habitual validar los resultados de la introducción de un nuevo stent en registros multicéntricos que intenten reflejar la realidad habitual de la cardiología intervencionista.
El stent NIR Primo es uno de estos nuevos diseños de stent, y son escasas las series publicadas dirigidas a validar su efectividad12-14.
El propósito de este estudio fue evaluar la seguridad y efectividad del implante del stent NIR Primo como opción terapéutica de revascularización en pacientes con isquemia coronaria y lesiones susceptibles de ser tratadas con dicho stent, en un ámbito de inclusión prospectiva y de forma multicéntrica.
PACIENTES Y MÉTODO
Un total de 1.004 pacientes (1.136 lesiones) fueron incluidos desde 50 centros de España y Portugal, entre agosto de 1997 y octubre de 1998, en un registro prospectivo internacional multicéntrico (ESPORT-NIR). Cada centro incluyó a un máximo de 25 pacientes.
Criterios de inclusión-exclusión
Se consideró incluible a todo paciente con una estenosis coronaria severa (> 70% por estimación visual), en una o dos arterias coronarias nativas de >= 2,75 mm de diámetro de referencia, en presencia de síntomas o signos de isquemia coronaria. En toda lesión abordada se debía intentar el implante de stent NIR. La notificación de entrada del paciente en el registro se efectuó una vez que el operador había intentado implantar el stent y finalizado el procedimiento.
Los criterios de exclusión fueron los siguientes: implantar algún otro tipo de stent diferente al NIR en el mismo procedimiento de ACTP, la presencia de estenosis severa del tronco coronario izquierdo, la existencia de calcificación coronaria significativa en la arteria a tratar, la presencia de lesión en verdadera bifurcación, haber tenido un IAM de menos de 7 días de evolución, una FEVI < 25% o una historia de alergia conocida a la aspirina o a la ticlopidina.
Procedimiento de ACTP
El implante del stent se efectuó de acuerdo con la práctica habitual de cada operador, con la recomendación de alcanzar altas atmósferas para la implantación del stent (generalmente hasta 12-14 atmósferas). Durante el procedimiento los pacientes fueron tratados con heparina hasta conseguir un tiempo de activación del coágulo de >= 300 s, recibiendo aspirina (125-200 mg al día, de forma permanente) y ticlopidina (500 mg al día) durante un mes. Los pacientes fueron revaluados clínicamente al alta, al primer, sexto y séptimo meses de la ACTP, o antes en presencia de recurrencia de la isquemia.
Del total de pacientes incluidos, un subgrupo de 210 enfermos consecutivos fueron aleatoriamente seleccionados para efectuarles una revaluación angiográfica a los 6 meses de la ACTP. En éstos se efectuó una evaluación angiográfica automática cuantitativa mediante el sistema MEDIS 4,0 CMS, en un único laboratorio central y por un técnico experto no participante en el procedimiento de ACTP.
Acontecimientos finales
Se consideró como acontecimiento final principal en este estudio la presencia de cualquiera de las siguientes complicaciones mayores: fallecimiento por cualquier causa, IAM, o necesidad de revascularización sobre el vaso tratado (RVT), bien mediante nueva ACTP o con revascularización quirúrgica (MACE) en el transcurso de los 7 meses siguientes al implante del stent NIR.
Los objetivos secundarios incluyeron la determinación de la tasa de reestenosis angiográfica en el subgrupo de pacientes aleatoriamente seleccionados a la realización de coronariografía de control al sexto mes del implante del stent, o antes si hubiese recurrencia de síntomas o signos de isquemia coronaria.
Definiciones
Se consideró éxito angiográfico cuando se implantó adecuadamente el stent NIR y quedó una lesión residual < 30% por estimación visual en el segmento donde se situó el stent.
Se definió como éxito clínico a la consecución de éxito angiográfico junto a la ausencia de complicaciones mayores durante la hospitalización. Se consideró como diabetes cuando el paciente estaba diagnosticado de este factor de riesgo, tanto del tipo 1 como del tipo 2, siempre y cuando estuviese siendo tratado con insulina o con antidiabéticos orales. De la misma forma, se consideró como hipercolesterolemia el diagnóstico clínico de la misma en aquellos pacientes con este antecedente y que estaban recibiendo fármacos hipolipemiantes.
