Agradecemos la carta de Rosario Pacahuala et al. en relación con nuestro documento de consenso de la Sociedad Española de Cardiología sobre la consulta telemática1.

La telemedicina se ha impuesto como una forma de asistencia no solo de presente, sino también de futuro, para poder adaptarse a las nuevas situaciones que impone la modernización de la medicina. Sin duda, la consulta telemática condiciona una forma diferente de atención médica que puede conllevar cierto estrés tanto a los facultativos como a los pacientes. Así, para que la consulta telemática sea satisfactoria, ha de ser gratificante y tranquilizadora, producir una sensación positiva para médico y paciente y evitar la generación de estrés, ansiedad o incomodidad2.

Por ello, se debe optimizar la consulta telemática para lograr el máximo rendimiento. Así, las habilidades «blandas» (soft skills) centradas en la empatía, la amabilidad y la confianza deben ser el instrumento fundamental para una consulta eficiente. Estas habilidades blandas deben implementar y enriquecer las habilidades «duras» (hard skills) centradas en el conocimiento científico y las aptitudes. De hecho, combinar ambas constituye la base para una telemedicina de calidad. Todo ello garantizando siempre la confidencialidad, con el máximo respeto a la intimidad y la protección de datos, aunando eficacia y seguridad.

Como los autores destacan, en este contexto es fundamental el papel de la enfermería, como probablemente también de farmacéuticos y otros agentes implicados en la atención médica, como los cuidadores. Sería muy interesante disponer de un documento de consenso sobre la consulta telemática de enfermería, con especial foco en el cuidado y la vigilancia de los hábitos de vida y el control de los factores de riesgo. Todo ello, lógicamente, en coordinación con atención primaria. La implicación de otros profesionales facilitaría la optimización de recursos de la telemedicina3 para ofrecer una asistencia al menos tan gratificante como la presencial. Este trabajo de coordinación sobre continuidad asistencial podría ser organizado, al menos parcialmente, por el grupo de trabajo de Integración de Cardiología y Atención Primaria de la Asociación de Cardiología Clínica.