Sr. Editor:
He leído como siempre con interés el volumen extraordinario de REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA sobre «Temas de actualidad en Cardiología 2008» y concretamente el artículo sobre prevención cardiovascular y rehabilitación cardiaca que en representación de la sección correspondiente firman León Latre et al1.
El apartado sobre rehabilitación cardiaca correspondiente al ejercicio físico aporta y comenta acertadamente los últimos datos de la literatura. Por el contrario, los escuetos párrafos dedicados a las unidades de rehabilitación cardiaca solamente aportan los datos provisionales (no publicados) de la encuesta patrocinada por la Asociación Europea de Prevención y Rehabilitación Cardiaca. En dichos párrafos, los autores llaman la atención sobre la deficiente situación de España en este campo, tal como se aprecia en la tabla que aportan y que no ha variado desde hace décadas.
Por ello, me gustaría complementar la información con una referencia a los resultados del estudio cooperativo europeo EUROACTION, que se han publicado durante 2008 en The Lancet2.
El objetivo del estudio EUROACTION3 ha sido demostrar si un programa de cardiología preventiva, ambulatorio, multidisciplinario, coordinado por enfermería y basado en la familia, tanto para pacientes coronarios como para individuos con alto riesgo en centros de atención primaria, podía mostrar resultados favorables sobre el cumplimiento de objetivos, comparándolo con el tratamiento habitual.
Se incluyó a más de 3.000 pacientes coronarios y 2.300 individuos con alto riesgo procedentes de 8 países europeos, entre ellos España, asignados a grupos de intervención y control. La metodología y los objetivos a alcanzar se enumeran en la publicación citada2.
Después de un año de seguimiento, los autores constataron una disminución del número de fumadores en el límite de la significación estadística, una reducción significativa del consumo de grasas saturadas e incremento de la ingesta de frutas y verduras, así como de consumo de pescado graso, todo ello en pacientes coronarios. Los individuos en riesgo y los familiares mostraron un aumento significativo solamente en el consumo de frutas y verduras. Se alcanzaron también los objetivos de control de la presión arterial de forma significativa, tanto en coronarios como en sujetos en riesgo. Las reducciones de colesterol fueron similares entre ambos grupos aunque en los individuos en riesgo la diferencia sí fue significativa. El incremento en la prescripción de estatinas también fue significativo en ambas ramas y en sujetos en riesgo se incrementó asimismo la prescripción de inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina (IECA).
Como los autores de EUROACTION concluyen2, se trata de un modelo de prevención cardiovascular que puede utilizarse fácilmente en la práctica médica diaria, y en este sentido literalmente afirman que para alcanzar sus resultados se necesitaría, aparte de los servicios de rehabilitación cardiaca especializados, proporcionar programas locales de cardiología preventiva debidamente adaptados a las características médicas, culturales y económicas de cada país.
En una muy documentada «Puesta al Día» sobre las políticas preventivas, publicada recientemente en REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA, Kotseva4 llama la atención sobre la dedicación de los escasos recursos disponibles en quienes tengan una mayor probabilidad de obtener beneficios, y señalan que como el riesgo cardiovascular es un espectro continuo, la separación entre prevención secundaria y prevención en individuos con alto riesgo podría considerarse artificial.
Resumiendo, creemos que programas como EUROACTION pueden constituir una alternativa válida para mejorar la actual situación deficitaria de la rehabilitación cardiaca en nuestro país que todos conocemos y lamentamos.