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Se presenta el caso de una mujer de 77 años, tratada mediante implante percutáneo de válvula aórtica en 2011, con buen resultado inicial (gradientes máximo [Gmáx] y medio [Gmed], 19 y 11 mmHg respectivamente), en situación de insuficiencia cardiaca. Presentaba una prótesis Edwards SAPIEN XT de 23 mm degenerada (figura 1A), gravemente estenótica (figura 1B) (Gmáx, 74mmHg; Gmed, 38mmHg). El riesgo de muerte posoperatoria a 30 días (puntuación de la Society of Thoracic Surgeons) fue del 15,4% (2011) y el 17,9% (2015). Nuestro equipo multidisciplinario decidió un nuevo implante percutáneo de válvula aórtica valve-in-valve con guía fluoroscópica (figura 1C y vídeo 1 del material suplementario).
Con este caso se demuestra que es posible el implante exitoso de una prótesis Edwards SAPIEN XT valve-in-valve, procedimiento de riesgo debido al potencial desarrollo de mismatch y a que, hasta donde sabemos, no hay casos similares indicados en la literatura. No obstante, conociendo el grosor de los struts (1,2 mm) y del tejido protésico (0,4 mm), se estimó que no había mismatch, comprobado tras el implante (Gmáx, 20mmHg; Gmed, 9 mmHg), con los adecuados apertura (figura 1D) y cierre (figura 1E) valvulares (vídeo 2 del material suplementario). La prótesis presentaba inicialmente un diámetro interno de 19 mm (figuras 2A–B). Consiguiendo adecuada compresión de los struts (figura 2C), pasó a 17,6 mm tras la valve-in-valve (figuras 2D–E). La paciente fue dada de alta con ácido acetilsalicílico y clopidogrel.
Con estos datos, consideraríamos incluso un tercer implante percutáneo de válvula aórtica valve-in-valve si fuese necesario en el futuro, empleando en su caso una Edwards SAPIEN XT de 20 mm.