Para la definición de la angina inestable se siguieron las recomendaciones de la Sociedad Española de Cardiología, en el sentido de considerar como angina inestable la presencia de angina de reciente comienzo (< un mes), la angina de esfuerzo progresiva, la angina de reposo y la angina postinfarto (< un mes del infarto).
La reestenosis angiográfica se definió como la presencia de una estenosis > 50% en la coronariografía de control, en el segmento previamente tratado.
Se definió como IAM la presencia de nuevas ondas Q con elevación de la creatinfosfocinasa (CPK) de al menos dos veces el valor normal.
La oclusión aguda del stent se definió como la demostración angiográfica durante la hospitalización de una obstrucción completa del segmento donde se había implantado el stent.
Se consideró que una lesión era focal si la longitud era de ¾ 10 mm, tubular de 11-19 mm y difusa >= 20 mm.
La experiencia del operador se evaluó de acuerdo con el volumen de procedimientos realizados por centro y año, de la forma siguiente: grupo A (< 251 ACTP/año), grupo B (251-500 ACTP/año) y grupo C (> 500 ACTP/año).
Análisis estadístico
Todo el análisis se efectuó según intención de tratar, en un centro independiente (IMIM, Barcelona) y por consultores estadísticos no vinculados al registro. La calidad y la bondad de los datos fueron evaluadas por los consultores de este centro independiente, quienes cotejaron tanto los campos omitidos como las inconsistencias encontradas, solicitando la aclaración y/o rectificación a cada investigador de los centros participantes, bien directamente o a través del monitor encargado de coordinar el estudio. Se utilizó el programa estadístico SPSS. Los datos continuos se presentan como valores medios ± DE y los categóricos como frecuencias. Los datos categóricos han sido comparados utilizando el test de la *2y los continuos mediante el test de la t de Student o el test de la U de Mann-Whitney si hubo necesidad. Las curvas actuariales de supervivencia se estimaron mediante el método de Kaplan-Meier. Se efectuó un análisis univariado y multivariado de regresión logística para seleccionar los predictores independientes de MACE y de reestenosis angiográfica. Aquellas variables que en el análisis univariado tenían un valor de p < 0,2 fueron las que se introdujeron en el modelo multivariado. Los cocientes de riesgo (odds ratio) y el intervalo de confianza del 95% se presentan en los «Resultados». Un valor de p < 0,05 fue considerado como estadísticamente significativo.
RESULTADOS
Características de los pacientes
En total, 1.004 pacientes (1.136 lesiones) fueron incluidos en el registro procedentes de 50 centros participantes de España y Portugal, entre agosto de 1997 y octubre de 1998, de forma prospectiva multicéntrica e internacional. Esta población constituyó el registro ESPORT-NIR. Cada centro incluyó a un máximo de 25 pacientes.
La edad media de los pacientes fue de 60,3 ± 10,2 años, y el 82% eran varones. Hubo una amplia proporción de enfermos con hipertensión arterial, fumadores y con hipercolesterolemia. La indicación más frecuente de la ACTP fue la presencia de angina inestable (61%). Las características clínicas de la población incluida se resumen en la tabla 1.
Resultados angiográficos
De las 1.136 lesiones tratadas, casi el 50% se localizaban en la arteria descendente anterior. Las lesiones tratadas fueron de morfología (tipo AHA/ACC) A en el 12,7%, B1 en el 37,7%, B2 en el 37% y C en el 12,6%. Por tanto, sólo el 49% de las lesiones fueron de tipo B2/C. Se observó enfermedad de un vaso en el 76,4% de los pacientes, y de > un vaso en el 23,6%. Las lesiones tenían una longitud de < 20 mm en el 84% de los casos, siendo la longitud media de las lesiones de 11,2 ± 5,6 mm. La mayoría de los pacientes tenían una función ventricular normal (FEVI: 58,9 ± 12%), y sólo el 6% de los pacientes tenían una FEVI
< 40% y > 25%.
