Philippe Coumel ha fallecido, en París el 18 de marzo, de una cruel enfermedad.
Toda su vida profesional la llevó a cabo en la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Lariboisière de París, donde primero fue jefe de servicio Ives Bouverain, luego Robert Slama y después él mismo.
Ha sido uno de los pioneros de la electrofisiología moderna. En los años sesenta, mediante estimulación programada, estudió los mecanismos de las arritmias y realizó unos descubrimientos que hoy día nos pueden parecer excesivamente sencillos, pero que han ayudado a convertir la arritmología en lo que es actualmente.
Entre sus más importantes hallazgos destacan los efectos del bloqueo de rama durante la taquicardia recíproca auriculoventricular en la localización anatómica del haz de Kent, el componente vagal en las fibrilaciones auriculares sin cardiopatía estructural, y la definición de la taquicardia recíproca auriculoventricular con conducción retrógrada lenta, que lleva su nombre. De forma pionera, en colaboración con Michel Mirowski, llevó a cabo el primer implante de un desfibrilador antitaquicardia en Europa.
Realizó importantes estudios de las taquicardias ventriculares en los niños y los adolescentes e introdujo el concepto de taquicardia ventricular catecolinérgica o las discutibles torsades de pointes de acoplamiento corto (el síndrome de Leenhardt).
Comprendiendo la limitación de la estimulación programada en la modulación de algunas arritmias, regresó a la utilización del sistema Holter en sus investigaciones mediante un sofisticado sistema informático. Durante el estudio de la arritmogénesis introdujo el concepto triangular, que simplifica los 3 factores ya clásicos que interactúan para producir la arritmia: el sustrato, los factores moduladores y los factores disparadores.
Publicó más de 450 artículos y capítulos, muchos de los cuales se han convertido en clásicos, y en 1997 recibió de la NASPE el «Pioneer in Electrophysiology Award», como reconocimiento de su trayectoria.
A pesar de su parcial alejamiento público en los últimos años, Philippe Coumel pasará a la historia de la arritmología como uno de esos pioneros que con su entrega y brillantez ayudaron a su actual desarrollo.
Pero sobre todo era un hombre inteligente y un gran animador de cuantos fellow pasamos por el Lariboisière a finales de los ochenta y principios de los noventa. Ante nuestros ojos supo convertir la electrofisiología cardíaca y la arritmología en algo no sólo interesante, sino también divertido.