Agradecemos la oportunidad que nos brinda la lectura de la carta de Escobar et al que comenta nuestro artículo1 sobre el uso de medicamentos antihipertensivos en España. Durante décadas, los estudios de utilización de medicamentos (o de consumo a partir de dispensaciones) se han empleado en actividades de salud pública. A partir de métodos relativamente sencillos pueden llevarse a cabo estudios para conocer qué medicamentos se utilizan en la práctica clínica real y en qué cantidades, sus patrones de uso en el tiempo y cuál es su impacto económico, así como para establecer comparaciones entre áreas geográficas con el fin de identificar posibles variaciones en la práctica médica.
Es cierto que la información de datos agregados de uso de medicamentos puede relacionarse con variables clínicas, en los denominados estudios ecológicos. Algunos estudios ecológicos pueden ayudar a describir una enfermedad o un factor de riesgo en relación a variables de interés, como puede ser la utilización de servicios sanitarios. En este sentido, nuestro trabajo ha permitido recientemente relacionar la evolución de las admisiones hospitalarias por deshidrataciones con el consumo de medicamentos antihipertensivos2, y podría servir para formular nuevas hipótesis, sin olvidar los posibles problemas por sesgos de agregación (falacia ecológica).
También estamos de acuerdo en que son múltiples las causas que podrían explicar el crecimiento observado en el uso de los medicamentos antihipertensivos. Además del envejecimiento de la población, destacábamos como principal razón el aumento en la prevalencia de la hipertensión tratada (que incluiría la hipertensión arterial leve, cuando fracasan las medidas higiénico-dietéticas y la hipertensión en el joven).
Finalmente, agradecemos las referencias al estudio PRESCAP (Presión arterial en la población española en los centros de atención primaria), y reconocemos sus importantes aportaciones al conocimiento del manejo de la hipertensión en España. Sin embargo, cuando se ha acumulado la evidencia epidemiológica disponible (incluido el estudio PRESCAP conjuntamente con otros estudios)3,4 no parece observarse que el control de la hipertensión haya mejorado excesivamente en los últimos años, y se pone de manifiesto un importante margen de mejora. Siendo un problema de salud pública no resuelto, debería darse prioridad a las políticas que refuercen los programas de prevención y control de la hipertensión arterial.