Datos del procedimiento
Se consiguió el éxito angiográfico en 1.132/1.136 lesiones (99,6%), y el éxito clínico de la ACTP en 990/1.004 pacientes (98,6%). Del total de procedimientos de ACTP, se efectuó ACTP simple (una lesión) en el 78% de los casos. El stent fue implantado de forma primaria sin predilatación previa en 155 lesiones (16%). Se objetivó oclusión de alguna rama secundaria cuyo origen se situaba en el segmento donde se implantó el stent en el 1,2% (14 ramas secundarias). En 6 lesiones (0,5%) se observó disección de, al menos, el tipo C. La mayoría de los stents implantados eran de estructura de 7 celdas (83%), del tipo premontado (86%) y de ¾ 16 mm de longitud (78%). Todas las características de los stents y del procedimiento se exponen en la tabla 2.
No se observaron diferencias en las tasas de éxito angiográfico o clínico de acuerdo con la experiencia del cirujano (previamente definida según el volumen de ACTP/centro/año: grupo A, 25 centros; grupo B, 19 centros, y grupo C, 6 centros). El éxito angiográfico se obtuvo en 484/486 (99,5%), en 474/476 (99,5%) y en 174/174 lesiones (100%) en los grupos A, B y C, respectivamente. El éxito clínico se obtuvo en 427/431 (99%), en 418/426 (98,1%) y en 145/147 pacientes (98,6%) (NS), respectivamente.
Evolución hospitalaria y en el seguimiento a medio plazo
Del total de 1.004 pacientes incluidos, fueron dados de alta vivos 1.002. De éstos se perdió el seguimiento clínico en 15 pacientes (1,5%). De los 987 pacientes dados de alta vivos y con seguimiento clínico a medio plazo, hubo 16 casos que fallecieron entre el alta y el séptimo mes (1,6%). La tasa acumulada de acontecimientos cardíacos adversos mayores (ACAM) a los 30 días fue del 1,5%. Durante el seguimiento, 72 nuevos pacientes (7,2%) sufrieron un nuevo ACAM entre el segundo mes y el final del seguimiento al séptimo mes. La incidencia de ACAM acumulada (hospitalaria y en seguimiento) se describe en la tabla 3.
Se observaron, además, otras complicaciones no fatales en 5 pacientes: dos experimentaron un accidente cerebrovascular, uno desarrolló un hematoma retroperitoneal y otros 2 pacientes tuvieron una hemorragia severa que requirió transfusión de sangre.
Por análisis univariado, ninguna de la variables consideradas se relacionó de forma estadísticamente significativa con la aparición de ACAM.
En total se seleccionaron de forma consecutiva y aleatorizada 210 pacientes (238 lesiones) para realización de angiografía coronaria de control al sexto mes de seguimiento. Los pacientes seleccionados para la coronariografía de control tuvieron unas características clínicas, angiográficas y del procedimiento simila res a las del grupo de pacientes no seleccionados para angiografía, excepto en el porcentaje de diabéticos (variable encontrada más frecuentemente en el grupo seleccionado para angiografía de control: 26 frente a 15%; p < 0,001), y una función ventricular izquierda global algo mejor (63,3 ± 9% de fracción de eyección media en el grupo con angiografía control frente al 61 ± 11,7% en el grupo sin angiografía control; p < 0,01).
Se demostró la presencia de reestenosis angiográfica en el 16% de las lesiones evaluadas (38/238) (IC del 95%, 11,7-21,2). El diámetro medio de referencia del vaso tratado fue de 3,01 ± 0,46 mm, con un diámetro luminal mínimo basal de 0,98 ± 0,43 mm; 2,74 ± 0,44 mm tras stent, y 1,98 ± 0,68 mm en el seguimiento (fig. 1).
Fig. 1. Resultados del análisis angiográfico cuantitativo. Ref. D: diámetro de referencia; MLD: diámetro luminal mínimo; Pre: basal antes de la dilatación; Post: inmediatamente tras el implante del stent; Fu: en el seguimiento angiográfico de control a los 6 meses (o antes en los casos de recurrencia precoz).
La ganancia aguda fue de 1,76 ± 0,52 mm, la pérdida tardía fue de 0,77 ± 0,62 mm y la ganancia neta de 0,99 ± 0,75 mm. En comparación, las lesiones que evolucionaron con reestenosis frente a las que no tuvieron reestenosis experimentaron una ganancia aguda de 1,71 ± 0,39 frente a 1,77 ± 0,54 mm (NS), una pérdida tardía de 1,66 ± 0,58 frente a 0,59 ± 0,45 mm (p < 0,001), y una ganancia neta de 0,05 ± 0,54 frente a 1,17 ± 0,64 mm (p < 0,001).
