Sr. Editor:
He disfrutado mucho leyendo el artículo epidemiológico sobre la enfermedad coronaria en España de Marrugat et al1, pero me ha desilusionado observar que, aunque los autores explicaban algunos de los acrónimos de los estudios citados en el artículo, como IBERICA, REGICOR y MONICA, no definían PANES y PRIAMHO. No estoy seguro de la razón de esta disparidad de criterios.
Con el fin de que los agraviados lectores2 de la Revista no malgasten mucho tiempo tratando de descifrar estos dos acrónimos, quiero prestarles mi ayuda. PANES significa «Prevalencia de ANgina en ESpaña», y PRIAMHO, «Proyecto de Registro de Infarto Agudo de Miocardio HOspitalario»3.
De acuerdo con las normas dictadas por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas4, los manuscritos remitidos a revistas biomédicas deben definir siempre los acrónimos la primera vez que se citan en el artículo. Lamentablemente, este requisito rara vez se exige5. La falta de definición de un acrónimo obliga a los lectores desinformados a un juego de suposiciones innecesario. La acronimanía es contagiosa y afecta de manera particular a los cardiólogos. No sorprende, por tanto, que actualmente los médicos no quieran leer revistas de especialidades, fundamentalmente revistas cardiológicas, muchas de las cuales están llenas de acrónimos sin su correspondiente definición6-14.
Por ello hago un ruego una vez más: los acrónimos deben definirse siempre cuando se usan por primera vez (Acronymus Must Always be DEfined when USed for the first time: AMADEUS). Como ya debe ser evidente, soy un gran admirador de Wolfgang Amadeus Mozart15, cuya composición musical es perfecta y su juego de palabras explícito16.