Hemos leído con gran interés el caso presentado por Jorge-Pérez et al1, de un varón de 44 años de edad con antecedentes de radioterapia torácica que se presenta con episodios sincopales de esfuerzo. Dado el aumento de la supervivencia de los pacientes con linfoma de Hodgkin y las altas dosis de radioterapia utilizadas años atrás, cada vez es mayor el número de pacientes de estas características remitidos a cardiología, por lo que consideramos que el caso es de enorme relevancia.
Durante una ecografía de ejercicio el paciente tuvo un episodio que los autores describen, tanto en el texto como en el pie de figura, como «disociación auriculoventricular de 12 segundos». Se trata de una descripción imprecisa del electrocardiograma, puesto que lejos de existir un ritmo auricular y un ritmo ventricular independientes, lo que se observa es asistolia debido a la aparición de un bloqueo auriculoventricular completo. En cualquier caso, el cuadro clínico es interpretado como un bloqueo auriculoventricular paroxístico secundario a fibrosis del sistema de conducción debida a la radioterapia. Sin embargo, consideramos que en este caso hubiera sido recomendable descartar de un modo más exhaustivo la presencia de enfermedad coronaria.
El efecto de la radioterapia sobre el corazón ha sido ampliamente descrito y puede desarrollarse de muchas maneras: miocárdico, coronario, valvular, pericárdico y sobre el sistema de conducción. La enfermedad coronaria es la afección cardiaca más frecuente, presente hasta en un 8,4% de los pacientes sometidos a radioterapia torácica según las series2. Los hallazgos histológicos describen fibrosis intersticial y estrechamiento luminal secundario a proliferación intimal3, con especial predilección por los ostia de las arterias coronarias, debido a la situación anterior del origen de ambas coronarias en la aorta torácica4–7. En el caso presentado1, la intensa calcificación valvular y subvalvular aórtica descrita en la ecografía hace todavía más probable esta posibilidad.
El bloqueo auriculoventricular paroxístico puede tener un origen isquémico, como se ha descrito previamente, que en la mayoría de los casos publicados corresponde a una alteración de la conducción en el sistema de His-Purkinje8. En el paciente presentado por Jorge-Pérez et al1, la afectación del His-Purkinje es evidente, no solo por la presencia de bloqueo de rama derecha en el electrocardiograma basal, sino por el intervalo HV de 65ms medido en el estudio electrofisiológico. En este sentido, también es necesario precisar que de ningún modo el HV está «dentro de los límites normales», tal como los autores describen, ya que dicho límite se ha establecido en 55ms (pueden aceptarse hasta 60ms en los pacientes con bloqueo de rama izquierda)9.
El bloqueo auriculoventricular secundario a la estenosis coronaria inducida por radioterapia es una afección ya descrita10 y cuyas consecuencias pueden ser graves si no se procede a la revascularización (sobre todo en este paciente, por su profesión de conductor de camión). Por ello, consideramos que en este paciente con bloqueo auriculoventricular en el His-Purkinje inducido durante el esfuerzo debería haberse descartado una causa isquémica mediante una coronariografía, antes de atribuirlo solo a la afectación directa del sistema de conducción por la radioterapia.