Desde el punto de vista clínico, 995/1.004 pacientes estaban vivos (99%) al séptimo mes de seguimiento. De éstos, 946 (95,1%) estaban asintomáticos. La probabilidad de estar libre de eventos adversos mayores al séptimo mes de seguimiento fue del 91,3%, la de estar libre de fallecimiento fue del 99,1%, y la probabilidad de no necesitar nuevos procedimientos de revascularización sobre el vaso tratado (RVT) del 93,4% (fig. 2). Se efectuó una nueva RVT en 66 pacientes (6,6%) (en 13 mediante cirugía aortocoronaria y en 53 mediante una nueva ACTP).
Fig. 2. Comparación de la probabilidad libre de acontecimientos mayores en el seguimiento. Método de Kaplan-Meier.
Por análisis univariado, sólo la presencia de diabetes (p < 0,02) y la longitud del stent NIR implantado (p < 0,01) se asociaron con una mayor frecuencia de reestenosis (tabla 4). Por análisis de regresión múltiple, ninguna de las variables consideradas demostró ser un predictor independiente de la aparición de reestenosis.
Los pacientes que fueron seleccionados para la realización de una coronariografía de control evolucionaron con una mayor tasa de realización de nuevos procedimientos de revascularización, en comparación con los pacientes del grupo sin angiografía de control (tabla 5).
DISCUSIÓN
Los datos obtenidos del registro ESPORT-NIR ponen de manifiesto que el implante de este tipo de stent, en la población seleccionada, se pudo efectuar en la mayoría de las lesiones (&ea cute;xito angiográfico del 99%) y pacientes (éxito clínico del 98%), evolucionando a medio plazo de forma satisfactoria debido a una baja tasa de reestenosis angiográfica (16%) y a una alta probabilidad de permanecer libre de eventos mayores al séptimo mes de seguimiento (91,3%).
Este registro constituye la serie más amplia de pacientes tratados con stent NIR Primo, en un contexto de práctica habitual de los laboratorios de hemodinámica y cardiología intervencionista de dos países europeos (España y Portugal) entre agosto de 1997 y octubre de 1998, usando una técnica de implantación del stent con altas atmósferas y régimen antiplaquetario con aspirina y ticlopidina, si bien en una población que representa aproximadamente el 5% del total de procedimientos de angioplastia coronaria realizados en esa época en los dos países. Por tanto, se trata de una población seleccionada de pacientes y lesiones según el criterio del operador.
Comparación con estudios previos
Estudios aleatorizados previos en los que se había utilizado fundamentalmente el stent de Palmaz-Schatz demostraron el efecto beneficioso del implante de stent en lesiones de vasos nativos de > 2,75 mm1-4. El registro ESPORT-NIR demuestra que el uso de un stent de segunda generación (NIR Primo) es capaz de conseguir incluso mejores resultados que aquellos obtenidos en los estudios bien controlados y aleatorizados en los que se usaron stents de primera generación. De hecho, la frecuencia de ACAM hospitalarios referida en estos estudios osciló entre el 3,9% del grupo stent del estudio Benestent II y el 7,9% en el grupo balón del estudio STRESS. La favorable tasa de ACAM hospitalarios observada en el registro ESPORT-NIR (1,3%) probablemente está relacionada con diversas variables: la experiencia acumulada, la evolución de las características técnicas y de configuración de este nuevo stent (bajo perfil, alta flexibilidad, mejor capacidad de navegación por el árbol coronario), su implante a altas atmósferas y bajo regímenes antiplaquetarios con aspirina y ticlopidina15-17 y, sobre todo, con el hecho de que en el registro NIR no se incluyeron los infartos sin onda Q. En los estudios aleatorizados Benestent I, II, STRESS y START, la tasa de infartos Q osciló entre el 0,8% en el grupo balón del estudio Benestent I y el 3% del grupo balón del estudio STRESS, tasa no muy diferente del 0,7% de nuestro registro. De igual forma, la tasa de mortalidad hospitalaria fue, para los grupos de stent en estos estudios, menor del 1%, también similar al 0,2% del registro NIR.
