Sra. Editora:
Hemos leído con interés el editorial titulado «Salud e internet: más allá de la calidad de la información», en el que se plantea la evolución y los retos que la sociedad ha experimentado en su camino hacia la eSalud. Consideramos de importancia realizar algunas reflexiones sobre la utilidad de disponer de mecanismos de control de la calidad de la información en internet, en referencia a lo que se apunta en dicho editorial en el sentido de que «cualquier intento de control de calidad estará abocado al fracaso»1.
El concepto y los procesos asociados a la calidad se originaron también coincidiendo con el desarrollo industrial y en los años recientes han experimentado grandes cambios que permiten situarlos como elemento fundamental en las organizaciones, y asimismo deben considerarse diversos niveles y definiciones de calidad. Por ejemplo, aplicados a la atención sanitaria, la Organización Mundial de la Salud define la calidad como «el conjunto de servicios diagnósticos y terapéuticos más adecuados para conseguir una atención sanitaria óptima, teniendo en cuenta todos los factores y conocimientos del paciente y del servicio médico, y lograr el mejor resultado con el mínimo riesgo de efectos iatrogénicos y la máxima satisfacción del paciente con el proceso»2. Esto significa que los médicos y todos los profesionales sanitarios debemos ofrecer, en cualquiera de las formas y procesos de atención sanitaria —y por lo tanto también en los servicios e información ofrecidos a través de internet—, garantías sobre dicha atención a través de un control de la calidad que debe constituirse en una prioridad. En el caso que nos ocupa, es esencial entender el control de calidad de la información en su conjunto, teniendo en cuenta los principios científicos a los que debe ajustarse dicha información, su utilidad y su pertinencia, el público al que va dirigida, así como los aspectos legales y de ética profesional que deben acompañar a cualquier actividad médica, para adaptarse a las necesidades de los pacientes, los profesionales y el propio sistema sanitario.
En cuanto al control de la calidad de la información en internet, debemos destacar dos iniciativas que llevan en funcionamiento más de 10 años. La más extendida internacionalmente es la Health on the Net Foundation, establecida en Suiza en 1996. En España, la más conocida desde hace años según las encuestas3 es el programa de calidad de Web Médica Acreditada (WMA) del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, que se inició en 1999 y del que son responsables directos los autores de esta carta. Dichas iniciativas ofrecen diversas herramientas, desde una perspectiva integral de servicio a la sociedad, con unos objetivos comunes: la mejora de la calidad de la información médica y el acceso de los usuarios a la red de forma más segura. Estas herramientas se basan en asesorar a los responsables de las páginas web, mediante un proceso de revisión, sobre cómo deben ofrecer los servicios de salud a través de internet siguiendo las recomendaciones legales de la sociedad de la información y los aspectos éticos de la profesión4, y además proporcionar al público en general elementos de educación para la salud (como el «Decálogo de usuarios de internet» de WMA) o incorporando utilidades de filtrado de información para acceder a webs de calidad (como las aplicaciones basadas en web semántica desarrolladas por WMA)5. Además estas iniciativas fomentan la participación activa de la comunidad de usuarios de internet, que actúa como observatorio.
Una visión de conjunto, integradora y flexible de la atención sanitaria y de las tecnologías de la información debe incluir todos y cada uno de los elementos disponibles que la conforman y obtener el máximo beneficio de su aplicación. El control de la calidad de la información en internet es uno más de los elementos que debemos tener en cuenta para seguir ofreciendo las garantías, la profesionalidad y la seguridad que los entornos de eSalud deben cumplir, adaptándose a las necesidades de todos los que participan en este escenario en continuo cambio.
Autor para correspondencia: mmayer@comb.cat