Sr. Editor:
Agradecemos el interés mostrado en nuestro artículo1 por Muñoz García et al. Su contribución me parece oportuna e interesante pues aporta la experiencia de un centro con la guía de presión en la evaluación de las lesiones intermedias del tronco. Este grupo tiene una reconocida experiencia en el uso de esta técnica diagnóstica.
En relación con ese estudio y el nuestro, desearía destacar unos aspectos. En primer lugar, la aplicabilidad de estas estrategias. No es suficiente el grado angiográfico intermedio de la estenosis, sino que debe ser clara la ausencia de dudas (en ECG y pruebas de isquemia) respecto a la «culpabilidad» de la lesión.
En segundo lugar es esencial que el estudio esté bien realizado, ya sea con ecografía intracoronaria (EIC), garantizando una adecuada visualización de todo su trayecto hasta la unión aortoostial, como con guía de presión empleando preferentemente adenosina intravenosa en las lesiones ostiales y dosis suficientemente altas de adenosina si es por vía intracoronaria. Existen estudios que han demostrado que la infusión intracoronaria de adenosina no logra el estado hiperémico máximo2,3 y que, como demostró el grupo de Murcia4, sólo dosis mucho más altas de lo inicialmente recomendadas (> 60 mg) se acercan a tal objetivo.
Finalmente, respecto a qué técnica usar, uno ha de elegir aquella con la que esté más familiarizado y en la que tenga más experiencia. Según lo publicado, el valor de corte por EIC sería de 6 mm2 de área luminal. No obstante, hay situaciones concretas que pueden inclinar a una técnica más que a otra, como por ejemplo los casos con lesiones de morfología compleja o con sospecha de carácter «artefactual» (bifurcaciones, ostium, calcificaciones), donde la EIC puede ser más útil, o cuando se considera la revascularización percutánea en caso de que la lesión sea significativa, ya que la EIC será de gran ayuda para guiar el procedimiento y evaluar su resultado.