Los datos extraídos del registro ESPORT-NIR corroboran aquellos otros derivados de estudios tipo registro en los que se usó el stent NIR (FINESS I y FINESS II) y los del único estudio aleatorizado en el que también se usó el stent NIR (NIRVANA)12,18, en los que se señalaba un buen resultado inicial y una evolución clínico-angiográfica favorable a medio plazo de los pacientes revascularizados con ACTP a los que se había implantado este tipo de stent. Así, el éxito del procedimiento fue del 94% en el grupo balón frente al 95,6% del grupo stent del estudio NIRVANA; del 94,8% en el FINESS I y del 97,4% en el FINESS II (ambos sólo incluían grupo de stent), datos similares al 98% en el registro ESPORT-NIR. La necesidad de nuevas revascularizaciones a lo largo del seguimiento ha evolucionado en proporciones decrecientes a medida que se aumentaba la experiencia y se mejoraba la técnica de implantación. Así, era del 14,5% en el FINESS I, del 9,6% en el FINESS II, del 7,8% en el grupo stent del estudio NIRVANA y del 6,8% en el registro ESPORT-NIR.
Predictores de evolución
Estudios previos habían demostrado una frecuencia de fracaso en la implantación del 1,5 al 6,9% con el stent de Palmaz-Schatz1-4, y entre el 1,5 y el 3,1% con el stent NIR12-14. En el registro ESPORT-NIR la frecuencia de fracaso en su implantación fue incluso más baja (0,4%), en un contexto clínico similar a otras series (frecuencia de diabetes del 17% y de angina inestable del 61%) y anatómico (49% de lesiones tipo B2-C). Probablemente, las características del stent, junto con la experiencia de los operadores y una selección favorable de lesiones/pacientes pueden explicar este hecho.
En el presente registro, la incidencia de eventos mayores hospitalarios (1,2%) fue más baja que la referida en estudios previos aleatorizados (Benestent I y II, STRESS, START) (3,9-6,9%)1-4, o a la del primer registro en el que se utilizó el stent NIR (FINESS I; 4,7%)12, pero similar a la del registro más reciente o FINESS II (2%) (Y. Almagor, comunicación personal), o al de una serie monocentro en el que se utilizó el stent NIR en un contexto desfavorable clínico y anatómico (3,2%)14. En nuestro análisis univariado, ninguna variable (clínica, angiográfica o del procedimiento) demostró ser predictora del desarrollo de eventos cardíacos adversos mayores.
La tasa de reestenosis encontrada en el registro ESPORT-NIR fue del 16%, más baja que la observada en los estudios Benestent I, STRESS, STAR y NIRVANA1,3,4,18, pero similar a la referida en los estudios FINESS II (19%)19 y Benestent II (16%)2, probablemente en relación con la optimización de la técnica de implantación del stent junto al uso de los actuales regímenes antiplaquetarios.
Por otra parte, la tasa de RVT (6,6%) en el registro fue bastante favorable, pero comparable a la publicada por Kobayashi (9,5%) con stents NIR de 16 mm, o con stent de Palmaz-Schatz (10,8%) cuando se utilizan las actuales técnicas y regímenes de antiagregación14.
Sin embargo, en el registro ESPORT-NIR, la tasa de RVT fue casi dos veces mayor entre los pacientes que fueron incluidos en el protocolo de estudio y seguimiento con angiografía a los 6 meses, en comparación con los que no fueron aleatorizados para la angiografía de control (tabla 5). Este hallazgo, observado en el estudio Benestent II y también referido por Rupprecht2,20, ilustra el impacto que tienen las imágenes angiográficas en la decisión de intervenir en la práctica diaria. De hecho, el cirujano puede estar tentado a reintervenir sobre las lesiones con reestenosis angiográfica aunque no exista justificación clínica. Por tanto, el único camino para evitar esto es regular estrictamente las indicaciones de reintervención tras ACTP, en el sentido de no reintervenir a menos que se demuestren síntomas o signos objetivos de isquemia.
