Agradecemos la publicación de la carta de Renilla et al que comenta nuestro artículo sobre la modificación de la conducción cardiaca tras el implante de prótesis CoreValve1. Tras una atenta lectura, nos gustaría realizar algún comentario sobre sus reflexiones.
Es cierto que esta prótesis se ha relacionado con una alta necesidad de marcapasos, sobre todo durante el comienzo de esta técnica de tratamiento percutáneo. Probablemente uno de los motivos sea el que comentan los autores: la falta de datos sobre la evolución temporal del bloqueo auriculoventricular completo secundario al implante valvular. En los primeros años de la técnica, muchas indicaciones de marcapasos se debieron al desarrollo de nuevos trastornos de la conducción diferentes del bloqueo auriculoventricular completo de los que no se conocía su evolución. Y aunque aún hoy hay controversia2,3, en nuestra experiencia los pacientes con bloqueo de rama izquierda de nueva aparición tras el implante valvular no precisan de más marcapasos en la evolución que los pacientes sin este trastorno de conducción adquirido. Diferente evolución parecen tener los pacientes que quedan con bloqueo de rama derecha tras implante percutáneo de válvula aórtica; en nuestra serie, este subgrupo de pacientes parece tener incrementado precozmente el riesgo de necesidad de marcapasos.
En cuanto a marcar un límite temporal exacto para establecer una relación causal entre el implante del stent valvulado y la necesidad de marcapasos definitivo, coincidimos con los autores en que es complejo. Aunque en algunos trabajos se establece un límite de 30 días, en la última guía publicada por la Sociedad Europea de Cardiología4, si la bradicardia es significativa y no se resuelve en un periodo de observación suficiente tras el implante protésico (marcado como 1 semana), es preceptivo indicar un marcapasos definitivo. Más allá de este periodo, no podemos olvidar que estamos ante pacientes ancianos, también con enfermedad en el tejido de conducción y generación de impulsos. Prueba de ello es que en 2 casos (1,1%) que sufrían episodios sincopales de repetición, aun con conducción auriculoventricular intacta, indicamos el implante de un marcapasos debido a que se demostró disfunción sinusal en los estudios electrofisiológicos tardíos realizados al mes y a los 20 meses de seguimiento respectivamente1.