El implante percutáneo de válvula aórtica (TAVI) se ha convertido en el tratamiento de elección en la mayoría de pacientes con estenosis aórtica grave sintomática. La guía de la Sociedad Europea de Cardiología1 recomienda que el TAVI solo puede realizarse en hospitales con cirugía cardiaca con un nivel de recomendación (I-C) basado en la opinión de expertos. Sin embargo, cada vez se dispone de más datos clínicos para tener un nivel de recomendación diferente sobre este tema con una base científica.
En este sentido, recientemente se han publicado datos de un registro Europeo (EuRECS-TAVI)2 de pacientes que requirieron cirugía cardiaca urgente durante el TAVI vía transfemoral. Se incluyó a 27.760 pacientes, de los que 212 (0,76%) requirieron cirugía cardiaca urgente, y esta cifra se mantuvo estable desde el 2014. Las causas más frecuentes de cirugía urgente fueron: la perforación ventricular izquierda y la rotura de anillo, casi en la mitad de los casos. Al año de seguimiento la mortalidad por todas las causas era alta incluso entre los pacientes con cirugía urgente que sobrevivieron en el periodo hospitalario (60%).
En el año 2014 se publicó un subestudio del registro alemán de TAVI3 en el que se compararon los resultados clínicos de pacientes que habían sido tratados en hospitales con y sin cirugía cardiaca. Se incluyó a 1.432 pacientes, el 12% (n=172) se sometió a TAVI en hospitales sin cirugía cardiaca. Las características basales fueron similares (Euroscore logístico, 20±11 en centros sin cirugía y 21±14 en centros con cirugía), aunque los pacientes de centros sin cirugía se encontraban hemodinámicamente más estables y más frecuentemente tenían antecedentes de cirugía cardiaca previa. A pesar de procedimientos más largos, las tasas de complicaciones fueron similares. En el registro austriaco de TAVI4 se comparó a 290 (15,9%) pacientes con alto riesgo quirúrgico sometidos a TAVI transfemoral en centros sin cirugía frente a 1.532 (84,1%) tratados en centros con cirugía. Los pacientes de hospitales sin cirugía poseían un perfil de riesgo significativamente mayor: riesgo quirúrgico antes del emparejamiento, 20,9 (12,8-30,3) en centros sin cirugía frente a 14,2 (9,0-22,2) centros con cirugía, pero tras aparear los grupos, el riesgo del grupo con cirugía fue de 19,6 (13,1-28,6). Después de realizar un análisis de propensity score, la mortalidad a corto y largo plazo fue similar entre los grupos.
En nuestro país se trata a pacientes con TAVI en centros sin cirugía desde el año 2010. Todos estos centros disponen de cirugía vascular in situ, utilizan prótesis autoexpandibles y tienen un concierto con otro hospital con cirugía cardiaca para remitir a los pacientes de forma urgente si es preciso. Los resultados clínicos de los centros sin cirugía en España se han publicado recientemente5 en el que es el registro con mayor número de pacientes hasta la fecha (n=384) (figura 1). Se trata de pacientes con riesgo moderado-alto (STS medio 5,9±3,7), pero de edad muy avanzada y mayor prevalencia de fragilidad que en otros registros. En este estudio, todas las prótesis implantadas son autoexpandibles, la conversión a cirugía sucedió en 1 paciente (0,3%) y la mortalidad hospitalaria, a los 30 días y al año fueron del 5,2, el 6,1 y el 12,2% respectivamente.
A la luz de los buenos resultados clínicos de los registros realizados en centros sin cirugía y las potenciales ventajas del TAVI en estos centros, como son no trasladar a pacientes inestables o el impacto en las listas de espera, se podría concluir que la realización de TAVI en centros sin cirugía, especialmente con prótesis autoexpandibles, es factible y es una opción para pacientes seleccionados: pacientes inoperables, con alto riesgo quirúrgico, de edad muy avanzada o frágiles6. Aunque estos datos deben confirmarse en estudios con mayor número de pacientes, consideramos que, dada la existencia de evidencia científica, se debería revisar el nivel de recomendación sobre este tema en la guía de práctica clínica.
CONFLICTO DE INTERESESR. Moreno ha participado y recibido honorarios por charlas, asesoría y asistencia a congresos para Edwards Lifesciences; es proctor de válvulas Lotus y Acurate Neo, ambas de Boston Scientific; también ha participado en charlas, asesoría y asistencia a congresos para Boston Scientific y es proctor de la válvula Allegra de New Vascular Therapy. M. Pan ha participado y recibido honorarios en charlas para Abbott, Terumo Medical Corporation y Philips Volcano. A. Pérez de Prado ha participado y recibido honorarios en asesorías Boston Scientific e iVascular SL y en charlas para Abbott, Braun Surgical, Terumo Medical Corporation y Philips Volcano. P. Jiménez Quevedo no tiene conflictos de intereses.