Implicaciones clínicas
Uno de los méritos de este registro es el de haber incluido una muestra general de pacientes occidentales tratados con ACTP e implante de stent NIR entre agosto de 1997 y octubre de 1998. Durante este período se realizaron un total de 28.557 ACTP (24.515 en España y 4.042 en Portugal)21,22. La media de implante de stent fue del 61% de las lesiones en 1997 y del 72% en 1998 (19.596 procedimientos de stent); por tanto, el registro ESPORT-NIR representa a un 5% de la población revascularizada mediante ACTP y con implante de stent en estos países. Esto implica una población seleccionada, ya que por protocolo cada centro incluyó a un máximo de 25 pacientes y porque, además, fueron excluidos pacientes con IAM reciente (< una semana) y aquellas lesiones coronarias calcificadas, en verdadera bifurcación o localizadas en injertos de safena o mamaria.
En este contexto, la ACTP e implante de stent NIR demostró ser una técnica segura y efectiva (98% de éxito clínico) con un buen resultado y evolución a medio plazo, ya que la tasa de eventos adversos mayores al séptimo mes fue baja (8,7%) y la probabilidad libre de muerte y reinfarto alta (97,9%), con unas tasas de reestenosis del 16% y de RVT del 7%, independientemente de la experiencia del operador según fue definida. Este hecho probablemente representa un «efecto igualador» de las nuevas generaciones de stent sobre los resultados de la revascularización percutánea mediante ACTP, en el sentido de favorecer una alta tasa de éxito y baja de complicaciones.
Limitaciones del estudio
La principal limitación es que no es un estudio aleatorizado y que, al haberse incluido a los pacientes una vez finalizado el procedimiento, pudiera haberse sesgado la muestra de población en un sentido favorable a los resultados obtenidos. En segundo lugar, la representatividad de la población incluida sólo corresponde a la que definen sus características y equivale al 5% del total de procedimientos efectuados en este intervalo de tiempo en España y Portugal; por tanto, refuerza el concepto de selección favorable de los pacientes/lesiones. A pesar de ello, y a pesar del sesgo, el registro refuerza el valor de las actuaciones que se realizan en la práctica diaria circunscribiendo las conclusiones a las características de la población de que se trate. De la misma manera en que los estudios aleatorizados sólo pueden circunscribir sus conclusiones a la población objeto del estudio, y que en general no representan más del 10% de la realidad.
Como la notificación de inclusión de cada paciente en el registro se efectuó una vez finalizado el procedimiento, siempre y cuando el operador hubiese intentado implantar el stent NIR y dado que no se utilizó un log book no se puede saber si hubo casos en los que el operador no incluyó al paciente por fallo de la ACTP, lo que puede representar un sesgo adicional favorable a los resultados, si bien es más probable que se tratase de un sesgo favorable en la selección de casos.
El hecho de que no se hayan incluido los infartos de miocardio de tipo no Q en la definición de eventos mayores pudo representar una infraestimación de la tasa global de eventos mayores adversos durante la hospitalización. A pesar de ello, el comité de dirección decidió no incluirlos para facilitar la rutina habitual en cada laboratorio, basándose en que existe una importante discrepancia en la bibliografía respecto al valor pronóstico de moderadas elevaciones de la CPK. Así, se ha descrito que elevaciones aisladas de CPK de menos de cinco veces el valor normal no tienen efectos adversos en el curso hospitalario ni sobre la supervivencia a medio plazo tras ACTP23 y, de hecho, un reciente estudio español (estudio DAMIAN)24, prospectivo y dirigido a examinar este problema, confirma en sus conclusiones nuestra decisión.
Finalmente, dejar constancia de que la corta vida media a que el mercado somete a estos dispositivos puede hacer que en el momento de la publicación de los resultados del estudio este stent ya no esté disponible y haya sido sustituido por otro de nueva generación. No obstante, las características básicas del stent no cambian sustancialmente y, en todo caso, el nuevo modelo incluso aportará en teoría beneficios adicionales, al menos en sus cualidades de navegabilidad y facilidad de implantación, por lo que cabría esperar que los resultados fuesen al menos similares a los descritos.
Este estudio fue financiado parcialmente mediante una beca de Boston Scientific Iberica S.A. Correspondencia: Dr. A. Iñiguez. Unidad Hemodinámica-Cardiología Intervencionista. Fundación Jiménez Díaz. Avda. Reyes Católicos, 2. 28000 Madrid. Correo electrónico: iniguez@arrakis.es Recibido el 30 de agosto del 2000. Aceptado para su publicación el 6 de febrero del 2001.