Introducción
Dr. Luis Rodríguez Padial
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: La mortalidad asociada con la endocarditis infecciosa (EI) es relativamente elevada, y un rápido diagnóstico es esencial para facilitar un tratamiento correcto. El objetivo de nuestro estudio es determinar cuáles son las causas de este retraso y su impacto pronóstico.
Métodos: Se recogieron retrospectivamente 231 pacientes que ingresaron de forma consecutiva en un servicio de Cardiología de un centro terciario entre enero de 2009 y abril de 2016 con el diagnóstico de endocarditis infecciosa basado en los criterios modificados de Duke. Se determinó el retraso entre el inicio de los síntomas y el ingreso, número de asistencias sanitarias preingreso y el retraso entre el ingreso y el inicio de antibioterapia correcta. El objetivo primario fue mortalidad intrahospitalaria.
Resultados: El 69,6% de los pacientes eran varones y el 46,3% tenían ≥ 75 años. El 51% presentaba algún tipo de valvulopatía significativa, siendo lo más frecuente el que fueran portadores de prótesis valvulares (66,9%) seguido de estenosis aórtica moderada-grave o válvula aórtica bicúspide (19,5%). El 15,6% eran portadores de dispositivos intracardiacos. El retraso medio desde el inicio de los síntomas hasta el ingreso hospitalario fue de 33,2 días, presentando un retraso superior a los 3 meses el 10,8%. En el 54,4% existió un retraso superior a 24 horas entre el ingreso y el inicio de antibioterapia correcta, con un retraso medio de 8,14 días. 37 pacientes (16,1%) habían sido sometidos a algún procedimiento que pudiera relacionarse con la aparición de EI. El 35% del total presentaron ≥ 1 asistencia sanitaria previa al ingreso hospitalario, siendo la mayoría asistencias a urgencias hospitalarias. Hubo 70 muertes intrahospitalarias (30,3%), de los cuales 24 eran de pacientes que habían ingresado > 7 días tras el inicio de la clínica (35,8%). Sin embargo, un 57,5% de los pacientes que no murieron durante el ingreso también presentaban un retraso > 1 semana desde el inicio de los síntomas hasta el ingreso, siendo esta diferencia estadísticamente significativa.
Conclusiones: Objetivamos que en una población con elevada proporción de pacientes de riesgo de EI sigue existiendo un importante retraso entre el inicio de los síntomas, el ingreso hospitalario y el inicio del tratamiento antibiótico, si bien este retraso paradójicamente no se refleja en una mayor mortalidad intrahospitalaria.