En relación con el trabajo publicado en Revista Española de Cardiología1, es cierto que la tasa global no ajustada de interrupción fue mayor con el clopidogrel que con el ticagrelor, debido a una mayor suspensión guiada por facultativo (p=0,003, tabla 4 del material adicional1), la cual no se asoció con mayor riesgo de episodios cardiovasculares adversos mayores (p=0,079). Por el contrario, la tasa de disrupción fue proporcionalmente mayor con el ticagrelor (p=0,003, tabla 4 del material adicional1), especialmente en los 90 días tras el síndrome coronario agudo índice (p<0,001, tabla 4 del material adicional). Teniendo en cuenta esta consideración, a diferencia de la suspensión guiada por médico, la disrupción sí se asoció a mayor riesgo MACE (p=0,001), especialmente cuando se produjo en los primeros 90 días de tratamiento (hazard ratio ajustada=3,83; p<0,001, figura 7 del material adicional1). Por tanto, a diferencia de todos los trabajos previos, tras ajustar la potencial falta de adherencia diferencial según el inhibidor del receptor P2Y12, el tiempo hasta la interrupción (más precoz con el ticagrelor que con el clopidogrel: 22 frente a 53 días; p=0,035, tabla 5 del material adicional1) y la interacción entre ambas variables en escala aditiva, la asociación entre el modo/timing de interrupción de tratamiento y el riesgo MACE según el tipo de inhibidor del receptor P2Y12 no resultó estadísticamente significativa (tabla 5 del material adicional1)
Respecto a las tasas de hemorragia, en contraposición al análisis por intención de tratar (ITT) usado en los trabajos que cita Martínez-Sellés M., este se basó en el principio «on-treatment»1,2. Evidencia reciente confirma que, en los estudios observacionales, el análisis ITT conduce a estimaciones sesgadas del efecto cuando existen tasas de adherencia diferencial que dependen del tiempo3,4. De hecho, recientemente se ha demostrado por primera vez en la literatura que la simulación ITT conduce sistemáticamente a estimaciones sesgadas de mayor riesgo de hemorragia con el ticagrelor que con el clopidogrel en un entorno de «mundo-real»2.
FINANCIACIÓNLa recogida de datos del presente subanálisis se financió parcialmente a través de una beca no condicionada de la farmacéutica AstraZeneca España S.A. (ESR-17-13127), la cual no tuvo ninguna implicación en el diseño, la recogida, la interpretación o el análisis ulterior de los datos, ni en la redacción del manuscrito o la decisión de publicarlo.
DECLARACIÓN SOBRE EL USO DE INTELIGENCIA ARTIFICIALNo se ha empleado inteligencia artificial en el desarrollo de este artículo.
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORESTodos los autores han contribuido a la concepción/diseño, la redacción y la revisión crítica del manuscrito, la aprobación final del manuscrito, a acceder a asumir responsabilidades sobre todos los aspectos del artículo, y a investigar y resolver cualquier cuestión relacionada con la exactitud y veracidad de cualquier parte del trabajo. La adquisición, análisis e interpretación de datos fue realizada por M. Almendro-Delia y Juan C. García-Rubira.
CONFLICTO DE INTERESESM. Almendro-Delia ha recibido honorarios como ponente por parte de Eli Lilly and Company, Daiichi Sankyo y AstraZeneca, así como otros pagos por trabajos de consultoría para Daiichi Sankyo, y AstraZeneca. El resto de los autores no declara conflictos de intereses.