La terapia de resincronización cardíaca ha demostrado un claro beneficio en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada, disfunción sistólica del ventrículo izquierdo y un trastorno eléctrico en la activación ventricular. Sin embargo, pese a la evidencia de su eficacia, la terapia de resincronización se incorpora de manera lenta y desigual a nuestro arsenal terapéutico.
La tasa de implantes en Europa tiene una distribución muy heterogénea. En algunos países, como Italia o Bélgica, se alcanzaron en el año 2002 cifras superiores a los 30 implantes por millón de habitante y año, mientras que en Suiza, España, Portugal, Suecia y Francia no se alcanzan los 10 implantes por millón y año.
El análisis por comunidades ofrece datos muy heterogéneos. Algunas comunidades, como Navarra o Canarias, están muy por encima de la media nacional e incluso europea, con cifras superiores a los 30 implantes por millón. La mayoría de las comunidades grandes de nuestro país implantaron entre 10 y 15 unidades por millón en el año 2003.
Afortunadamente, se ha producido un ligero incremento con el tiempo. En nuestro país, la tasa de implantes ha aumentado de 8,7 durante 2002 a un esperanzador 12,54 en 2003. Sin embargo, en Europa, la tasa de implante crece más rápidamente, pues ha pasado de 14,5 a 22 implantes por millón durante el año 2003.
Necesitamos que nuestro sistema sanitario destine más recursos a esta técnica si queremos que el beneficio de la terapia alcance de manera efectiva a la población a la que va destinada.