Introducción
Dr. Luis Rodríguez Padial
Presidente del Comité Científico del Congreso
Comité ejecutivo
Comité de evaluadores
Índice de autores
Introducción y objetivos: La prevención del ictus cardioembólico (ICE) es esencial para reducir la elevada morbimortalidad derivada del mismo. En la actualidad existen claras indicaciones para el uso de antiagregantes o anticoagulantes en función del riesgo y características del paciente. Asimismo, en los últimos años disponemos de alternativas a los inhibidores de la vitamina K (AVK) que permiten tratar adecuadamente a pacientes con alergia, intolerancia o mal control del INR. El objetivo principal del estudio fue evaluar los pacientes que sufrieron ICE y que tenían previamente una situación clínica predisponente conocida (fibrilación auricular, prótesis valvular mecánica) determinando qué porcentaje se hallaban tratados conforme a las recomendaciones de las guías de manejo y, en caso de tratamiento con AVK, el tiempo en rango terapéutico (TRT) según el método de Rosendaal en los 6 meses previos al evento.
Métodos: Estudio multicéntrico en Gerona, Madrid, A Coruña, Málaga y Tarragona. Pacientes con ICE en los últimos 5 años y un factor predisponente a la embolia previo. Analizamos características clínicas e idoneidad del tratamiento en concordancia con las guías, valorando la patología predisponente y, en caso de FA no valvular, el CHADS-VASc. En pacientes tratados con AVK se revisaron los INR en los 6 meses previos al ICE, para calcular el TRT mediante estimación directa y método de Rosendaal. Se revisó la mortalidad o el Rankin y Barthel al alta para conocer la evolución.
Resultados: Se analizan los primeros 190 pacientes incluidos en el estudio. 63% mujeres, edad media 78,16 años, CHADS-VASc promedio 3,12. Un 12,3% no llevaba tratamiento anticoagulante (ACO) a pesar de estar indicado, sin objetivarse causa que pueda justificarlo. De los tratados con dicumarínicos, un 43,8% presentaron un TRT < 65% mediante el método de Rosendaal. En conjunto, un 56,1% de los pacientes no se hallaban óptimamente tratados. La mortalidad fue del 23,7%, el Rankin al alta fue de 3,86 y el índice de Barthel de 58,8.
Conclusiones: La mayoría de pacientes que sufren un ICE no se hallan óptimamente tratados, ya sea porque no se les prescriben ACO a pesar de estar indicados o por el insuficiente control del INR en los tratados con dicumarínicos. Es necesario mejorar el tratamiento preventivo de los pacientes con riesgo de ICE, dada la elevada mortalidad y las importantes secuelas que se producen en los supervivientes.