Introducción
Dr. Juan José Gómez Doblas
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Listado de sesiones
Índice de autores
Introducción y objetivos: La igualdad de oportunidades para acceder a los avances técnicos de reconocido valor clínico debe ser una prioridad del sistema de salud pública. Se ha analizado la variabilidad entre todas las comunidades autónomas (CCAA) para el uso de técnicas cardiológicas con indicación ya establecida y su relación con indicadores económicos, carga de enfermedad y mortalidad hospitalaria.
Métodos: Se han analizado registros de actividad de Asociaciones de la SEC (Sociedad Española de Cardiología) desde 2011 a 2019 para coronariografía, ICP (intervención coronaria percutánea) general, ICP primaria, DAI (desfibrilador automático implantable), TRC (terapia de resincronización cardiaca) y TAVI (implante percutáneo de prótesis valvular aórtica). Se han obtenido índices económicos (producto interior bruto y gasto sanitario per cápita) y datos sobre frecuentación y mortalidad hospitalarias reportados en los informes RECALCAR (Recursos y Calidad en Cardiología) de la SEC. Se ha analizado el coeficiente de variación en la actividad y la correlación de esta con los índices regionales económicos, de frecuentación y la razón de mortalidad hospitalaria estandarizada por riesgo.
Resultados: Existe un grado de variación notable en el uso de las tecnologías especialmente para ICP primaria (18%), DAI (22%), TRC (36%) y TAVI (42%). Solo se observó cierta correlación con la frecuentación para la ICP general y el DAI. De forma general no se encontró una correlación significativa entre la penetración de las técnicas y los índices económicos de riqueza y gasto. La correlación con la mortalidad hospitalaria no mostró resultados significativos, aunque este es el análisis con más limitaciones ya que el impacto de estas técnicas sobre la supervivencia se ejerce más en el medio y largo plazo.
Conclusiones: Los resultados de este estudio, con sus limitaciones inherentes, muestran una considerable variabilidad entre CCAA en el uso de las tecnologías cardiológicas, que no es explicada en general por las diferencias económicas ni por la frecuentación hospitalaria por las patologías correspondientes.