Sra. Editora:
Hemos leído con interés el artículo de Domingo et al1 sobre el impacto de la telemonitorización no invasiva en pacientes ambulatorios con insuficiencia cardiaca (IC), en el que se demuestra la reducción del número de hospitalizaciones y días de estancia hospitalaria.
En los servicios de urgencias hospitalarios (SUH) somos conscientes de la complejidad en la detección del paciente con riesgo de reconsulta. De hecho, hemos desarrollado guías específicas y consensos avalados por sociedades científicas2, programas de formación y divulgación3 y unidades específicas vinculadas a los SUH, como la sala de observación o la unidad de corta estancia, que nos permiten monitorizar la evolución de los pacientes en las primeras 24-72 h4, 5, 6. Dichas áreas nos permiten estratificar el riesgo de una forma más adecuada, y así minimizar el riesgo de reconsulta, reingreso y mortalidad a corto plazo.
La implementación de unidades estructuradas multidisciplinarias y el desarrollo de programas de telemonitorización no invasiva en pacientes ambulatorios con IC son estrategias con una evidencia creciente y una posible expansión futura1, 7. Por ello, con el fin de ampliar los conocimientos sobre el perfil de pacientes con riesgo de reingreso a corto plazo atendidos por IC en los SUH y candidatos a este tipo de estrategias, se realizó un estudio prospectivo multicéntrico no intervencionista que incluyó a todos los pacientes atendidos por IC en 19 SUH españoles durante 2 meses. Se recogieron variables epidemiológicas, factores de riesgo cardiovascular y enfermedades asociadas. La variable dependiente fue el reingreso a los 30 días. Para el análisis bivariable se utilizaron los estadísticos habituales y para controlar los factores de confusión, se realizó un análisis multivariable mediante regresión logística. Se incluyó a 2.431 pacientes, con una media de edad de 78±10 años. Los reingresos a 30 días fueron 508 (24%). El perfil de pacientes con mayor probabilidad reingreso a los 30 días fue: antecedentes de IC (p<0,0001), diabetes mellitus (p<0,0001) y cardiopatía isquémica (p=0,093), y los pacientes cuyo factor precipitante del episodio fuera la anemia (p=0,035) o la crisis hipertensiva (p=0,038). El análisis multivariable muestra que sólo tres variables se asocian de forma significativa con el reingreso: antecedentes de IC (odds ratio [OR]=1,69; intervalo de confianza del 95%, 1,09-2,63), anemia (OR=1,51; intervalo de confianza del 95%, 1,02-2,24) y la crisis hipertensiva como factor precipitante (OR=2,24; intervalo de confianza del 95%, 1,06-4,72).
Es evidente que en la reconsulta de un paciente a urgencias participan múltiples factores, tanto clínicos como sociales, que el urgenciólogo debe conocer y en cuya modulación debe participar5. En este sentido, los pacientes con un episodio de IC crónica descompensada y cuya causa de descompensación fuera la anemia o la crisis hipertensiva son los que probablemente se beneficiarían de un seguimiento precoz más intensivo, y en los que la visita médica precoz tras el alta, o con dispositivos de telemonitorización no invasiva domiciliaria en unidades de IC multidisciplinarias estructuradas, como las mostradas por Domingo et al1, nos ayudarían a los SUH a un mejor control tras el alta y probablemente a tener menores índices de reingreso y de morbimortalidad asociada a la IC.
Autor para correspondencia: llorens_ped@gva.es