En primer lugar, nos gustaría agradecer a los Dres. Leal-Hernández y Marín el interés mostrado por nuestro trabajo. Estamos de acuerdo en que, dado que el reclutamiento de los pacientes se realizó entre septiembre de 2009 y mayo de 2010, la escala más apropiada para valorar el riesgo de ictus era la escala CHADS2, que de hecho fue la que se empleó en el artículo original1. En este caso quisimos ampliar el análisis de nuestros datos mediante la escala CHA2DS2-VASc, que es capaz de estratificar mejor el riesgo de ictus, sobre todo en los pacientes con un riesgo intermedio. Dado que el empleo de la escala CHA2DS2-VASc se recomendó en las guías europeas de 20102, los estudios que se realicen ahora van a ser los que realmente podrán valorar el impacto de usar esta escala tanto en la estratificación de riesgo como en el uso del tratamiento antitrombótico.
Por otra parte, los autores valoran el hecho de que en nuestro estudio el 44,3% de los pacientes con CHA2DS2-VASc 0 recibían tratamiento anticoagulante, mientras que el 33,5% de los pacientes con CHA2DS2-VASc ≥ 2 no lo recibían3. Analizando artículos recientes, los autores concluyen que parece que el empleo del tratamiento anticoagulante está mejorando4–6. No obstante, sigue habiendo un porcentaje significativo de pacientes que pese a tener una indicación clara siguen sin estar anticoagulados, y otro porcentaje de pacientes que pese a no tener indicación de anticoagulación, en cambio, sí la están recibiendo. Para el último caso, salvo en los pacientes a los que se va a realizar una cardioversión programada, es necesario que el médico estratifique mejor el riesgo de ictus y sea consciente de los riesgos de la anticoagulación. Para el primero, los autores señalan que un factor importante de la infrautilización de la anticoagulación es el mal control de INR y que los nuevos anticoagulantes orales podrían reducir este problema. Si bien esto es cierto, es importante conocer la magnitud del problema.
Actualmente se está desarrollando el estudio PAULA —estudio avalado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)—, que está incluyendo aproximadamente a 1.000 pacientes de toda España en tratamiento con antagonistas de la vitamina K controlados por atención primaria. Uno de los objetivos del estudio es conocer el control de INR en nuestro país7. Sin duda los resultados de este estudio ayudarán a clarificar cómo se realiza la anticoagulación en España y dará pistas de qué pasos hay que dar para mejorar esta situación.